Fire Island 1º ( 1° libro Hasta que te conocí )

Capítulo 39º Algo dentro de mí.

Brenda se toca su vientre, sabe que una vida está en su interior, ahora está de poco tiempo, apenas se acaba de enterar de que está embarazada, pero tendrá que luchar mucho para darle una buena vida a ese bebé. Jamás pensó que su amor con Lucas era toda una farsa, jamás pensó que se había entregado a una persona que no le amaba tanto como ella a él, que no la amó nunca.

Camino de su trabajo, va con lágrimas en sus mejillas, desesperación y miedo, con el corazón roto y el alma destruida.

En su mente aún resuena cada palabra que le dijo, cada palabra que se clavó en su corazón como un puñal...

Odio e indignación es lo que vio aquella noche en los ojos de Lucas; las venas de sus manos cuando gesticulaba parecían que iban a reventar. Su crueldad e impasividad por ser padre tiraron dardos de veneno por la boca hacia Brenda y hacia el bebé, sumiéndola en un temblor por todo el cuerpo. Aquello sí que fue verdad, es la única realidad con la que se queda Brenda tras desaparecer Lucas para siempre de su vida.

Entra por la puerta y da las buenas tardes a todos.

En la barra está Scott, como siempre con una gran sonrisa y unos ojos chispeantes, que la saluda al pasar.

Al fondo, su compañera Dina, que se acaba de poner el delantal y coger su libreta para tomar nota a una de las mesas del fondo de la hamburguesería.

Alan está con su esposa en la cocina; junto con dos ayudantes, están colocando un pedido de carnes que acaba de llegar. Brenda ve que es mejor ahora hablar con ellos, ahora que Alan no está de servicio en la barra.

Se acerca temblorosa, con miedo, con mucha vergüenza; no sabe cómo van a reaccionar, no sabe si puede perder su trabajo.

Eli nota en la mirada de Brenda que no se encuentra bien y se acerca a ella.

—¡Hola, Brenda! ¿Estás bien? ¿Te pasa algo?

—Tengo que hablar contigo... y con Alan, es muy importante. ¿Nos podemos sentar?

—¡Sí, claro, sentémonos aquí! Cuéntame...

—Estoy embarazada, salí con un chico unos seis meses más o menos, ahora él me ha abandonado al decirle que va a ser padre, ha querido que aborte, dice que nos odia, y nos ha dejado para no volver a vernos jamás, no quiere saber nada de mí, ni del bebé, yo no voy a abortar... Tendré a mi bebé.

—¡Ohhh! Brenda, ¡cuánto lo siento! Los jóvenes no quieren responsabilidad. ¡No te preocupes, cuenta conmigo y con Alan!

—Estoy segura de que quiero tener a mi bebé, ahora es lo más importante para mí. ¿Me echarán del trabajo? Tengo miedo, necesito trabajar...

—¡No, no te echaremos de tu trabajo, seguirás con nosotros! ¡Faltaría más! Cuando no puedas estar de camarera, estarás en la cocina, en la repostería; te enseñaré a hacer tartas. ¡Te gustará!

—¿De verdad? Ohhh Eli, ¡Muchísimas gracias! No sé cómo os lo voy a pagar, sois tan buenas personas. ¡Mil gracias, gracias!

Brenda se tiró a los brazos de Eli, llorando y con el cuerpo tembloroso; aquello era muy importante para ella, mantendría su trabajo, podría salir adelante.

Eli y Alan sabían la historia de Brenda cuando buscó trabajo como camarera en su negocio. Era una joven abatida, hundida por la pérdida de sus padres, que estaba completamente sola y que luchaba por salir adelante. No tenía experiencia, pero ellos le dieron una oportunidad, y Brenda les demostró que sabía trabajar y aprendió rápido.

Es ágil, trabajadora, siempre con una sonrisa para los clientes, organizada y muy puntual.

Ellos están muy contentos con ella y ahora nuevamente se encuentra en una situación difícil para ella. Ahora espera un bebé, va a traer una criatura a este mundo y nuevamente se encuentra sola. Pero Eli y Alan no van a abandonarla; ven a una chica joven a la cual la vida la está tratando a golpes.




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