Flor Azul

Capitulo 10

✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧Días De Silencio✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧

Los días siguientes al enfrentamiento con su padre fueron tensos para Kalina. En casa, la atmósfera era pesada y silenciosa. Su padre, molesto, evitaba cualquier interacción con ella. Kalina se sentía angustiada, deseando que todo volviera a la normalidad, pero sabía que la situación requería tiempo.

En el instituto, Alaric se convirtió en su refugio. Siempre estaba ahí, apoyándola y brindándole la confianza que necesitaba. Durante los recreos, se sentaban juntos en un rincón tranquilo del jardín, lejos de las miradas curiosas y del ambiente hostil que Maxwell había creado.

- ¿Cómo te sientes hoy? – Preguntó Alaric un día, mientras Kalina tocaba suavemente las cuerdas de su guitarra.

- Aún extraño a mi padre – Respondió ella, su voz, un susurro -. Siento que le he fallado.

Alaric la miró con seriedad. -. No le has fallado. Solo estás siguiendo tu pasión. Eso debería ser suficiente.

Kalina sonrió levemente. -. Lo sé, pero a veces desearía que él entendiera que la música es una parte importante de mí.

Un par de días más tarde, mientras Kalina se preparaba para una de sus clases de música, recibió un mensaje de texto de Nefe.

¡Chicas, reunión en mi casa esta tarde! Trae la guitarra y preparen algo para tocar. Necesitamos distraernos”

Kalina sintió que era justo lo que necesitaba. Esa tarde, llegó a la casa de Nefe, donde sus amigas ya estaban reunidas, llenas de risas y energía.

- ¡Hola, Rusa! – Gritó Evander, acercándose con entusiasmo -. ¡Estamos listos para una jam session!

Los chicos comenzaron a tocar música, juntos, riendo y disfrutando de la compañía. Kalina se sintió liberada; cada nota que tocaba parecía disipar la tensión acumulada en su pecho. La música se convirtió en su escape, y por un momento, se olvidó del silencio en casa.

Mientras tocaban, Nefe se acercó y le susurró: -. ¿Te gustaría que Alaric se uniera? Podríamos hacer algo más grande.

Kalina dudó un instante. -. Sí, creo que sería genial.

Nefe mandó un mensaje a Alaric y, poco después, él apareció en la puerta con una gran sonrisa.

- ¡Listo para rockear! – Dijo, y Kalina sintió una oleada de alegría al verlo.

La sesión de música se extendió por horas. Las risas, las melodías y las voces llenaron el ambiente, y Kalina se sintió en casa, rodeada de personas que la entendían. A medida que avanzaba la noche, Nefeli sugirió hacer una presentación pequeña en el jardín de la escuela para el próximo fin de semana.

- ¡Eso sería increíble! – Exclamo Catherine -. Podemos invitar a más amigos.

Kalina sonrió, sintiendo que esto podría ser un paso hacia adelante. -. Sí, me encantaría.

Esa noche, al regresar a casa, Kalina se sintió más ligera. Aunque su padre seguía sin hablarle, había encontrado un apoyo en sus amigas y en Alaric. La música había sido su refugio, y estaba lista para enfrentar la situación con su padre de una manera diferente.

Los días pasaron, y Kalina se concentró en los ensayos para la presentación. La idea de compartir su música la emocionaba. Sin embargo, el silencio de su padre seguía pesando en su corazón.

Finalmente, el día de la presentación llegó. El jardín de la escuela estaba decorado con luces y flores, y los amigos de Kalina estaban listos para apoyarla. Mientras se preparaban, Kalina sintió un nerviosismo creciente, pero también una chispa de emoción.

Cuando llegó el momento de subir al escenario, Alaric tomó su mano y le sonrió. -. Tú puedes hacerlo Princesse. La música es tu voz.

Con esa confianza, Kalina se adentró en el escenario. La multitud se reunió, y al ver a sus amigas animándola desde la primera fila, sintió que todo iba a salir bien.

Comenzó a tocar la primera canción llamada Older, una melodía alegre que había compuesto junto a Alaric. La música llenó el aire y la energía del público la impulsó. Kalina cantó con todo su corazón, sintiendo cómo cada nota le daba fuerza.

A medida que avanzaba la presentación, notó entre la multitud a su padre, parado al fondo. Su corazón se aceleró, y un nudo se formó en su garganta. Pero, en lugar de dejarse llevar por la ansiedad, se concentró en la música. Era su momento.

Cuando terminó la última canción, el público estalló en aplausos y vítores. Kalina sonrió, sintiendo una oleada de felicidad. Había logrado algo que nunca pensó que podría hacer: compartir su música con el mundo.

Al bajar del escenario, se encontró con Alaric, quien la abrazó con fuerza. -. Lo hiciste, Princesse. Fue increíble.

- Gracias, Mon Amour No podría haberlo hecho sin ti – Respondió, sintiendo que su corazón se llenaba de gratitud.

Justo en ese momento, su padre se acercó. Kalina sintió una mezcla de nervios y esperanza. -. Padre, yo…

- Lo hiciste bien – Interrumpió él, con una expresión que no podía descifrar -. Me alegra verte feliz.

Kalina se quedó en silencio, sorprendida por su respuesta. -. ¿Entonces… está bien?

- Creo que necesitamos hablar – Dijo su padre, su tono más suave esta vez. -. Pero no aquí. Hablemos en casa.

Kalina asintió, sintiendo que había un rayo de esperanza. A pesar del silencio de los últimos días, quizás había una oportunidad para reconstruir la relación con su padre. Esa noche, mientras regresaban a casa, se sintió lista para enfrentar la conversación que tanto había esperado. La música había sido su salvación, y ahora, estaba lista para encontrar un camino hacia la comprensión y la reconciliación.

Después de la presentación en el jardín, Kalina sintió que había dado un paso importante en su vida. La alegría de compartir su música con amigos y compañeros era un recuerdo que atesoraría para siempre. Sin embargo, la tensión con su padre seguía en el aire. A pesar de haber estado presente en su actuación, él había optado por no hablarle.




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