Fire Island 1º ( 1° libro Hasta que te conocí )

Capítulo 45º Dirección equivocada

Como pasa el tiempo, ya faltan apenas unos días para que Brenda tenga a su bebé. En su noveno mes de embarazo, ya tiene ganas de que llegue ese día y por fin tenerlo en sus brazos. Lleva un mes sin ir a trabajar a la hamburguesería.

Las contracciones de parto son dolorosas, no remiten con el reposo y se producen de forma regular, acortándose el tiempo transcurrido entre una y otra a medida que se aproxima el parto. Debe ir al hospital cuando el intervalo entre las sucesivas contracciones que se produzcan durante dos horas sea de 10 minutos o de 5 minutos. Es una cosa que tiene muy clara Brenda, porque dentro de la alegría de ser madre, también está nerviosa y asustada.

Brenda tiene contracciones muy seguidas y llama a Margaret para que le acerque al hospital en el coche. Su amiga llega rápido a su apartamento y coge la bolsa con las cosas necesarias para ella y el bebé.

A Brenda le dan enseguida una habitación; es la fase de dilatación, que además es la de mayor duración. Se inicia con las contracciones de parto y termina cuando el cuello del útero se expande hasta tener el diámetro necesario para que el feto pueda pasar a través de él.

A la dilatación le sigue la fase expulsiva. Se inicia con la aparición de una fuerte presión en el área vaginal que la obliga a empujar para que el feto empiece a pasar por el cuello del útero.

Es una continua lucha de esfuerzo para Brenda, que empuja con todas sus fuerzas, empuja cogiendo aire y respirando, haciendo fuerza una y otra vez, sin parar.

Y por fin se produce el nacimiento: ha llegado a la vida su bebé...

Una vez que el bebé nace, se corta el cordón umbilical y se sujeta con una abrazadera cerca del ombligo.

Se lleva a cabo un breve examen físico para detectar señales claras de que el bebé está sano. El resto de los procedimientos necesarios se efectúa en los minutos y horas que siguen al parto.

Tras nacer, ponen a la recién nacida una ropita y un gorro del centro e inmediatamente el contacto piel con piel con su mamá, para que no pierda calor.

Brenda había preparado un neceser para el bebé: esponja natural, jabón, toallitas orgánicas, toalla de algodón, crema hidratante, pomada para el culito, cepillo de pelos blanditos, gasas. Unos pañales, una mantita, un jersey, un pantaloncito, un gorrito. y guantes.

Para ella, un par de camisones, una bata, ropa interior y unas cómodas zapatillas.

Brenda debe permanecer en el hospital veinticuatro horas.

Ya tiene su bebé en brazos, lo abraza y lo pone contra su pecho. El parto ha sido muy doloroso, de muchas horas, en su caso ocho, pero vale muchísimo la pena.

En este tiempo, descansará y tomará contacto con su bebé, y recibirá ayuda con la lactancia materna y el cuidado del recién nacido; esta es una experiencia que a Brenda le hubiera gustado vivir con sus padres a su lado.

Ha recibido la visita de Margaret, Eli y Alan, Dina y Scott; han entrado en la habitación de uno en uno, unos cinco minutos, no más. Han venido cargados de regalos y detalles para Brenda y el bebé.

Margaret le ha regalado un libro sobre lactancia materna. Un camisón precioso de flores, junto a un jersey de lana rosa con lacitos para el bebé.

Elí una cesta de productos de belleza para el postparto.

Da un ramo de rosas.

Dina le ha regalado un fulard portabebés y un kit de maquillaje.

Scott, una joya especial de mamá personalizada, collar en forma de corazón de madre y bebé en oro, donde pone el nombre del bebé y la fecha de nacimiento. Este regalo se lo entregará en unos días, cuando hayan terminado de grabarlo; ahora mismo le regala una canastilla de bebé preciosa.

Brenda está superagradecida a todos ellos, es un momento muy especial y está acompañada de las personas que más quiere, que forman parte de su vida, que la ayudan y protegen en todo momento.

Scott irá a buscarla a la salida del hospital para llevarla ya a su apartamento. Con un nuevo miembro de la familia, Otto está deseando ver a Brenda; cada vez que alguien abre la puerta, se tira como un loco, deseando que sea su dueña, pero este día solo ha ido Dina para sacarlo al parque.

Al recoger a Brenda del hospital, ella coloca al bebé en el portabebés para que esté más protegida y se monta en la parte trasera del coche.

Tras un trayecto no muy largo, por fin Brenda está nuevamente en su apartamento, en su dulce hogar, junto a su amigo fiel Otto y ya con su hija en brazos, los tres juntos. Ese momento lo hace inmortal Scott, que les hace una foto, que quedará siempre de recuerdo...

Scott se despide de Brenda; en unos momentos entra a trabajar y no quiere llegar tarde y dejar a su padre con todo el trabajo.

Ha pasado una semana desde el gran acontecimiento del nacimiento de la hija de Brenda. Lleva una vida muy normal, en casa, con sus estudios abandonados; para ella lo más importante ahora es su hija. Ya verá más adelante cómo reorganiza su vida. No irá a trabajar a la hamburguesería; es un permiso que le ha dado su jefa. La repostería la va a empezar a hacer desde casa, sin trasladarse al local; su hijo con el furgón recogerá los pedidos.

Brenda piensa que puede trabajar online, ofreciendo sus tartas a otros negocios y así coger más dinero extra.

Al mismo tiempo podrá cuidar y estar con su pequeña, disfrutando de cada día, disfrutando de cada momento; ser madre es una experiencia única, y Brenda la quiere vivir plenamente.

Una mañana le llega el regalo de Scott, que no le pudo entregar, por mensajero certificado.

Brenda abre la cajita; es un collar de oro en forma de corazón de madre y bebé donde pone el nombre de su hija Briggitte y la fecha veinte de diciembre de dos mil veinte. Al lado, una tarjetita dorada con una frase.

"Felicidades por haber tenido esa cosita tan pequeñita con esa cara tan bonita. Tiene un ángel en su sonrisa.

Te mereces cada pedazo de felicidad que este bebé te traerá.




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