ELIÁJH
Eran demasiados, tenía que admitirlo. La sala se vio llena de jumpers menores que mostraban un nulo control de sus minúsculos dones.
-Caballeros... - comenté levantando los brazos en una clara invitación a acercarse.
Lo cual no dudaron.
Pero a medida que se abalanzaban sobre mí, uno a uno fueron cayendo a mis pies, a veces hasta 3 cuerpos seguidos. Todos con flechas metálicas atravesándolos.
-Eres un mal protector- comentó una voz bastante familiar. No tuve que hacer otra cosa que mirar hacia la parte superior de las escaleras para detallarla.
Dejó el arco en su hombro y se deslizó por la escalera sacando dos espadas de 3 puntas y cortando varios cuellos de jumpers mientras su descenso culminaba.
Ya en el suelo pude ser partícipe de un enfrentamiento múltiple en el que la dama se desenvolvió con gracia y agilidad hasta reducirlos todos a cadáveres.
-Ni siquiera me dejaste iniciar esta ronda- señalé irguiéndome en señal de saludo.
-Oh, no fue mi intención- mencionó teatralmente- solo recibí unas cuántas visitas no deseadas en la habitación que me persuadieron de unirme a la diversión aquí abajo.
¡Maldición!
-¿Estás bien?- pregunté tomando su brazo cuando amagó a pasar por mi lado.
-No te preocupes, todo está cubierto arriba- y a pesar de lo poco normal que debía resultarle la situación a Leah, ella sonrió.
-Deberías...- su expresión cambió al notar el mensaje oculto bajo esa simple palabra, se acercó demasiado a mí, retándome con la mirada.
-No- concluyó guardando las espadas. Comenzó a revisar la zona.
Algo me decía que ella no era nueva en esto.
-Deberías estar muerta de miedo escondiéndote o por lo menos siendo consciente de que acabas de masacrar a una docena de jumpers que aun no siendo humanos del todo, eran seres vivos.
Afortunadamente tuve su atención, pero no quedaba rastro de su buen humor.
-Uno, yo no me escondo. Dos, soy consciente de lo que hice y de no hacerlo probablemente ya estuviese muerta... Supervivencia del más fuerte- chasqueó la lengua- y... Bueno, ver todas las temporadas de The Walking Death te quita el asco a las vísceras y eso.
Su sentido del humor aún en la situación más crítica debía admitir que me agradaba.
>>Bueno, este lugar está despejado- concluyó- deberíamos salir a ayudar a tus hermanos.
Nuevamente le detuve del brazo y me acerqué a su persona más de lo necesario.
>>¿Qué?- preguntó examinando mis labios y luego mis ojos.
No podías ponértela tú mismo fácil ¿Verdad, Eliájh?
- Lamento no haber estado arriba para evitar que te involucraras. Vine lo más rápido que pude, pero son muchos.
-Lo sé- fue lo único que respondió- pero todo va bien hasta el momento, así que tengo que admitir que me siento positiva.
Y ahí estaba la cuestión.
- Leah ¿Tú ya has estado en situaciones similares? - pregunté.
-Bueno, si contamos el entrenamiento militar que me obsequió Robert... Podría decirse que… algo así.
Enarqué una ceja.
>> Mi familia es peculiar- resumió- esto se me hace sencillo porque ya lo he vivido, pero aun así sé que es... Real. Sin embargo, aun no entiendo por qué lo estoy tomando con tanta calma e incluso me atrevería a decir que... Lo estoy disfrutando- por lo menos estaba siendo sincera.
Sus palpitaciones cardíacas lo confirmaban.
-Creo que podemos resolver eso después… cuando todo esto termine. Ahora quiero que vuelvas arriba y te quedes con tu hermana y los duques, estoy seguro de que puedes defenderlos en caso de que no pueda ayudarles.
-No me iré- anunció con autoridad- no sin Robert- no dije nada- es lo único que me interesa; si están todos a salvo dejo que salves mi trasero, lo juro- levantó las manos- aunque, si necesitas refuerzos…
-Vamos por tu abuelo- concluí no sin antes revolear los ojos, ella sonrió y asintió.
Nos encaminamos al salón principal y Leah aprovechó para bajar a la cocina donde dio por sentado que estaban los empleados. Y no se equivocó, pues todos, hombres y mujeres se encontraban allí reunidos con cuchillos, cacerolas, trinches y todo lo que encontraron que pudiese servirles para defenderse.
Por suerte nos reconocieron de inmediato antes de que se lanzaran a atacarnos, pero no hubo razón de Robert.
Reanudamos la marcha y ya en la entrada obligatoriamente tuvimos que escondernos, pues frente a esta había por lo menos 6 pistoleros y lamentablemente no de los normales. Decir que alcancé a desviar el trayecto de varias balas fue poco.
-Ese hijo de su madre por poco me vuela la cabeza- exclamó ella con palpitaciones aceleradas.
Finalmente, una reacción normal.
>>Oye Eliájh- le miré una vez más y pude ver un leve sonrojo- no es que me incomode servirte de colchón, pero… me es difícil respirar.
O su reacción también podría deberse a ese motivo. Me encontraba sobre ella cubriéndola por completo con mi cuerpo.