Flor de Daphne

CAPÍTULO 3

El edificio de Ethan quedaba a varias calles, a pie hacía cerca de unos cuarenta y cinco minutos para llegar, podía hacerlo en menos de quince si tomara el transporte público, pero prefería caminar, mientras más tardara en llegar a su departamento, mejor.

Mientras caminaba, escuchó un grito que al principio ignoró, algo como un quejido, no creyó que fuera nada a lo que prestarle mucha atención, pero al escuchar lo que le pareció la voz una chica pidiendo ayuda se puso en alerta. Se detuvo y trató de escuchar, vio hacia el otro lado de la calle y vio a una pareja conversando mientras caminaba.

—¡Ayuda! —cuando se escuchó de nuevo el grito claramente, la pareja se detuvo abruptamente, se dieron la vuelta y se alejaron del lugar doblando por otra calle rápidamente.

Todos en la ciudad sabían que estar en ese lugar a esas horas solo era algo muy peligroso, los últimos meses había muchos borrachos y adictos en los callejones causando conflictos. Había escuchado en las noticias acerca de un chico que había sido asaltado con arma de fuego. No era algo que a él le preocupara lo suficiente para no pasar por aquí de noche, no estaba seguro de que le preocupara realmente que algo le pasara.

Cuando la pareja se fue, Ethan corrió tratando de ubicar el lugar del que venían los gritos, sólo tuvo que correr una cuadra antes de que sospechosamente un hombre parado frente a un callejón saliera corriendo al verlo y soltando una maldición, dejando caer un cigarrillo.

Ethan corrió hacia el callejón y vio ahí a un hombre sujetando a una chica bajo su cuerpo manteniendo sus manos sobre su cabeza, mientras trataba de bajarle los pantalones con una mano. La chica lloraba y gritaba retorciéndose.

Ethan corrió inmediatamente hacia el hombre y lo tacleó quitándolo de encima de la chica. El hombre cayó al suelo, el chico se puso encima de él y comenzó a golpearlo en el rostro.

Daphne, en cuanto se vio liberada, se enderezó y retrocedió en el suelo sintiéndose aturdida y asustada. Sus mejillas estaban húmedas por las lágrimas, su corazón y su respiración estaban muy acelerados. Dejó de retroceder hasta que dio con una pared del callejón, su blusa se hallaba más arriba de su sostén, con manos temblorosas la bajó por su torso, para después dirigirlas al broche de sus pantalones que el hombre había desabrochado.

Vio al chico que golpeaba a su atacante, sólo logró ver su espalda. Apartó la mirada y cruzó ambos brazos sobre su pecho, su blusa ya estaba en su lugar y sus pantalones ni siquiera habían sido bajados, pero se sentía totalmente expuesta. Quería salir de ese lugar, quería correr; huir de ahí, pero no lograba realizar un movimiento para levantarse y hacerlo, se sentía en shock.

Ethan seguía lanzando golpes al hombre mientras seguía sobre él. Dominaba la situación, el hombre le lanzó varios golpes mientras trataba de quitárselo de encima, pero sólo había podido atinarle algunos en la barbilla, sin embargo, un golpe que el hombre logró asestarle a Ethan en el estómago fue suficiente para quitárselo de encima. Ethan retrocedió sintiendo el aire escapar de sus pulmones.

El hombre se incorporó como pudo y corrió para salir del callejón, ignorando por completo a Daphne. En cuanto Ethan recuperó el aire se incorporó, miró hacia la salida del callejón y maldijo por lo bajo, el maldito había huido. Pensó ir tras él, pero entonces miró a la chica que se hallaba aún en el suelo, estaba sentada con la mirada hacia abajo, su cabello totalmente revuelto le ocultaba el rostro, y se notaba que estaba temblando.

Ethan se levantó y se acercó a ella, aun sujetando su estómago por el golpe. En cuanto llegó hacia ella se inclinó a su altura.

—Oye —le habló suavemente—, ¿estás bien?

No recibió respuesta, la chica permaneció con la mirada baja, aún temblaba, la escuchó soltar un sollozo y vio el temblor en sus hombros indicando que había comenzado a llorar. Sintió pena por ella, entendía perfectamente lo que una experiencia similar podía ser para una chica. Esto no era nada en comparación.

—Oye —la llamó, pero ella sólo siguió llorando sin levantar la mirada—. Oye —volvió a hablarle, pero esta vez, estiró su mano hacia el rostro de ella; hacia su barbilla.

Daphne se sobresaltó y sus sollozos se detuvieron un momento cuando él tocó su mentón, no estaba en momento de recibir ningún tipo de contacto físico, el chico le hizo elevar la mirada. En cuanto Ethan vio su rostro, apartó inmediatamente su mano de éste, al tiempo que Daphne también retraía su rostro de su tacto.

Ethan vio su rostro mojado por las lágrimas y con suciedad del suelo del callejón; vio esos ojos enrojecidos e irritados e inmediatamente dolorosos recuerdos llegaron a su mente.

Daphne estaba tan aturdida que tardó unos segundos en reconocerlo. No dijo nada y volvió a bajar la mirada, apretando más los brazos con los que se abrazaba a sí misma, no podía dejar de sollozar, quería irse a casa, pero no hallaba fuerzas para levantarse del suelo.

Ethan la miró unos segundos, ¿por qué tenía que ser ella? La miró llorar unos segundos, hasta que finalmente le habló de nuevo:

—Oye —ella no regresó su mirada hacia él.

Tras unos minutos de duda, Ethan volvió a llevar una de sus manos hacia ella tomando su barbilla para que levantara la mirada, ella no opuso resistencia. Al ver de nuevo su rostro, Ethan sintió nuevamente su pecho oprimirse.

«No, tranquilo, ella no es Ellie, Ethan» —se recordó mentalmente—. No te pasó nada. Él no te hizo nada —trató de hablarle conciliadoramente, pero su voz salió muy dura.

Daphne, aun temblando, sólo asintió, intentó levantarse, tratando de reprimir su llanto. Ethan le dio la mano para que se pusiera de pie, sintiendo con ese contacto sus latidos acelerarse. Daphne se limpió las lágrimas de sus mejillas y elevó los ojos para mirarlo. El chico apartó su mano de ella que en cuando estuvo de pie.




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