✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧La leyenda del sol y la luna✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧
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Solo pudo asentir para así poder bailar junto a aquel chico que tanto le había jurado a la luna que la volvería loca. Por su parte, Alaric solamente pensaba en lo hermosa que se veía a la luz de la luna.
Estaban sumergidos en sus miradas y pensamientos que no se habían percatado de que un rubio junto a su novia los observaban con sorpresa, ya que ellos sabían perfectamente que sus amigos iban a acabar juntos en algún momento.
- Dejémoslos disfrutar y vayamos a continuar con la fiesta – Susurro lentamente Cathe para así poder tomar la mano de su novio y volver a entrar a la casa
Cuando había pasado un rato ambos se separaron, pero sin dejarse de mirar tenían una gran sonrisa hasta que Alaric tomo la iniciativa para entablar una conversación.
- En verdad eres hermosa – Dijo besando por última vez la mano de la chica, se volteó para dirigirse hasta la entrada del jardín pero sin antes decir -. Te volveré a ver más adelante…
Kalina se quedó un rato más alisando aquella situación. Luego decidió ir en busca de su amiga, la cual estaba en un sillón cerca de donde estaban las bebidas, al encontrarla Kalina le arrebato su bebida haciendo que la de lentes chistara.
Cathe miro fijamente a su querida amiga notando un breve sonrojo, así que la tomo del brazo acercándola a ella -, Oye me vas a decir que paso entre ustedes – Dijo riendo a lo que la contraria solamente pudo ahogarse con la bebida -. Oh, vamos, ni que hubiera dicho algo malo
Antes de que la pelinegra pudiera decir algo, fue interrumpida por el anfitrión de la fiesta diciéndole a todos que ya era hora de irse por un pequeño problema que había sucedido, luego de eso se acercó al sillón donde se encontraban ellas.
- Lo siento chicas, pero para recompensar Alaric y yo las llevaremos a sus casas – Mirando a su amigo para que fuera a decir nada, sino que aceptara sin más fueron al auto -. Bueno, tortolos ustedes atrás
Ya al llegar a su casa Kalina solo hizo un gesto para despedirse y así entrar a su casa, al entrar se encontró con la sorpresa de que su padre la estaba esperando. Sin ninguna palabra tomo el brazo de su hija y la arrastro hasta la sala, se le notaba que está irritado.
- Kalina, te he estado escribiendo preocupado – La soltó lentamente, haciéndola sentar, él se sentó al frente de ella cruzando los brazos -. Sé que tu madre es permisiva para estas cosas, pero la próxima vez responde el maldito celular
La menor de los Federov solamente agacho la cabeza escuchando los regaños de su padre, sabía que si llegaba a decir algo que no fuera correcto sería capaz de mandarla al sótano donde había pasado la mayoría de su niñez.
- Lo siento Pa… Digo señor – Se puso tensa al casi equivocarse porque algo que no le gustaba al hombre que tenía al frente era que lo llamara “Padre” -. ¿Puedo retirarme?
Sin recibir alguna respuesta se levantó lo más rápido posible para dirigirse a su habitación, algo que odiaba de su familia era esa arrogancia de aquel hombre, cuando llego a su habitación se cambió para así tirarse en su cama y poder darle mimos a Childi.
A la mañana siguiente, Kalina se despertó con un dolor de cabeza y una sensación de confusión. Recordando la fiesta de la noche anterior y su encuentro con Alaric. Se sentó rápidamente en la cama y se cubrió el rostro con las manos.
- Carajo!, ¿Qué hice? – Se pregunta a sí misma, hasta que su celular empieza sonar. Era Catherine:
- Como amaneció mi rusa favorita – Decía con una emoción como si la noche anterior no hubiera bebido tanto
Estuvieron hablando por un rato hasta que tocaron el tema de los chicos, ninguna quiso comentar nada, pero no podían quedarse calladas sin decir sus ocurrencias con ciertos chicos.
- La verdad no recuerdo porque discutí con Maxwell, pero es un idiota – Suspiro pesadamente a lo que la pelinegra solamente decía confirmo -. Dejemos de hablar de mí y ahora hablemos de tu bella noche con tu príncipe azul
“Él no sería un príncipe… Sería el villano en mi cuento de hadas” – Pensó Kalina mientras escuchaba de fondo la voz de su amiga después de su pequeño trance termino de hablar con Cathe para así dirigirse a la cocina donde estaban sus progenitores.
No hablaron mientras comían cada uno en su mundo, solo compartían algunas miradas y gestos, el señor Federov ni cambiaba su expresión, solo miraba a su hija con repugnancia, hubo un punto donde Kalina no sabía qué hacer, así que decidió levantarse eh irse de la cocina no soportaba verlo.
En eso recibe un mensaje de Alaric diciéndole “¿Te gustaría salir a dar un paseo?”. Ella se tomó su tiempo antes de responder, claro que quería salir, pero con lo que había pasado la noche anterior no sabía si sería capaz de mirarlo a los ojos. Al final decidió aceptar debía disfrutar su último día de vacaciones porque mañana tendría que volver al instituto.
Al final ambos omitieron la charla de aquella fiesta y quisieron disfrutar de un nuevo día, el chico de mechas azules solamente podía mirarla mientras que ella mostraba una gran sonrisa al ver que tenían mucho en común, por ejemplo a ambos les gusta el arte pero de forma diferente.
- Dime princesse, alguna vez has escuchado la leyenda del sol y la luna – Ella negó lentamente, claro que había escuchado hablar de ella gracias a su abuela, pero como ella siempre decía hay muchas versiones de una misma historia -. Entonces te la contaré porque sé que a pesar de todo tú serás mi luna
[En un tiempo lejano, cuando el mundo era aún joven, el Sol y la Luna eran dos seres divinos que habitaban en un cielo repleto de estrellas. El Sol, con su luz dorada y su calor abrazador, iluminaba la tierra con su presencia radiante. La Luna, por su parte, era un reflejo de la belleza etérea, con su suave luz plateada que calmaba las noches y llenaba de sueños a quienes la contemplaban.