Flawless

una digna rival

 

Afortunadamente Marcus había tenido tiempo de generar para mí un armario completo con ropa adecuada para esta época. Bueno, medianamente adecuada.

Seguía llevando un paso adelante en cuanto a la moda femenina, sobre todo para aquellas osadas que no gustaban de los vestidos; pero, era eso y andar englobada entre un montón de telas.

Agradecí el pantalón flexible que, aunque había intentado dejar ancho, por mis piernas bien formadas pasaba más bien por una licra. Era más fácil montar al galope sobre un caballo sin riendas y asiéndome solamente de su crin.

Pero eso no me detuvo de exigirle lo máximo de velocidad a mi cuadrúpedo amigo. Era a penas consiente de las miradas de expectación que me dirigían una vez pedía paso e intentaba ubicarme en las calles.

Hasta que finalmente di con el lugar. Era amplio, bastante despejado y muy elegante. Uno de esos lugares a los que ni Loren ni yo nos gustaba entrar independientemente de la época.

Demasiado esplendoroso para nuestros gustos.

Hades frenó en seco y yo salté de su lomo.

-Te puedes perder un rato si gustas, ya conoces mis chiflidos y no estoy muy segura de que la cuestión me lleve poco tiempo- como si el caballo me entendiera, relinchó en respuesta y se alejó al galope.

Tenía que preguntarle al abuelo de dónde había sacado tan maravilloso animal.

Dejando de lado mis extrañas dudas existenciales me acerqué con garbo a la entrada y nada más un vistazo superficial por el lugar me llevó a localizar a mi hermana.

Estaba de espaldas a la entrada, sentada en la esquina de una amplia mesa de mantel blanco y alrededor de esta, por lo menos unas 7 tipas sumidas en una escandalosa carcajada.

Avancé un poco más lento e intenté captar rastros de la conversación y justo cuando lograba entender retazos de su plática pude notar como las manos de mi hermana se aferraban con fuerza a los laterales de su silla.

Era algo así como un tic nervioso, le sucedía cuando era sometida a mucha presión, cuando estaba enojada o cuando estaba reteniendo el llanto.

Las mataría.

-… estuvo por casarse con Catalina- apuntó una rubia con rulos extravagantes en su cabeza. Inmediatamente la mujer que se encontraba frente a mi hermana sonrió con un deje de suficiencia.

Decididamente no era fea, pero se notaba a leguas que hace mucho había perdido todo rastro de inocencia, el cual, por otro lado, lo desbordaba mi hermana.

Podía notar que eso era lo que le molestaba. Mi hermana era fácilmente encantadora y cautivadora, no necesitaba mirar seductoramente para lograr llamar la atención, cosa que definitivamente dudaba de su contrincante.

La mirada era decidida, vengativa y retadora. Una digna contrincante.

-Pues a lo mejor hubiesen hecho una buena pareja, pero sacando el tema a relucir, es mi hermana quien se va a casar con él- puse mis manos sobre los hombros de Loren y apreté con sutileza para que no se asustara.

Evité mirar a los ojos a mi hermana, no podía consolarla en estos momentos. Sabía que, si la miraba, Loren se echaría a llorar y no era lo que queríamos.

Todas las mujeres dejaron escapar una leve exclamación, pero la expresión que más me gustó fue la de aquella pelinegra frente a mi hermana. Su sonrisa triunfal flaqueó y sus ojos entrecerrados con suspicacia se abrieron con sorpresa ante la nueva rival.

-¿Disculpa?- el gesto amargo que precedió a su duda por poco me hace soltar la carcajada- ¿quién se supone que es usted? No creo que esté invitada.

-De hecho, por si no escuchó lo anterior, soy la hermana de Loren- las demás mesas se encontraban bastante cerca así que aproveché para jalar sin sutileza una de las sillas y la acomodé justo al lado de la de mi hermana, me senté sin el mayor de los protocolos, me recosté en el respaldar cruzando los brazos sobre mi pecho y extendí mis piernas en toda su longitud- y por supuesto que estoy invitada, soy su dama de honor, simplemente se me hizo el tarde, pero… ya estoy aquí- me reincorporé rápidamente y junté mis manos sobre la mesa fijando mi atención en su postura incómoda.

>>Entonces… ¿en qué iban? ¿un casamiento fallido por posible ineptitud? ¿tal vez infidelidad? - eso último sacó un grito general de mayores niveles auditivos.

- ¿Cómo se atreve? - y ahí estaba, el gesto de indignación y rabia.

- Es lo que noto, pero tranquila, estamos entre mujeres y son amigas de mi hermana… dígame- entrecerré los ojos y me acerqué en lo que mi postura me permitía un poco más a ella- ¿quién le hizo cambiar de objetivo? Seguramente no tenía el dinero suficiente ya que una vez más tiene clavada la mira en Carlos- continué sin esperar respuesta- o tal vez… no era bueno en la cama ¿verdad? - argumenté con picardía.

- ¡AY POR DIOS!...

- ¡QUE ATREVIMIENTO!...

-Entonces si era eso- asentí satisfecha ante el cambio de color que se presentó en el rostro de la chica- muy astuta, pero la verdad es que, por tu porte y presencia se nota que ya entras en la etapa de la desesperación, así que de una vez te digo que Carlos ya no juega en tus ligas, a lo mejor alguna vez te quiso, pero sé cómo mira a mi hermana y sinceramente lo que sea que estés intentando hacer, no va a funcionar.



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En el texto hay: hermanas, amor, peleas poderes oscuros

Editado: 26.07.2018

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