Flor Azul

Capitulo 4

✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧Actuación✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧

A pesar de tener el impulso de ir corriendo a pegarle a aquel hombre, las chicas se contuvieron, no podían romper las reglas, aunque eso fuese lo que quisieran. Prosiguió la reunión de bienvenida hasta que fue la hora del receso.

- Vámonos de aquí Nefe – La tomaron del brazo porque se había quedado allí parada sin ninguna expresión, pero se le notaba la incomodidad de saber qué tendría que ver a Donomie todos los días en clases -. No te dejaremos sola con ese hombre, al menos la clase de Idiomas nos tocará juntas

Al llegar a la cafetería tomaron asiento cerca de las ventanas donde no había tantos estudiantes y así podrían hablar con más libertad, se la pasaron hablando sobre varios temas hasta que sienten la presencia de un grupito y deciden voltear a mirarlos.

Eran Russell junto a sus amigos que pasaban por todas las mesas molestando a los estudiantes -. Aquí están mis más odiabas frikis – Las chicas lo miraron con rabia y siguieron su conversación, ignorando al rubio que sé iba ofendido junto a sus perros guardianes y su mejor amigo.

Mientras finalizaba el receso, las chicas tuvieron la gran idea de pasar por la mesa donde se encontraban Russell y demás para gastarle una broma que pronto iba a acabar muy mal para ellas.

Nefe miraba con una gran sonrisa burlona a sus mejores amigas que se habían sentado encima del rubio y el de mechas azules haciéndose pasar por sus novias -. Qué bonitas parejas – Dijo la pelirroja sin aguantar la risa, viendo como ambos chicos se paraban rápidamente con una expresión confundida, a lo que las dos amigas se dirigieron a ella riendo sin parar.

- Vistes sus caras, fueron las mejores – Luego de que ambas dijeran eso, las tres desaparecieron de allí sin escuchar ninguna palabra de sus víctimas. Al llegar vieron que se encontraba el director y a la profesa de Meredith hablando hasta que se dieron cuenta de la presencia de ellas.

Las tres hicieron un tipo de reverencia y se dirigieron a sus respectivos puestos esperando que empezara la clase. La clase empezó minutos después, no fue tan interesante Kalina estaba intentando no dormirse, entonces para no hacerlo se puso a garabatear en su cuaderno hasta que sonara en el timbre.

El día transcurre rápidamente ahora Kalina se encontraba en sus clases de canto que eran a escondidas de sus padres, ya que si les llegaba a decir el señor Federov sería capaz de meterla en el sótano.

Kalina se acomodó en el banco de la sala de canto, el corazón, latiéndole con fuerza por la emoción y el nerviosismo. El pequeño estudio, escondido detrás de un aula de matemáticas, estaba decorado con fotos de leyendas de la música y un piano viejo en el centro. El señor Dawson, con su aire autoritario, pero apasionado, la miraba fijamente.

- Hoy vamos a trabajar en la interpretación – Dijo, cruzando los brazos -. Quiero que sientas cada palabra que cantas. La emoción es clave.

Kalina asintió, tratando de calmar los nervios que le recorrían el estómago. A pesar del temor que le inspiraba el profesor, sabía que era un gran maestro. Sin embargo, la idea de que sus padres se enteraran de sus clases la hacía sentir un nudo en la garganta. Ellos nunca entenderían por qué el canto era tan importante para ella.

Mientras el profesor le pedía que eligiera una canción, Kalina pensó en su favorita:era nada más y nada menos que I’m A Mess de Bebe Rexha. Se preparó para cantar, y al hacerlo, sintió cómo la música la envolvía. Cada nota le daba alas, y por un momento, olvidó su miedo.

Cuando terminó, el señor Dawson la miró con una mezcla de sorpresa y satisfacción.

- Eso fue... sorprendentemente bueno, Kalina. Tienes un don. Pero necesitas ser más segura de ti misma. La confianza se transmite al público.

Las palabras del profesor resonaron en su mente mientras regresaba a casa. Caminó por las calles, repasando la clase y sintiendo una chispa de esperanza. Si el concurso de talentos era una oportunidad para mostrar su voz, tal vez podría encontrar la confianza que le faltaba.

Al llegar a casa, se aseguró de que sus padres no estuvieran cerca. Se encerró en su habitación y comenzó a practicar. Cada nota que salía de su boca era un paso más hacia su sueño. Sin embargo, el temor a ser descubierta siempre estaba presente.

Esa noche, mientras su familia cenaba en la mesa, Kalina se sentía ansiosa. Sus padres hablaban sobre sus propios sueños y expectativas, sin saber que ella también tenía los suyos, escondidos y ocultos. Al terminar la cena, decidió hablar con sus amigas sobre el concurso.

- Chicas, quiero participar – Les dijo al día siguiente, mientras se reunían en la cafetería -. Pero tengo miedo de que mis padres se enteren.

Nefe la miró con determinación. -. ¡Tienes que hacerlo! Nosotras estaremos contigo en cada paso. Si necesitas apoyo, lo tendrás.

Kalina sonrió, sintiendo el calor de su amistad. Con cada palabra de ánimo, la confianza comenzaba a florecer en su interior. Esa tarde, se sentó con ellas y planearon cómo sé prepararían para el concurso. Tal vez no sería fácil, pero juntas podrían enfrentarse a cualquier desafío.

Mientras el día del concurso se acercaba, Kalina se dio cuenta de que no solo se trataba de cantar. Era un momento para mostrarse tal como era, una parte de ella que había estado oculta demasiado tiempo. Y, al final, lo que más deseaba era que sus padres la aceptaran por quien realmente era.

Con cada día que pasaba, la emoción del concurso crecía, pero también lo hacía la presión. Kalina se encontraba en el patio durante el receso, ensayando en voz baja su canción cuando un rostro familiar se acercó. Era Alaric, aquel chico que tanto le gustaba, no podía creer que se le estaba acercando.




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