Flor de Daphne

CAPÍTULO 6

Ethan llegó a la dirección de la fiesta, no tardó mucho en ubicar la casa en la que el cumpleaños se festejaba, se escuchaba la música a dos cuadras.

En cuanto decidió ir a la fiesta se había dado una rápida ducha y se había puesto la mejor ropa que tenía, que sólo consistía en unos jeans y una camisa a cuadros con mangas largas, se había puesto los mismos zapatos deportivos que solía usar para ir al trabajo.

Al llegar a la casa, la rodeó hasta llegar a la parte trasera desde donde provenía la música y el bullicio. La puerta estaba abierta, había unos grupos de chicos bebiendo y conversando fuera de ésta, se adentró al lugar y lo recorrió la mirada, vio a muchos jóvenes en grupos conversando, bebiendo y bailando en el jardín, mientras que en una esquina de éste había un DJ encargado de la música. Ethan se quedó junto a la entrada buscando con la mirada a Daphne.

Vio unas mesas al otro lado de jardín en una había bebidas y botadas, en otra había varios regalos, entonces se percató de que no había traído ningún presente para la cumpleañera. Avanzó entre los que bailaban hasta el cobertizo de la casa, ahí había unos cuantos chicos y chicas bebiendo y conversando, pero entre ellos tampoco vio a Daphne.

Supuso que tal vez ella y sus amigas se hallaban dentro, vio por la puerta de entrada que había personas dentro de la casa, pensó en tal vez entrar, pero se detuvo antes de dar un segundo paso y miró a su alrededor. Había mucha gente ahí, mucho ruido, demasiado ánimo. No era el tipo de lugar al que solía ir, o en el que le gustara estar.

Mientras miraba hacia las personas que bailaban, conversaban y bebían en el jardín, una pareja que salía de la casa para después bajar por cobertizo conversando y riendo muy animadamente, pasó junto a él, golpeando la chica su hombro con el suyo.

—Disculpa —dijo la chica sin dejar de reír para seguir su camino tomando la mano de su chico.

Ethan frunció el ceño con desagrado, al verlos tan juntos y tomados de las manos, odiaba ver a las parejas de manera tan acaramelada, no era como que esa pareja actuara de realmente de esa manera, pero el simple hecho de que caminaran con sus manos tomadas le causaba desagrado.

Veía a muchas parejas así en el restaurante, incluso actuaban más acarameladas, eso más los intentos de sus compañeros de trabajo por animarlo y unirlo a sus conversaciones eran la peor parte de su trabajo. En cualquier momento podía ver parejas así en la ciudad, tal vez era por eso que no le gradaba mucho salir a menos que fuera necesario, odiaba ver a parejas que lo hicieran recordar aquello que tuvo y que perdió.

En ese momento se reprendió el haber venido, realmente él no tenía nada que hacer ahí, ni siquiera era realmente amigo de la cumpleañera, es más, a apenas y la conocía, estaba seguro de que si lo había invitado era por Daphne. Comenzó a considerar el irse, igual Daphne aún no lo había visto, ni siquiera se enteraría de que había estado ahí. Miró hacia la salida y decidió que lo mejor era irse.

Pero apenas dio un paso hacia esta cuando escuchó cierta voz que lo hizo detenerse en seco:

—¡Ethan! —exclamó Daphne al verlo.

Ethan se dio la vuelta, pensando en que debió darse prisa e irse, o no venir desde un principio. Vio a Daphne, esta salía de la casa juntos a sus dos amigas. Estaban las tres arregladas con vestidos cortos y zapatos medianamente altos. Las tres se acercaron a él, con Daphne por delante.

—Viniste —dijo Daphne con una gran sonrisa.

—Sí —dijo Ethan mirándola y tratando de mostrarle una ligera sonrisa, cosa que llamó mucho la atención de Daphne, era la primera vez que lo veía esbozar una sonrisa. Le agradó eso, ni siquiera se percató de lo la incomodidad de Ethan.

Más la incomodidad del chico no impidió que casi involuntariamente sus ojos se pasearan sobre ella. Ethan casi ni se dio cuenta de hacia dónde se movían sus ojos. Nunca había visto a Daphne tan arreglada antes, se veía realmente hermosa. De ese modo definitivamente no le recordaba tanto a Ellie, ella nunca se arreglaba así, aun así, ella le parecía totalmente hermosa tal y como era naturalmente.

Daphne inmediatamente notó que los ojos de Ethan prácticamente la recorrieron al verla, sin embargo, lejos de incomodarse, sonrió ampliamente, esa mirada le evidenció que a él le gustaba como se veía.

—Ven —Daphne lo tomó del brazo y lo acercó a sus amigas. Ethan no pudo evitar contener la respiración por su contacto, demasiada cercanía—. Creo que no te he presentado bien a mis amigas —dijo soltando el brazo de Ethan, sólo entonces éste volvió a respirar. Daphne señaló a su amiga pelirroja—. Bueno a Jannette ya la conoces.

—Claro, la cumpleañera —dijo Ethan, y Jannette le sonrió amistosamente.

—Y a Alice ya la has visto, siempre vamos las tres juntas a almorzar al restaurante —señaló a la morena junto a Jannette, a ella la conocía sólo de vista, no sabía su nombre.

—Hola —saludó Alice también con una amable sonrisa.

—Realmente creí que no vendrías —habló Jannette.

—Sí, lo decidí a último momento. No tenía nada más que hacer —dijo Ethan como si no fuera nada—. Acabo de llegar en realidad.

—Bueno, me alegra que hayas venido —comentó Jannette—, creo que realmente te hace falta salir un poco.

—No soy mucho de salir. Probablemente no me quede mucho en la fiesta —comentó como entrada para retirarse pronto.

—Oye, chico, ¿acabas de llegar y ya estás pensando en irte? —dijo Alice—. Disfruta de la fiesta.

—Sí, y disfruta de la convivencia —aportó Jannette—. ¿No quieres tomar algo? Toma lo que quieras. Si quieres algo más fuerte ve adentro por algo.

—En realidad no suelo beber mucho —dijo Ethan. Daphne lo miró y lo sintió un poco incómodo, supuso que no se sentía cómodo estando en una fiesta en la que no conocía prácticamente a nadie.

Cuando la canción que sonaba cambió, una gran sonrisa se formó en el rostro de Jannette.




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