A primera hora de la mañana, como un rayo en tormenta, salió disparada hacia Emerald Town, no podía darse más el lujo de perder más el tiempo; habían sido ya dos días, y ni una esmeralda del sol había conseguido, ni había contactado con Sonic, o Tails. Lo único que hizo fue dejarle un pequeño recado a Rouge en su cama, en un papel que esperaba que leyese, agredeciéndole por la ayuda que le había dado, pero, debía partir ya a Emerald Town.
Una vez llegado a Emerald Town, cosa que no le tardó mucho, buscó señales de Tails, a lo que en poco tiempo divisó una especie de taller con la forma de la cabeza de Tails; no dudó ni un poco que allí fuese el laboratorio de Tails, y fue directo a.
Una vez ahí, estuvo tocando desesperadamente la cortina metálica que era la entrada a lo que posiblemente sería el taller de Tails; lastimosamente, nadie abrió. Blaze decidió entonces resignarse, y recostarse en la cortina, esperando que alguien a que Tails se llegase a aparecer. Pasó el tiempo, y Blaze llegó a casi dormirse, mientras veía el firmamento. Entonces, lo vio. Una avioneta de color rojo voló por el cielo, pero, vio el símbolo de dos colas amarillentas en la parte tracera, y le fue imposible no darse cuenta que se trataba de Tails.
¡Eh!, ¡Tails! —Blaze intentó gritarle para llamar su atención, pero, no funcionó, así que no tuvo otra que salir corriendo atrás de él.—
La avioneta descendió en unas colinas a lo lejos, parecía ser una zona arqueológica, y ahí se encontraba una pista de aterrizaje para el pequeño zorro. Nada más aterrizar, Tails bajó de la avioneta, se veía agitado de tanto pilotar.
Lo lamento, Sonic, hubiésemos podido salvar a esos indefensos animales, pero, no vi cuando disparó ese misil, y solamente pude hacerme para atrás para poder esquivarlo. —Responde Tails.—
Está bien, Tails. Sé que no lo hiciste con mala intención. Rescataremos a esos animales después, ahora debemos encontrar la nueva base de Eggman, y acabar con ella como siempre hacemos. —Dice Sonic con su voz confiada, y optimista, quien se encontraba en la parte superior del ala.—
Blaze llega poco después, pero, alcanza a oír la parte de buscar a Eggman.
¡Sonic! —Grita con fervor hacia Sonic al oír su particular voz.—
El erizo azul voltea sorprendido de ver a la princesa del sol nuevamente en su dimensión.
¿Blaze?, ¿pero qué haces aquí? —Dice hacia la princesa.—
Eggman. No sé qué habrá hecho, pero, desde hace dos días fui trasladada nuevamente aquí, no dudo que hayan sido las esmeraldas del sol quienes me hayan traído aquí, pero, de ser así, signifca que las ha robado. —Responde.—
¿Eggman? Vaya, ese científico parece que nunca se rinda con un plan, no importa cuántas veces falle. —Responde Tails.—
Ya lo creo, no dudaría que todo este tiempo haya estado formando un plan para usar las esmeraldas del sol. —Responde Sonic.—
Necesito que me ayuden a encontrarlo, chicos. Sé que ustedes conocen bien al doctor. —Responde Blaze a forma de petición.—
Cuenta con ello, Blazy. —Responde Sonic guiñándole el ojo.—
Bien, ahora solamente es de encontrar a Eggman, recuperar las esmeraldas, volver a mi mundo, y buscar una excusa para Marine. Suena fácil. —Piensa Blaze.—
Pero, hoy, creo que ha sido suficiente buscar a Eggman. Ey, Blaze, ¿no te gustaría un chilidog? —Pregunta Sonic.—
Eh, …creo…, pero, ¿no crees que deberíamos ponernos a investigar? —Responde Blaze.—
Sí, pero, se ve que estás muy cansada, y necesita descansar Tails, así que, ¿porqué no vamos a Station Square? Hay un señor que prepara los mejores chilidogs de esta región. —Dice Sonic.—
Bien, supongo que tienes razón. —Responde Blaze.—
Fine, entonces es una cita; espero sea de su agrado, princesa imperial, y no pierda mi cabeza. —Dice Sonic con su típico bromista, mientras con su mano simula ser un cuchillo que le corta el cuello rápidamente.—
¿Una cita? Bueno, supongo que se refiere a una arromántica. —Piensa Blaze.— Eh, pero, a todo esto, ¿qué es un chilidog? —Pregunta Blaze abiertamente.—
⸘Qué‽ ⸘No sabes que es un chilidog‽ —Pregunta Sonic.—
Creo haber oído en tu fiesta cumpleaños que Tails mencionó que te haría uno, y solías quejarte cuando estábamos con Marine que extrañabas comer uno, pero, jamás he llegado a saber que es exactamente. —Responde Blaze.—
Ay, princesa, ¡de lo que te has perdido! Te encantarán, ya lo verás. —Responde Sonic.—
Está bien. —Hace una pequeña pausa, y se acerca al oído de Sonic.— O haré que te corten la cabeza. —Le dice al erizo azul lo más serio, y directo posible.—
Guau, Blaze, ¡calma! Está bien que quieras hacer una broma, pero, no lo digas tan directo que parece que lo dices en serio. —Contesta Sonic.—
Disculpa, no estoy acostumbrada a las bromas. —Dice respira hondo, y exhala, Blaze.— No volverá a pasar lo prometo. —Dice Blaze.—
Ey, tampoco lo hiciste tan mal, no se desanime, su alteza. —Responde Sonic.—
Está bien. —Responde Blaze.—
Entonces caminan unos metros hasta llegar un tren, abordarlo, y llegar a Station Square. Sonic la llevo a recorrer la dicha ciudad, que había sido reconstrüida desde hace ya algún tiempo, desde el incidente de Chaos. Sonic logra divisar entonces un carrito de comida rápida, y corre velozmente hacia allí.
Ey, ¿qué onda?, ¿qué lo que, Tusk? ¿Cómo llevas el negocio? —Pregunta Sonic al vendedor.—
Bien, bien, Sonic. Gracias por preguntar. ¿Vas a querer algo? —Pregunta el vendedor al erizo.—
Por supuesto que sí. Lo de siempre, aunque, esta vez que sea otro, por favor. —Responde Sonic.—
Ya va a la orden, mi amigo azulado. —Dice el vendedor comenzando a prepararle dos chilidogs.—
Blaze solamente estaba atrás, y se acerca lentamente hasta llegar.
Ey, Blaze, te presento al mejor cocinero que te puedas encontrar en Station Square. Blaze, Tusk. —Dice Sonic presentándole al cocinero.—