Daphne se apresuró a casa después de salir del cementerio. No se sentía nada bien, deseaba llegar a casa y arrojarse a la cama, no era tanto el agotamiento físico, sino el agotamiento mental. Se debatió de camino a casa de su abuela si desviarse a cualquier otro lugar o sólo llegar y enfrentarse al interrogatorio que seguramente su tía y su abuela querrían hacerle nada más llegar.
En cuanto abrió la puerta su tía apareció rápidamente en la sala. Con una expectante mirada se acercó a ella.
—Daphne —la llamó colocando sus manos en sus hombros—, ¿cómo te fue con... —al ver la expresión en el rostro de la chica, Angelique cortó sus palabras—. Supongo que no te fue muy bien.
—Encontramos a Lena Flint —habló Daphne apartándose de ella—, pero ella negó que su exesposo hubiera abusado de Ellie —sintió de nuevo la fuerte frustración—. Aun cuando ese hombre la golpeaba a ella, se negó a imaginar que los abusos de los que Ellie le habló eran verdad.
—Entonces... —habló la mujer— no hay nada más que hacer.
—No, aún no puedo rendirme —negó Daphne—. Si la sicóloga que trató a Ellie, tiene alguna información, como que Ellie le haya hablado del abuso tal vez...
—Daphne —la interrumpió Angelique—, te estás esforzando demasiado por esto —la chica la miró enfadada por su comentario—, la sicóloga no es una testigo de lo que le ocurrió a esa chica.
—¿Quieres que simplemente deje todo esto así? —expresó incrédula Daphne.
—Sí —afirmó la mujer—. No quiero que te sigas involucrando en esto, intentar meter a prisión a alguien con sólo esto, es más difícil de lo que te imaginas.
—Alguien tiene que hacer algo —dijo la chica sintiendo las lágrimas volviendo a acumularse en sus ojos—. Vimos a ese hombre con su nueva pareja, ella tiene dos hijos; tiene una niña, ¿qué pasa si él terminara lastimándola también?
—Daphne lo que tratas de hacer es muy noble, pero sólo vas a terminar decepcionada —insistió Angelique—. No puedo afirmar o negar que Ellie haya sido abusada, así como tú tampoco puedes, ninguna llegó a conocerla —se acercó a ella—. Daphne, esta no es tu lucha —la chica sólo se sintió muy furiosa—; no me gusta lo mucho que esto te está afectando.
—No está bien... dejar las cosas así —replicó Daphne—. Es verdad, no la conocí, pero era mi hermana, y conozco su historia; lo que le contó a Ethan.
Angelique se vio afligida.
—Tampoco quiero que sigas con ese chico —expresó esta vez con voz firme—. No te está haciendo bien. No deberías estar con alguien que sigue atascado con su ex.
Daphne no pudo expresar lo mucho que la molestó escuchar eso, puesto que el dolor que le causó fue más fuerte. Se quebró soltando ligeros sollozos y derramando lágrimas. Quiso decir algo, defender su relación con Ethan, si es que esta aún existía, pero no fue capaz de decir nada. Sólo negó y tratando de retener los sollozos se dirigió al segundo piso para ir a su habitación.
Angelique no la siguió, ni dijo nada más. No quería entrometerse en la vida de Daphne, pero definitivamente no quería que siguiera con Ethan. No podía quedarse tranquila y callada mientras veía cómo su sobrina se hundía junto a él.
Daphne se encerró en su habitación. Con su respiración agitada y las lágrimas corriendo por sus mejillas, se dejó caer en el borde de su cama, se inclinó y llevó sus manos a su cabello, sujetándolo entre sus dedos, y tratando de ahogar un quejido de frustración. Las palabras de su tía, en serio le habían pesado. ¿Realmente tan mal le estaba haciendo su relación con Ethan? Hasta hace una semana, no podía más que sentirse feliz con él en su vida, y ahora se encontraba en esta situación, odiaba sentirse de este modo. Pero no quería aceptar que no había forma de salvar su relación, lo amaba demasiado como para dejarlo ir.
Necesitaba ayudar a Ethan a cerrar este capítulo en su vida, y más allá de él, debía seguir en esto por Ellie, su hermana, aún le era raro pensarlo, pero como hubieran sido las cosas, lo era. Si había aún una posibilidad, tenía que seguir.
Trató de normalizar su respiración y tranquilizarse. No la ayudaba en nada alterarse así, tenía que mantenerse fuerte y esperar a que mañana Gina los llevara a hablar con la sicóloga de Ellie.
De dejó caer hacia atrás, se hizo un ovillo en su cama, mientras en silencio seguía derramando lágrimas. Cuando las lágrimas se fueron, se quedó ahí, sus ojos, pesaron, sintió que los cerró un momento para descansarlos, los abrió cuando su celular a su lado sonó. Al ver la hora notó que había estado semi dormida durante más de cuarenta minutos. Vio el nombre de Gina era un mensaje, decía que tenía que hablar con ella sobre la sicóloga de Ellie.
Sin pensarlo mucho, e impaciente se apresuró a salir de casa, agradeciendo no toparse en ese momento con su tía. Gina la citó en aquel pequeño parque de juegos en el que se había reunido antes en su primera cita con Ethan.
Al llegar vio a Gina sentada en uno de los columpios, con la mirada hacia abajo. Se acercó a ella.
—¿Qué ocurrió Gina? —preguntó impaciente y temerosa, la chica dio un respingo al oírla y la miró— ¿La sicóloga no está en la ciudad? ¿No hablará con nosotros?
—Ya hablé con ella —confesó Gina.
—Se suponía que nosotros te acompañaríamos —Daphne se acercó al otro columpio y se sentó en él.
—No quería que Ethan se enfrentara a eso de inmediato, quería hablar con él antes. Quería que desistiera en esta búsqueda por evidencias —Daphne se sintió muy molesta, ella se estaba esforzando porque Ethan no abandonara las esperanzas y ahora Gina hacía esto.
—¿Por qué? —gruñó molesta. Gina bajó la mirada.
—Porque no creo que puedan ser suficientes para meter al padrastro de Ellie a prisión —admitió—. Esto está afectando mucho a Ethan, va a estar mucho más decepcionado cuando no logren su cometido.
Daphne guardó silencio un momento, observándola fijamente a pesar de Gina no la miraba. Nadie tenía esperanza en esto.
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Editado: 02.11.2023