Flor de Daphne

CAPÍTULO 22

El resto del viaje hacia el orfanato transcurrió en silencio. Cuando finalmente llegaron al lugar, tanto Ethan como Sophie se sintieron nerviosos mientras se adentraban al asilo y se dirigían a recepción. Ambos chicos se detuvieron a mitad del camino, Daphne y Thomas no dijeron nada al respecto sólo se quedaron junto a ellos, esperando, sabían que nada de toda esa situación era fácil para ellos, Daphne se mantuvo al lado de Ethan y colocó una mano sobre su hombro, mientras que Thomas no dejó de tomar la mano de Sophie, hasta que esta se sintió con fuerza para ser la que se acercara a pedir información.

 

—Buenos días —habló Sophie a la mujer en recepción—. Buscamos al señor Henry Garret.

 

—¿Son familiares suyos? —inquirió la mujer.

 

—No, sólo somos... viejos conocidos suyos —habló esta vez Ethan acercándose también al lugar.

 

—¿Están seguros de que es Henry Garret a quien vienen a ver? —preguntó la mujer algo extrañada—. No ha recibido visitas en casi tres años.

 

Sophie dirigió una triste mirada a Ethan, una que él regresó, pero en la suya había más bien cierta molestia. Arthur realmente había abandonado a su tío, bueno, no era como que pudieran esperar mucho de ese hombre.

 

—Sí, es a él a quien venimos a ver —respondió Ethan.

 

—¿Puedo preguntar de dónde conocen ustedes al señor Garret? La situación familiar de él es un poco… complicada —dijo la mujer. En seguida Ethan intuyó a lo que la mujer se refería, la situación con Arthur.

 

—Básicamente crecimos cerca de él —dijo Sophie.

 

La mujer permaneció en silencio unos segundos, hasta que pareció atar cabos en su mente. Su mirada se volvió de asombro e incredulidad.

 

—¿Ustedes estuvieron en ese orfanato? ¿vivieron todas esas cosas? —preguntó bajando la voz, y de manera un tanto insensible. Observó a Sophie viendo su notable embarazo, hacía poco que había salido a la luz toda la situación del orfanato, las fechas no se estaban acomodando en la mente de la mujer, si es que estos chicos estuvieron ahí.

 

Sophie se reprendió haber dicho eso, no deseada que se le relacionara con toda esa situación.

 

—Eh... nosotros... —habló Daphne—, estuvimos en el orfanato hace muchos años cuando el señor Garret aún era el director, fuimos adoptados en aquel tiempo.

 

—Así es —le siguió el juego Thomas—, los cuatro hemos mantenido el contacto y después de enterarnos de todo lo ocurrido decidimos reunimos para visitarlo.

 

La mujer se creyó inmediatamente todo el cuento y los miró casi conmovida.

 

—Está bien, llamaré a una enfermera para que los guíe a su habitación —accedió la mujer. Los cuatro chicos se sintieron aliviados—, pero antes deben estar conscientes de la situación en la que se encuentra el señor Garret, su mente suele estar muy despegada de la realidad actual, y no está al tanto de todo lo que ha ocurrido con su orfanato.

 

—Lo sabemos —dijeron Ethan y Sophie al unísono.

 

—Estamos al tanto de todo —aseguró Ethan.

 

Ethan y Sophie se sintieron ansiosos mientras la enfermera los dirigía por los pasillos del asilo a la habitación que el señor Garret ocupaba. Finalmente abrió una de las puertas, Ethan y Sophie inconscientemente aceleraron el paso para adentrarse en el lugar, Daphne y Thomas les siguieron.

 

—Señor Garret, tiene visitas —le habló suavemente la enfermera.

 

El hombre estaba sentado en un sofá de su habitación, estaba mirando por la ventana de ésta, al escuchar a la enfermera el hombre volteó hacia ella e inmediatamente centró su atención en los jóvenes que entraban en la habitación.

 

—No los conozco —aseguró inmediatamente el hombre.

 

—Son viejos conocidos suyos —le informó la enfermera.

 

—Nos conocimos cuando nosotros éramos más pequeños —le afirmó Sophie.

 

—¿Podría dejarnos hablar con él a solas un rato? —le pidió Thomas a la enfermera.

 

—Está bien —accedió la mujer—. No mencionen nada de los sucesos recientes —les pidió en voz baja, para después salir de la habitación.

 

Después de que la enfermera salió, Ethan y Sophie se tomaron unos segundos para mirar al señor Garret. Evidentemente se veía más envejecido que desde la última vez que se habían visto, y no era para menos habían pasado ocho años desde entonces.

 

Finalmente, Sophie se acercó a él y lo miró de manera conmovida.

 

—Señor Garret, realmente espero que pueda acordarse un poco de nosotros —le habló con una sonrisa, volteó hacia Ethan y le hizo una señal para que se acercara, a lo cual este obedeció—. Nosotros crecimos en su orfanato.

 

El hombre se vio interesado al escuchar eso, pero aún se veía desconcertado y confundido.

 

—Mi nombre es Sophie Gardner —intentó hacerlo recordar un poco—. Tenía cuatro años cuando mi padre me llevó al orfanato —la expresión del hombre no cambió—. ¿No me recuerda? Soy Sophie —expresó de manera casi insistente.

 

—Sophie —le habló Thomas, ella volteó hacia su esposo, este sólo negó. Algo decepcionada por la situación, Sophie se apartó del Señor Garret, pero entonces este habló:

 

—Sophie —dijo pensativo—. Llevaste en tu mochila a un gato escondido al orfanato después de una excursión. A ti ... te dejaron en nuestra puerta cuando tenías tres meses y te adoptaron a los diez años, te llevaste al gato.

 

Todos en la habitación se miraron extrañados especialmente Sophie, claramente no estaba hablando de ella, debía estar recordando a alguna otra Sophie que en algún momento pasó por el orfanato. La chica se sintió muy decepcionada, sin embargo, después de unos segundos de extrañeza y decepción sonrió con dulzura.




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