-Siempre me pregunté cuál era el tipo de chica de Eliájh. Nick y Clark no son muy reservados en cuanto a sus amoríos y por lo que he notado, tampoco son muy exigentes, pero el mayor de los Mc´Llson tiene un historial intachable. Todo un caballero- el repentino inicio de charla me hizo revolear los ojos. Alan no dejaría pasar el tema.
-Eso salta a la vista- murmuré recostándome contra uno de los pilares que sostenían las cúpulas del enorme salón.
-Posó sus ojos en ti- le miré de reojo ante la afirmación y pude notar un puchero.
-Ummm- no me apetecía armar una batalla campal con el duque.
-Su familia es extraña y misteriosa.
-Si no me lo dices, no me doy cuenta- ironicé finalmente dándome por vencida. Tomé una copa de las que ofrecían los camareros que se paseaban por el salón y posé mi atención en la destacada familia.
Parecían desprender un aura que los alejaba del resto de la multitud. Era como si nadie más se atreviese a mezclarse con ellos, más sus gestos relajados y las risas que dejaban entrever un ambiente agradable… así que era difícil entenderles. Las personas no los despintaban, pero tampoco hacían mucho para incluirse en su grupo.
-Voy a pasar por alto tu manera poco cortés de estropear mis intentos de charla.
-Irónico, porque me siento a gusto expresándome de esa manera- puntualicé sonriendo inocentemente.
-Vamos Leah. Lo lamento ¿vale? Discúlpame por querer sincerarme contigo y mostrarte mis sentimientos.
-Cosa que no pedí que hicieras- finalmente posé mi atención en él- Alan, odio hacerte esto, en serio; así que amablemente te pediré que desistas de mostrarme lo que sientes porque lo único que lograras es que te lastime.
El duque se quedó pensativo y tras varios minutos en silencio, asintió.
-Si eso es lo que quieres. Está bien.
-Ahora, por qué no me cuentas lo que sabes de la familia Mc´Llson y de dónde conocen a mi abuelo.
Alan pareció sopesar sus opciones, pero finalmente desistió de mantenerme al margen.
-Los Mc´Llson son una familia influyente que se pasean por la mayor parte del mundo, nunca se quedan más de una semana en un solo lugar. La primera vez que les vi fue precisamente en la casa de tu abuelo; Robert se acababa de mudar y yo fui a ofrecerle mis respetos y mi ayuda en caso tal de que llegara a necesitarla, después de todo era el primer vecino que tenía.
>>Llegaron los cuatro, pero en cuestión de negocios solo participaba Nick, por ser el más impulsivo y retador y Eliájh por ser el mayor y el único capaz de calmar el temperamento de su hermano. Por lo que he notado, son dos polos opuestos.
-Lo que los hace inseparables ¿me equivoco?- Alan asintió- ¿De dónde son?- continué.
-Nunca lo supe y desistí de mis intento cuando noté que raras veces se aparecían por este lugar, Robert no ha estado viajando mucho como antes, por lo que sus visitas son cortas.
-¿A qué te refieres con eso?
-Pues cuando tu abuelo se ausentaba por periodos largos de tiempo al volver siempre venían ellos a visitarle. Supongo que algo referente a negocios o cosas por el estilo.
Ellos lo saben, ahora no me cabe duda.
-De todas formas es fácil reconocer cuando andan por estos lados, ya que el caos y el desorden son mas notorios cuando ellos cuatro se pasean por los alrededores- enarqué mis cejas en señal de querer más información- El joven Nick y el joven Clark dejan corazones rotos a su paso en cada visita, Reyna haciéndole honor a su nombre se la pasa de tienda en tienda, comprando y posando su mirada en cualquier caballero apuesto que se atraviese en su camino, sin importar el estado civil de estos, vale la pena recalcar.
-¿y Eliájh?- pregunté con interés a lo que Alan respondió con una mueca de molestia camuflándola a medias con el sorbo exagerado que le dio a su copa de vino vaciándola de un solo golpe.
-El mayor de los Mc´Llson como ya te dije, tiene un historial intachable; soluciona los inconvenientes en los que lo envuelven sus hermanos y en cuestión de beneficios para la comunidad él es como… algo así como un alfa. Si algo aprendí de él es que no da su palabra a la ligera y… tampoco la rompe. De todas formas, hay algo en él que se me hace oscuro y misterioso, tal vez peligroso.
>> No deberías acercarte a él, si bien es quien mantiene a todos en calma, no deja de parecerme lúgubre. Aunque como moradores de tu casa en cada visita, imagino que mi recomendación de mantener la distancia queda nula mucho antes de que intentes considerarla.
Enarqué una ceja.
-Oh… no lo sabias- murmuró pensativo- ¡Demonios! Sabes… pensé que no bailabas.
-No lo hago- respondí tomando el último trago que contenía mi copa y me encaminé en busca del abuelo dejando esta sobre la mesa de los postres.
-¿A quién buscas con tanto interés?- preguntó de repente Leah interceptándome en medio del salón.
-A Robert ¿lo has visto?- a lo que ella negó con su cabeza como respuesta mientras me tomaba de las manos y me incitaba a que le siguiera en su baile improvisado.