Flor de Daphne

CAPÍTULO 15

—¿Te gustaría ir al juego de encestar? —preguntó Daphne a Ethan, mientras sus amigos estaban en el juego de los dardos.

—No, está bien —contestó Ethan.

—¿Seguro?, seguramente ganarías fácilmente de nuevo, tal vez esta vez consigas encestar los tres tiros y puedas llevarte un mejor premio—insistió la chica.

—No, no tengo ganas de encestar—aseguró Ethan.

—Bueno, creo que iré a intentar otra vez —dijo Daphne dirigiéndose al juego— ¿me acompañas? —lo llamó.

Ethan fue detrás de ella, después de todo no quería quedarse ahí con los otros amigos de Daphne, ellos estaban muy distraídos con los juegos, además prácticamente no los conocía. La única que los vio alejarse juntos fue Jannette, al verlos, sólo se preguntaba en cuanto tiempo comenzaría a salir, era el único chico que conocía era amigo de Daphne, y el único por el que parecía interesada.

—Daphne —Ethan llamó a la chica antes de llegar al juego de encestar. Ésta se detuvo al oírlo y volteó a verlo.

—Dime —Ethan se quedó callado un momento, como si buscara las palabras para hablar, eso extrañó a Daphne. Ella iba a preguntar qué pasaba, pero él habló antes de que lo hiciera:

—Lo siento —finalmente dijo Ethan.

—¿Qué? —expresó Daphne extrañada.

—Por cómo te hablé ese día en el restaurante, lo siento —aclaró. Realmente Ethan sentía que debía disculparse por ello, había sido muy grosero con ella, y ella sólo estaba preocupada por él.

—Oh —expresó Daphne sorprendida por la disculpa, después de tantos días no esperaba que él se disculpara por ello, ni mucho menos en ese momento—. Descuida, no importa, fue... muy metiche de mi parte el tratar de meterme en tu vida; fue muy impertinente.

—Pero no era forma de hablarte —insistió Ethan—, es sólo que…, me enteré de algo que... —dejó las palabras a medias.

Eso llamó la atención de Daphne, sobre todo al ver la aflicción en el rostro de Ethan, se notaba que era algo que le afectaba mucho. Le gustaría preguntar más al respecto, pero no quería que él volviese a pensar que ella trataba de inmiscuirse en algo que no le incumbía.

—No he podido dejar de pensar en ello —agregó Ethan—, y es que es algo tan... —nuevamente dejó las palabras a medias.

—Está bien —habló Daphne—, no tienes que decirme —aseguró.

La chica podía notar que él realmente necesitaba hablar de ello, pero no sabía cómo, tal vez se tratara de algo demasiado difícil para él, o tal vez no confiaba tanto en ella como para hablar algo tan importante.

Al escuchar a Daphne, Ethan se quedó callado de nuevo, con miraba fija hacia el suelo. Sentía un gran impulso por contarle a Daphne, o a alguien en quien pudiera confiar un poco, sobre eso, pero no se atrevía por completo. Había tratado de dejar de pensar en eso durante todos esos días; había tratado de dejarlo atrás desde hace cuatro años, durante todo este tiempo, jamás lo mencionó a nadie, ni siquiera a sus compañeros, y realmente no deseaba hacerlo, lo que menos quería era que ellos se enteraran.

Al verlo tan callado, Daphne se acercó más a él y buscando su mirada preguntó:

—¿Tú quieres hablar de eso? —Ethan levantó la mirada hacia ella, pero inmediatamente volvió a bajarla.

—No lo sé —contestó Ethan—. He tratado de no pensar en ello durante los últimos cuatro años —eso extrañó aún más a Daphne, ¿cuatro años?

—Escucha —le habló la chica, llevando una de sus manos al rostro de Ethan, la piel de éste se erizó al sentir el rose de sus dedos con su barbilla. Levantó nuevamente la mirada hacia ella—. No tienes que decírmelo ahora, pero si quieres hablar de ello, búscame, no sé si yo pueda ayudarte, pero voy a escucharte, creo que eso es lo que realmente necesitas.

Ethan sólo la miró un momento sin decir nada. Ciertamente, ella no podía ayudarlo, pero escuchar esas palabras se sintió muy conciliador, sólo asintió por las palabras de Daphne, y ella esperaba que realmente lo hiciera. La chica apartó su mano del rostro de Ethan y volteó a ver a sus amigos, que seguían en el juego de los dardos.

—Regresemos con los demás —dijo Daphne pasando junto a Ethan para dirigirse hacia sus amigos.

—¿No quieres ir al juego? —preguntó el chico extrañado.

—Descuida —dijo Daphne con una sonrisa—, de todos modos, sé que perdería —al ver su relajada sonrisa, Ethan también le sonrió ligeramente.

Regresaron junto a los demás, permanecieron un rato más en los juegos, después se fueron de la feria. Caminaron juntos hasta el parque de juegos, desde ahí Alice y Danny se despidieron del resto y se fueron por otro camino. Más adelante, dos cuadras antes de llegar a casa de Daphne, Kennet y Jannette también se despidieron de los chicos.

Antes de que los demás se fueran, había habido conversación en el grupo, aunque Ethan había estado mayormente al margen de ella. Ahora Daphne no sabía si sería buen momento para hablar sobre aquello que le pasaba a Ethan, pero no quería insistir en ello, sería mejor que fuese Ethan el que diera el primer paso para hablar, además en un par de cuadras no había mucho que pudieran hablar. Así que, durante ese rato, permanecieron en silencio, hasta llegar a la de Daphne.

—Bueno, creo que aquí nos separamos —dijo Daphne a Ethan al llagar al frente de su casa.

Ethan aún sentía la necesidad de hablar con alguien. No quería contarle a ninguno de sus compañeros sobre esto, sabía que ellos ya sentían suficiente lástima por todo lo que sabían que él había pasado en su vida, además sentía que ya se había alejado mucho de ellos como para ahora querer hablar ahora de esto con alguno, y si se detenía bien a pensar en ello, simplemente no deseaba que ellos se enteraran. En el momento realmente no podía pensar en nadie más con quien hablar de esto más que Daphne.

—Oye —habló Ethan—, ¿realmente quieres escucharme? —habló de pronto el chico, esa pregunta sorprendió a Daphne—. ¿Podemos hablar ahora?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.