✩₊˚.⋆☾⋆⁺₊✧Aliados y Tensiones˚.⋆☾⋆⁺₊✧
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La clase de idioma extranjero había terminado hacía unos minutos, pero Kalina, Nefeli y Catherine seguían en sus asientos, rodeadas por el misterioso sobre que había aparecido en el pupitre de Kalina días atrás. El silencio era casi palpable mientras repasaban por enésima vez las palabras escritas en el papel, tratando de descifrar algún significado oculto.
De pronto, la puerta del aula se abrió, y la figura del profesor Donomie Mickee apareció en el umbral. Llevaba su típica expresión seria, pero había algo diferente en sus ojos: una mezcla de curiosidad y determinación.
- ¿Todavía investigando la carta? – Preguntó mientras se acercaba al grupo.
Las chicas intercambiaron miradas rápidas antes de que Kalina asintiera.
- No hemos avanzado mucho, señor Mickee. Todo esto es tan extraño... No sabemos si tomarlo como una advertencia o un juego macabro.
El profesor estudió el papel durante unos segundos, frunciendo el ceño.
- He oído rumores por los pasillos – Comentó mientras se sentaba en el borde del escritorio más cercano -. No puedo ignorar lo que está pasando, y parece que necesitan ayuda.
Nefeli, que estaba de brazos cruzados, levantó una ceja con escepticismo.
- ¿Y por qué debería interesarle, señor Mickee? Esto es asunto nuestro.
El profesor soltó una leve risa, aunque su mirada permaneció fija en Nefeli.
- Porque, señorita Thames, cuando algo como esto comienza a alterar el equilibrio en el instituto, se convierte en mi problema también.
Sin esperar respuesta, Mickee tomó el sobre y lo examinó con cuidado, girándolo en sus manos como si pudiera extraer información del simple tacto.
- ¿Ya revisaron si hay huellas dactilares o algún rastro físico? – Preguntó mientras levantaba la mirada hacia ellas.
- No somos detectives, señor Mickee – Respondió la chica de gafas con un suspiro -. Apenas hemos tenido tiempo para pensar con tanta presión encima.
El mayor las miro con una sonrisa en su rostro para luego poder hablar.
- Bien, entonces será mejor que empecemos.
Los próximos minutos transcurrieron en una frenética búsqueda de pistas. Mickee sugería hipótesis, Catherine tomaba notas, y Kalina trataba de recordar cualquier detalle extraño en los días previos a recibir la carta. Mientras tanto, Nefeli se mantuvo en silencio, observando al profesor con una mezcla de sospecha y frustración.
Finalmente, Mickee se volvió hacia Nefeli, notando su actitud distante.
- ¿Hay algo que quiera decir, señorita Thames? Parece que tuviera algo que decirme
Nefeli alzó la cabeza, sus ojos ardiendo de intensidad.
- No nada que decirle, profesor. Es con el hecho de que siempre parece estar metiéndose en cosas que no le corresponden.
La tensión en el aula se disparó. Catherine y Kalina intercambiaron miradas incómodas, mientras el profesor mantenía la calma.
- Entiendo que mi presencia pueda parecer una intrusión, pero créame, solo quiero ayudar – Dijo Mickee con voz firme, pero sin perder la compostura.
- ¿Ayudar? – Replicó la pelirroja con sarcasmo -. Como ayudó a mi familia, ¿verdad?
El aire pareció congelarse en ese momento. Kalina dio un paso hacia Nefeli, colocando una mano en su hombro para calmarla, pero ella se apartó bruscamente.
- No necesito sus consejos ni su ayuda – Continuó Nefeli, su voz temblando de rabia contenida -. No confío en usted, y no creo que deba estar involucrado en esto.
Mickee suspiró, dejando el sobre en el escritorio.
- Sé que hay cosas que no puedo cambiar, señorita Thames, pero eso no significa que no intente hacerlo mejor. Si decide que mi ayuda no es bienvenida, lo entenderé.
Sin decir más, se giró y salió del aula, dejando un silencio pesado tras de sí. Cuando la puerta se cerró, Catherine fue la primera en romper el silencio.
- Nefe, ¿estás bien?
Nefeli no respondió de inmediato. Sus ojos seguían clavados en la puerta, como si esperara que el profesor regresara. Finalmente, suspiró y se dejó caer en una silla.
- Estoy cansada – Murmuro, simplemente, su tono más apagado que antes -. Todo esto es demasiado.
Kalina se sentó a su lado, colocándole una mano en la rodilla.
- Lo superaremos juntas, Nefe. Pero necesitamos toda la ayuda que podamos obtener, incluso si viene de alguien como el señor Mickee.
Nefeli no respondió, pero su silencio fue suficiente para saber que estaba procesando las palabras de su amiga.
Mientras tanto, en el pasillo, Mickee se detuvo por un momento, apoyándose contra la pared. Sus pensamientos estaban revueltos, pero sabía que no podía darse por vencido. Había algo en todo esto que no cuadraba, y estaba decidido a descubrir qué era, incluso si eso significaba enfrentarse a los demonios de su pasado.
El camino hacia la verdad apenas comenzaba, y todos, de una forma u otra, estaban atrapados en su red.
La tarde en el instituto continuó con una atmósfera más densa de lo habitual. Kalina, Nefeli y Catherine decidieron dejar la carta y el sobre en la oficina del director con la esperanza de que pudiera investigar más. Sin embargo, el asunto seguía pesando en sus mentes.
Kalina, siempre tratando de mantener la paz, intentaba distraer a sus amigas con temas más ligeros mientras caminaban hacia la salida.
- Tal vez todo esto sea parte de un malentendido, ¿no creen? – Aventuró con una sonrisa nerviosa.
- O alguien que disfruta demasiado de los juegos mentales – Añadió Catherine, intentando mantenerse optimista.