Ellie mantuvo el silencio por unos segundos, cómo si pensara en cómo seguir contando su historia.
—Siempre fui un estorbo en la vida de mi madre —finalmente habló—. No conocí a mi padre y me queda claro que no fui planeada. Mi madre siempre trató de rehacer su vida, tuvo muchas parejas, pasé mi niñez viendo a decenas de hombres desconocidos desfilar por mi casa.
»Mamá tenía un sólo sueño, conocer al amor de su vida y casarse con él, pero nunca duraban mucho sus relaciones. Cuando un hombre rompía con ella o la abandonaba, ella se desquitaba conmigo. Nunca me golpeó, pero sí me decía cosas horribles, como que yo era su mayor desgracia, la causa de que sus parejas la dejaran y de no poder casarse.
—Yo pasaba casi todos los días en la casa de mi abuela su casa quedaba a sólo una cuadra de la nuestra, cada que mamá llevaba a un hombre a casa yo me iba a la casa de la abuela, ella era muy buena conmigo, me cuidaba mucho —sonrió ligeramente—. Yo la ayudaba a hornear tartas y galletas; ella me enseñaba sus recetas, nos sentábamos juntas en su pórtico a tejer o a leer y estudiar la biblia, hasta me gustaba ayudarla con la limpieza de su casa, cualquier cosa era divertida cuando lo hacía con ella.
Mientras hablaba de su abuela, Ethan casi podía asegurar que sus ojos se iluminaban, evidenciando el gran amor que sentía por esa mujer que la cuidaba. Más esa mirada en los ojos de Ellie se apagó al continuar con su relato.
—Prácticamente mamá y yo dependíamos de mi abuela. Mamá casi no trabajaba y el poco dinero que ganaba lo gastaba con sus parejas. Siempre le pedí a mamá que me dejara quedarme con mi abuela para ya no estorbarle, pero ella nunca lo aceptó, al principio me dijo que yo sólo le estorbaría a mi abuela y que ella no me querría permanente en su casa, recuerdo llorar cuando me dijo eso, pero unos días después escuché que la abuela le decía a mi madre que me dejara vivir con ella, y fue mamá la que se negó.
»Cuando era una niña no entendía por qué si no me quería no me dejaba quedarme con mi abuela, pero lo entendí al crecer, la abuela apoyaba a mi madre sólo por mí, si ella no tuviera mi custodia no recibiría dinero de ella.
Nuevamente Ellie se quedó en silencio, esta vez por varios segundos, abrió los labios para decir algo, pero se quedó callada. Ethan la miró preocupado, la vio bajar la mirada hacia sus manos, las cuales mantenía unidas su regazo, la vio apretarlas con fuerza hasta que sus nudillos se tornaron pálidos y la vio hacer un gesto de dolor. Por un momento Ethan pensó que tal vez sería el momento de detener el relato, al menos por ahora, pero antes de que él propusiera dejarlo por hoy, ella continuó:
—Las cosas continuaron así hasta que mi madre llevó a... —hizo una suspensiva pausa— un hombre a casa cuando yo estaba por cumplir diez años. Él parecía un tipo agradable, fue el primero en querer interactuar conmigo y en comprarme regalos, también fue el primero en mudarse con nosotras y darle dinero a mi madre. También fue quien cumplió el sueño de mamá de casarse. Siempre era muy bueno con nosotras, en especial conmigo —en ese momento percibió que la voz de Ellie comenzaba a quebrarse.
»Tal vez yo era muy inocente, y no noté nada raro por mucho tiempo en su comportamiento hacia mí, y mi madre estaba demasiado enamorada para notarlo, pero mi abuela sí lo notó cuando yo tenía trece años —al escuchar eso, Ethan se sintió sorprendido y molesto al percibir hacia donde se dirigía Ellie—, ella no tardó en decirle sus inseguridades sobre su esposo a mi madre, él obviamente se defendió, y todo desembocó en que mi madre declarara a mi abuela como una incapacitada mental por su edad y la enviara a un asilo. Eso me rompió el corazón, no pude hacer nada para evitar que lo hiciera.
Ellie hizo nuevamente una pausa, Ethan vio las lágrimas salir de sus ojos. Ella se levantó bruscamente del sofá y caminó hacia la ventana.
—Él continuó siendo muy atento conmigo, demasiado atento. En un momento cuando él tomó un trabajo nocturno comencé a pasar parte de la tarde con él a solas en casa... —Ellie guardó silencio, pero Ethan escuchó los sollozos que ella soltaba mientras miraba por la ventana para evitar dar la cara a Ethan.
Ethan se sintió terrible verla así, y furioso con ese hombre al que ni siquiera conocía. Se puso de pie y se acercó a Ellie. Ella parecía no poder seguir hablando.
—¿Él abusó de ti? —preguntó Ethan estando a espaldas de Ellie, ésta sólo asintió sin decir nada. Ethan se sintió terriblemente acomplejado—. ¿Se lo dijiste a tu madre?
Ellie no volteó a verlo, pero habló:
—Él dijo que ella no me creería, yo tenía la sensación de que tenía razón, mamá confiaba plenamente en él. Aun así, decidí decírselo en cuanto tuve la primera oportunidad de hablar con ella a solas. Yo estaba muy asustada, a pesar de que temblaba y lloraba…—su voz se quebró un momento— no me creyó, o simplemente no quiso hacerlo. Me golpeó, me llamó mentirosa y me acusó de sólo querer arruinar su felicidad. Ella no hizo nada al respecto, y él… continuó durante un año.
»Todo el tiempo me sentía muy asustada, no podía dormir en las noches. Trataba de llegar tarde a casa o pasar la mayor parte del tiempo en el patio, pero no era suficiente para evitarlo, si él me decía que entrara a casa tenía que hacerlo. Cuando… mi… periodo llegó por primera vez, tuve mucho miedo de que algo pasara. É… Él… nunca usaba…—su voz se entrecortaba y quebraba por el llanto.
—Entiendo —la interrumpió Ethan, no tenía que explicar lo que no necesitaba que le explicara.
—No soporté la idea de que eso pudiera pasar, a la mañana siguiente, tomé la ropa que pude meter dentro de mi mochila, robé algo de dinero de mi madre y salí de casa fingiendo que sólo iba a la escuela. Estuve viviendo en las calles un par de meses, tal vez nunca me buscó, estuve en la ciudad hasta que conseguí que algunos extraños me llevaran de un lugar a otro, cuando llegué a esta ciudad conocí a Khate y me invitó a vivir con ella en aquella casa abandonada.
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Editado: 02.11.2023