Flor de Daphne

CAPÍTULO 24

Poco antes de las diez de la mañana, Ethan y Daphne, se habían duchado, recogido y guardado sus ropas, y tomado un ligero desayuno antes de partir.

—Suerte en su búsqueda —dijo Sophie—, espero que encuentren lo que buscan.

Estaban ya fuera de los terrenos de la granja, Sophie y Thomas los habían acompañado hasta este punto sólo para despedirse.

—Fue un gusto volver a verte Ethan —se despidió Thomas extendiendo su mano al chico.

—Lo mismo digo —habló Ethan—, y en verdad me alegra que estés con Sophie —el chico sonrió volteando hacia su esposa que le devolvió la sonrisa.

—También fue un gusto conocerte, Daphne —le habló Sophie a la chica—. Me alegra que Ethan no esté sólo en esto, aseguró refiriéndose no sólo al viaje.

—También me agradó conocerte —admitió Daphne atreviéndose a acercarse a ella para darle un abrazo.

—Es hora —habló Ethan, mostrándole una última sonrisa a Sophie.

Ambos chicos se dieron la vuelta para marcharse, pero inesperadamente Ethan se detuvo y se volvió hacia ellos. Daphne también se detuvo extrañada.

—Sophie —le habló el chico a la joven embarazada. Había algo que había querido mencionar o hablar desde que los habían llevado al asilo en Dryfield—, no... —no estaba seguro de cómo tocar este tema, así que sólo lo dijo—: no deberías tener miedo de cuidar a tu bebé por lo de Toby.

Sophie se vio sorprendida porque él mencionara eso, no estaba segura de querer hablar de ello ahora. Thomas también se vio sorprendido porque Ethan hablara de eso, ese era un tema delicado para Sophie.

—Lo hiciste bien con Toby —aseguró. El ceño de Sophie se contrajo y sus labios temblaron.

Al percatarse de esto, y ver la sorpresa y tal vez incomodidad en Sophie, tanto Daphne como Thomas estuvieron a punto de intervenir para pedirle a Ethan que no dijera más al respecto, pero fue Sophie la que habló antes:

—Eso... no es verdad, Ethan —negó Sophie—. Tenía dieciséis años, era casi una niña, nunca había lidiado con un bebé. No tenía idea de qué hacer realmente, si lo hubiera hecho mejor, no se habría enfermado y habría vivido —su voz se quebró un poco, y sus ojos ardieron, pero se negó a llorar.

—No es tu culpa que Arthur se haya negado a llevarlo a un hospital, o las condiciones en las que vivíamos —insistió Ethan—. Diste todo de ti para cuidarlo, lo protegiste hasta el último segundo —los ojos se Sophie finalmente dejaron salir las lágrimas por las palabras del chico, mientras llevaba ambas manos a su vientre —. Tu hija es muy afortunada de que tú seas su madre.

Después se escuchar esto, Sophie se acercó a él, para abrazarlo rodeando su cuello con sus brazos, soltando ligeros sollozos, sin embargo, estaba sonriendo. Ethan correspondió a su abrazo.

—Gracias —susurró Sophie—, y gracias por sacarme de ese lugar —al cabo de unos segundos se apartó de él mostrándole una conmovida sonrisa, y regresó al lado de Thomas, quien también sonreía —. Por favor cuídate mucho, Ethan —dijo la chica.

—Tú también, Sophie —se dirigieron una última sonrisa antes de que Ethan y Daphne finalmente se alejaran del lugar.

Un sentimiento de nostalgia y tal vez tristeza invadió el pecho de Ethan, así como el de Sophie, en ningún momento habían hablado nada sobre mantenerse está vez en contacto, o volver a reunirse, no era que desearan no volver a verse las caras, pero era como si desde que se habían reencontrado y reunido en casa de ella, supieran que después de esto no volverían a verse, después de todo, ambos eran para el otro parte de ese pasado que luchaban por dejar totalmente atrás.

Él cielo estaba cubriéndose cada vez más por nubes grises mientras ellos caminaban hacia la parada del autobús. Llevaban unos quince minutos de camino cuando Daphne le habló al chico:

—Lo que le dijiste a Sophie, fue muy lindo Ethan —admitió la chica mirándolo con una sonrisa. Él no la miró, mantuvo la mirada al frente.

—No traté de ser lindo —aseguró el chico—, sólo le dije la verdad.

—Pero en verdad lo fue; fue algo muy dulce —insistió Daphne—, y estoy segura de que para Sophie fue algo muy significativo.

Ethan no dijo nada al respecto, no estaba seguro de que tanto peso tendrían sus palabras para Sophie, él sólo quería que ella supiera lo que él pensaba respecto a esa situación que estaba consciente que realmente la había afectado mucho. Permanecieron nuevamente en silencio mientras caminaban, ya comenzaban a caer pequeñas y casi imperceptibles gotas cuando Daphne volvió a hablar:

—Ella te gustaba ¿no? —Ethan detuvo su paso abruptamente y volteó hacia Daphne.

—¿Qué? —expresó mirándola casi indignado.

—Me dio la impresión de que en algún momento ella significó mucho para ti —Ethan sólo negó y siguió caminando, Daphne lo siguió—. ¿No es así? —insistió la chica, sintiendo que necesitaba escuchar si sus sospechas eran ciertas, había sentido una especie de lazo especial entre esos chicos.

—Por supuesto que significó mucho para mí —finalmente habló Ethan—. Huimos juntos de ese lugar y durante un tiempo nos tuvimos sólo el uno al otro, pero no por eso significa que me enamoré de ella.

Ethan lo dijo con total calma y seguridad, sin atisbo de mentira o nerviosismo, escucharlo hizo sentir a Daphne... ¿alivio? No quería admitir para sí misma que sentía algo como celos por Sophie, sería algo muy ridículo en vista de las circunstancias, es decir, había sido la primera vez que ellos se habían visto en cuatro años, y ahora la chica estaba casada y esperando a su primer bebé.

—Creo que es aquí —habló Ethan que seguía caminando delante de ella.

Habían llegado a una pequeña parada de autobús, cuando la pequeña llovizna comenzó a aumentar se apresuraron hacia la parada para cubrirse bajo el pequeño techado, se sentaron ambos en la banca del lugar, esperando el autobús que se supone debería pasar en unos minutos.




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