Fire Island 1º ( 1° libro Hasta que te conocí )

Capítulo 44ºAdelante

El tiempo va pasando y Brenda continúa con su embarazo; ya está de cinco meses. Su cuerpo ha cambiado, su barriga crece a pasos agigantados, tiene los pies más hinchados y dolor de espalda y algunas noches no duerme muy bien.

Ya siente los movimientos de su bebé, sobre todo por la noche.

En la semana dieciocho se había hecho una ecografía, que le indica que su bebé está bien, y pudo ver con muchísima ilusión como el bebé se chupa el dedo.

Dentro de una semana tiene cita con la ginecóloga, se hará una ecografía, está en la semana veinte de su embarazo y por fin sabrá si es niño o niña; Brenda lo está deseando ya.

Ahora no va todos los días a la hamburguesería, solo cuando tiene que preparar alguna tarta; no puede estar tantas horas de pie.

Da paseos de treinta minutos todos los días y se recuesta un poco todas las tardes colocando los pies en alto.

Se da baños relajantes mientras escucha su música favorita, Michael Jackson, el Rey del Pop, y lee mucho recostada en el sillón del salón junto al gran ventanal.

Sale al parque como todos los días con Otto, le encanta sentarse en el banco, dar de comer a las palomas y se fija en los pequeños que están en el parque jugando. Piensa que ella también vivirá esos momentos tan bonitos cuando tenga a su bebé, ya con ella.

Margaret la suele llamar dos o tres veces a la semana, para preguntar cómo está e informarse de todo. Le cuenta que está muy feliz en Italia y que tal vez se decida en un futuro a trasladarse a vivir con Leonardo allí. Brenda le cuenta que ella está muy bien, que el embarazo va perfecto, que ahora es repostera en la hamburguesería y que hace unas tartas riquísimas, y que se siente muy feliz e ilusionada con esa etapa de su vida y todo lo que está aconteciendo en ella.

Por fin llega el esperado día: Brenda va a la ginecóloga a hacerse la ecografía. Va con nervios; es una ecografía muy importante, por fin sabrá el sexo del bebé. Va acompañada por su amiga Dina y compañera de trabajo.

Esta será una ecografía muy importante, la ecografía morfológica del segundo trimestre, para evaluar de forma completa el:

Confirmar la fecha del parto.

Examinar la anatomía del feto.

Detectar posibles anomalías.

Controlar la cantidad de líquido amniótico.

Analizar la actividad fetal según sus movimientos.

Corroborar el sexo del bebé.

Todo está perfecto, el corazón ya late tan fuerte que se puede oír colocando un estetoscopio en el vientre de la embarazada. Un vientre que a estas alturas del embarazo ya está bien visible. A Brenda se le caen las lágrimas de la emoción al oír los latidos de su bebé.

Y por fin ya sabe que es una niña... y nacerá el veinte de diciembre.

Las emociones y las alegrías invaden a Brenda que, junto con su amiga, va de regreso a su apartamento. Dina va a estar junto a ella, comerán juntas en su casa, Dina saca a Otto al parque, mientras Brenda se coloca un pijama y se pone una bata para estar en casa.

Va a preparar pollo con verduras y una pieza de fruta, y para Dina lo mismo, aunque para ella va a freír unas pocas patatas. fritas.

Dina regresa con Otto; ambas amigas se sientan en el salón mientras se hace el estofado de pollo. Brenda le habla de que ya se va a poner manos a la obra con la habitación, para pensar cómo la quiere e ir comprando cositas. Dina irá con ella para acompañarla.

La habitación será en un blanco crudo con unas finas estanterías en la pared en blanco y rosa, un sofá de dos plazas blanco delante del ventanal con dos o tres cojines en tono rosa suave, un vestidor y un armario blanco de dos puertas al lado del sofá, un gran sillón también blanco con reposapiés, una gran cuna blanca con seis grandes lazos rosas de adorno a los lados y un móvil musical para cuna de bebé, que por la noche tendrá lucecitas y música, una mesita con una lámpara y una alfombra rosa redonda a juego con los lazos de la cuna y con los adornos rosas de las cortinas bordadas del gran ventanal de la habitación, una gran lámpara cristalina en el centro del techo de la habitación.

En unos días vendrán las decoradoras y pondrán la habitación lista para la llegada de la pequeña; ya solo quedan cuatro meses, cuatro meses para tenerla en sus brazos...

Las chicas terminan de comer y Dina lo recoge todo. Ha pasado un día fantástico, pero ya regresa a su casa para ponerse el uniforme e irse a trabajar.

Un día por la mañana llega un inesperado paquete; se lo entregan en la puerta de su apartamento. Brenda firma la entrega; es un paquete grande, el chico se lo ha entrado y se lo ha colocado en el salón.

Brenda va rompiendo el papel que lo envuelve y dentro de la gran caja hay un hermoso oso de peluche gigante blanco, con un enorme lazo al cuello rosa. Otra caja más: al abrirla, Brenda se emociona; es un trajecito con gorrito, jersey, pantaloncito y unos patucos en color rosa y una nota:

"Hola, Brenda, ¡¡Enhorabuena, te felicito, vas a ser mamá!! A pesar de que ha pasado tiempo, he tenido noticias tuyas, gracias a Leonardo y a nuestra amiga Margaret. Espero muy pronto poder verte y conocer a tu hija. He sabido que va a ser niña. Nuevamente, felicidades por tu maternidad".

Un abrazo de tu amigo Dylan.

A Brenda se le caen las lágrimas recordando a Dylan, su buen amigo, el que tanto le apoyó en el peor momento de su vida. Siempre lo ha echado de menos; eran, junto a Margaret, un trío de amigos inseparables.

Ella también tiene ganas de verlo y conocer a su pareja; sabe que le va muy bien, que es feliz, y eso es lo importante. Se alegra muchísimo por él.

A Brenda le embargan recuerdos y sensaciones.

Qué extraña puede ser la melancolía; aparece de la nada con una brisa de recuerdos que te ponen a suspirar y a pensar en esos momentos que no se volverán a repetir. Esa gente que una vez se cruzó en nuestro camino, que fue importante, que formó parte de nosotros; las más bonitas historias que hoy solo reposan y descansan en algún lugar de nuestro corazón. Esos recuerdos que quedarán siempre en el pasado, pero que de alguna manera siempre permanecerán en nuestro futuro; siempre hay un momento para recordar... porque esos recuerdos están en el corazón...




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