Flor de Daphne

CAPÍTULO 13

Pasadas las nueve de la noche finalmente se fueron de la feria. A pesar de sus dudas y su constante conflicto interno, Ethan no podía negar que se había divertido en compañía de Daphne.

Regresaron caminando, al igual que como llegaron, caminaban cerca del centro de la ciudad mientras hablaban sobre los juegos y de la feria, como habitualmente ocurría, era Daphne la que más hablaba, mientras Ethan escuchaba. Ya era algo tarde, los faros de la ciudad ya estaban encendidos y casi todos los negocios ya estaban cerrados, el resto ya estaban cerrando.

Mientras caminaban frente a unos aparadores, Daphne ya no se mantenía sujeta al brazo de Ethan, sólo caminaban uno junto al otro, ella abrazaba con un brazo a su tigre de peluche, mientras le contaba a Ethan sobre cuando iba a las ferias con sus amigos en su vieja ciudad.

—A mi amiga Danielle le aterraban los juegos más extremos —contaba Daphne—, mis otros amigos y yo solíamos presionarla para que subiera con nosotros, casi siempre cedía ante la presión social y terminaba gritando como poseída.

—¿Y no sentían pena por obligarla a subir a juegos aterradores? —cuestionó Ethan, enarcando una ceja.

—No la obligábamos, la presionábamos —puntualizó Daphne—, no es lo mismo. Además, estoy segura que en el fondo ella también tenía mucha curiosidad de subir a esos juegos —aseguró Daphne con una sonrisa—. Realmente nos divertíamos mucho haciendo locuras... —mientras Daphne continuaba hablando, Ethan se detuvo al ver algo en el aparador de una tienda de electrónicos.

Daphne que se mantenía con la mirada al frente, tardó unos segundos en darse cuenta que Ethan se había detenido. Al notarlo se detuvo y se giró hacia él.

—¿Qué haces? —preguntó extrañada al verlo mirar atentamente hacia el aparador de la tienda.

Ahí había unos televisores transmitiendo algo. Vio que era un noticiero, más al acercarse a Ethan para ver de qué se trataba la nota periodística, las televisiones se apagaron, al mismo tiempo que algunas luces del lugar, aparentemente estaban también por cerrar. Al apagarse las televisiones escuchó a Ethan soltar una pequeña maldición.

—¿Qué pasa? —preguntó Daphne aún más extrañada por su reacción— ¿qué era eso?

Entonces Ethan apartó la mirada del aparador de la tienda y miró a Daphne, por un momento había olvidado que ella estaba ahí con él. Trató de reponerse de su impresión y caminó hacia ella.

—No es nada —aseguró Ethan con indiferencia. Más esto no despistó a Daphne, no había visto de que se trataba la nota, pero claramente había sido algo que había llamado mucho la atención de Ethan.

El resto del camino a casa de Daphne, fue muy callado, la chica ya ni siquiera recordaba de qué estaba hablando antes de aquello, y el ambiente ya no se sentía como momento para continuar contando sus anécdotas, ni siquiera sabía si debía preguntar de nuevo qué había pasado. Casi todo el camino ambos se mantuvieron con la mirada al frente, sólo en algunos momentos Daphne volteaba hacia Ethan. Él se veía pensativo, la hacía sentir angustiada, se preguntaba qué pensaba, le extrañaba su repentina aptitud, antes de eso había bastante relajado.

Después de largos e incómodos minutos de silencio, finalmente llegaron a casa de Daphne. Ethan la siguió hasta la entrada del jardín.

—Bueno —habló Ethan—, aquí te dejo.

Dicho esto, se dio la vuelta, un tanto indiferente y apresurado, eso extrañó aún más a Daphne, su trato se sintió muy seco en comparación a como se había estado comportando con ella la mayor parte de la noche.

—Ethan —lo llamó Daphne, él se dio vuelta para mirarla—, ¿está todo bien? —preguntó notablemente preocupada.

Ethan se quedó callado un momento. Realmente no se había esforzado ni un poco en disimular su sorpresa e intriga por la noticia que había visto en la televisión de la tienda. Ahora Daphne se notaba extrañada y preocupada.

—Sí —contestó finalmente—, todo está bien —dicho esto finalmente se marchó.

Daphne sólo se quedó ahí de pie unos momentos mientras él se alejaba hasta perderlo de vista al girar en una esquina. No estaba conforme con esa respuesta, algo había pasado, algo que al parecer había afectado a Ethan. ¿Pero qué? Obviamente tenía que ver con esa nota que había visto en las noticias, y claramente él no quiso ni mencionárselo.

Hasta hace unos minutos realmente Daphne creía que estaba acercándose más a Ethan, pero claramente no tenía la confianza de éste, y no lo culpaba, después de todo llevaban poco de conocerse. Sin importar que tanto ella intentara entrar en confianza con otras personas, Ethan no era así, parecía ser alguien que guardara sus cosas sólo para sí, y no era que creyera que eso estuviese mal, simplemente deseaba que él entrara más en confianza con ella.

—Realmente, aún no lo conozco —susurró para sí misma Daphne, mirando el tigre de peluche que Ethan le había regalado.

Pensado mucho en esta pequeña situación, se dirigió a la entrada de su casa, mientras pensaba:

«Tengo que saber qué le pasa» —no debería ser insistente con que Ethan se abriera con ella, lo que menos deseaba era hostigarlo con el tema, pero casi sentía la imperiosa necesidad de saber qué pasaba.

Mientras tanto, Ethan se apresuraba a llegar a su departamento, quería investigar un poco más sobre la noticia que había visto, podría investigar de una vez en su teléfono, pero no tenía su celular consigo, lo había dejado en su departamento, necesitaba llegar ya para poder investigar todo lo que pudiera sobre el caso.

En la tienda fue sólo casualidad que volteara hacia el aparador de la tienda y viera en el noticiero que transmitían las televisiones. Ahí vio la foto de aquel tipo, lo reconoció en el instante en que vio la pantalla, era él. Lamentablemente sólo pudo ver el final de la nota, y no pudo escuchar nada de lo que narraba el reportero, sólo vio la foto y leyó un poco de lo que aparecía en el noticiero.




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