Flor de Daphne

CAPÍTULO 47

Eran más de las siete y media cuando Gina llegó al edificio de Ethan, según lo que Brandon les había dicho después de que Ethan llamara esa mañana, sólo se trataba de un resfriado, así que había decidido llevarle algunas cosas después del trabajo, especialmente comida.

Cuando subió a su piso, tocó la puerta del departamento, pero nadie abrió, le extrañó eso, si estaba enfermo tendría que estar en casa, tocó varias veces más sin recibir respuesta.

—¡Ethan! —gritó la chica, golpeando con más en insistencia.

Sacó su celular de su bolso para llamarlo, pero entonces el chico abrió. Se veía desaliñado, así que pensó que tal vez estaba dormido, a eso se sumaba su apagada expresión.

—Disculpa si te desperté —dijo la chica pasando junto a él—. Te traje algunas cosas. No sueles cuidar mucho de ti mismo cuando estás enfermo.

Dejó la comida y medicinas en la mesita de la sala, el chico cerró la puerta y se acercó al sofá, se dejó caer en este hundiendo su rostro entre sus manos. Gina pensó que se sentía realmente mal, así que, preocupada, se acercó a palpar su cuello.

—Parece que no tienes fiebre —expresó extrañada—. ¿Te duele algo?

—No estoy enfermo —dijo Ethan sin quitar sus manos de su rostro.

Gina lo observó totalmente extrañada, pero preocupada. Él realmente se veía mal, si no estaba enfermo, realmente algo malo debía estar pasando.

—¿Por qué mentiste? —cuestionó.

—Sólo no quería salir —aún más preocupada Gina se sentó a su lado.

—¿Qué ocurre? —el chico finalmente bajó sus manos de su rostro y fijó la mirada en algún indefinido punto frente a él.

—Ya lo sabe —expresó—. Le mostré la foto de Ellie.

Gina se sintió totalmente desconcertada, hasta que comenzaron a cuadrar esas palabras en su mente.

—¿Daphne? —preguntó atónita— ¿Le mostraste la fotografía de Ellie?

Ethan sólo asintió, Gina no supo qué decir por un momento. Sintió un nudo en el estómago; una fuerte angustia, si eso había pasado, no había marcha atrás. Nada podría ser igual entre ellos, no podía imaginarse qué habría pensado Daphne al ver esa imagen.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó desconcertada, no lograba entender como él se habría atrevido a hacerlo.

—Ayer por la mañana vi su espalda, nunca había visto su espalda desnuda, cuando lo hice, vi un lunar, idéntico al que Ellie tenía. ¿Cómo podía ser que tuvieran exactamente el mismo peculiar lunar y que fueran tan parecidas? Tenía que ser, debían estar emparentadas de algún modo.

—¿Crees que están emparentadas? —cuestionó Gina incrédula— Ethan, aunque tuvieran un lunar parecido, no es garantía de que haya un parentesco.

—Lo hay —aseguró el chico.

—Ethan... —Gina negó, no podía creer que realmente esto había pasado—. ¿Qué dijo Daphne cuando le mostraste la foto?

—Ella sólo... se vio desconcertada y... aterrada, después se fue sin decir nada.

Gina lo miró con pena. Ella sabía que el parecido de ambas chicas no era algo que pudiera ocultar para siempre. Temía preguntar en qué términos estaba ahora la relación, no imaginaba cómo podría continuar esto después de esta revelación, sobre todo si Daphne había reaccionado de la manera en que Ethan había dicho.

—No puedes estar seguro de que ese lunar fuera realmente igual. Ni que sean familia —insistió la chica.

—Vino a verme hace unas horas —habló Ethan—, al parecer ella también lo creyó, estuvo en su ciudad, habló con su madre, esta le dijo que su padre tuvo una hija llamada Ellie con una mujer de Rhosyn antes de que ella naciera. Esa es mi Ellie.

Gina se sintió muy sorprendida, nunca pensó que hubiera una razón más profunda en las apariencias físicas de Ellie y Daphne, ni siquiera quería creer que en verdad tuviesen el mismo lunar. No habría imaginado esto. Hermanas.

—¿Es en serio? —murmuró la chica.

No supo qué decir, sentía pena por Ethan, pero sobre todo por Daphne. No esperó nunca que Ethan le dijera a Daphne nada acerca de Ellie, desde un principio sólo esperaba que terminara con ella; que comprendiera o aceptara qué había mal en ello. No deseaba que se terminara así.

—Terminaron —dijo la chica.

—No —negó Ethan.

—¿No? —expresó Gina extrañada.

—Bueno..., no lo sé —expresó el chico volviendo a a cubrir su rostro—. No hablamos de nuestra relación.

—Ethan, no veo cómo después de esto la relación podría continuar —aseguró Gina—. No quiero ser negativa, pero vamos...

Ethan se sintió terriblemente mal, no había querido dar por hecho que la relación había terminado, no deseaba perder a Daphne. Pero, por otro lado, no podía evitar cuestionarse si es que podría conservar una relación con ella, no podía dejar de pensar en ese hecho del que estaba seguro desde que había visto su espalda, eran hermanas, había comenzado una relación con la hermana menor de quién había sido el amor de su vida, la había traído a este departamento que había compartido con Ellie; había dormido también con ella, en la misma cama en la que lo hizo con Ellie. Su estómago comenzó a revolverse y su respiración se entrecortaba.

Se sentía perturbado ante esos pensamientos, pero también se sentía destruido, había logrado tener algo increíble con Daphne sin saber de su parentesco con Ellie, y ahora todo eso se había desmoronado, deseaba volver a como era todo antes de esto, pero ya no había forma, no había vuelta atrás. Perdió a Ellie, y ahora que había vuelto a la vida junto a Daphne...

—La perdí —murmuró el chico, sintiendo sus lágrimas caer.

—Lo lamento, Ethan —dijo Gina colocando su mano sobre su hombro.

—Querías que se terminara —le recordó Ethan.

—No así —negó—. En verdad lo lamento, sé que te hacía feliz.

—¿Podrías irte? —pidió el chico.

—Ethan...

—Por favor —suplicó—. Igualmente, no hay nada que puedas hacer para ayudarme.

Gina sólo lo observó con pena, en verdad no podía hacer nada, se puso de pie y lo observó un momento más antes de dirigirse a la salida.




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