Flor roja
El día que llegará la parte de prácticas sería algo fácil, pensé mal, mejor me hubiera quedado a hacer la práctica en uno de los hospitales que la universidad tiene convenio. Pero no, aquí estoy en una cafetería, con los ojos cuadrados de estar tan pegada al portátil buscando algo que me pueda ayudar. Han pasado dos semanas desde mi primer encuentro con Simón y en todo este tiempo no he logrado ningún avance, las secciones son lo mismo, la única voz que se escucha en el salón es la mía mientras él me mira con su sonrisa retorcida. He hablado con uno de mis profesores el cual me ha dado unos tips que implementare para el próximo encuentro.
Vuelvo a releer su historial como por quinta vez desde que llegué a la cafetería, encuentro algo que me podrá ayudar.
Vivianne L. Fue su pareja con la cual convivió dos años, estuvo embarazada pero lamentablemente perdió a su bebe en el parto. Una de las muchas peleas en las que se metió Simón, fue por protegerla y no hay que pasar por alto lo de posesivo y obsesivo, en consecuencia a esto, mató a varios hombres que se le acercaban. Lo lamentable es que no se sabe el paradero de dicha chica.
No se tenia mas información sobre otro interés romántico hasta hace poco cuando se conoció el asesinato de violeta.
- Señorita, su café - la mesera de cabello azabache que me atendió hace rato, deja el segundo café en la mesa. En estos momentos el cansancio es notable por ende, este líquido es mi batería en estos momentos.
- Gracias - Se enciende la bombilla imaginaria cuando caigo en cuenta de algo - Disculpa, puedo hacerte una pregunta.
-¿Sobre qué? - contesta con voz dulce.
-Desde hace cuanto que vives en el pueblo - la chica se sienta en la silla de enfrente.
-Desde que nací, nunca he salido del pueblo.
Quiere decir que hay una posibilidad de que conozca a Violetta.
En estos momentos parece que fuera un detective.
-Entonces... ¿ Conoces a Violetta ?- Baja la mirada ante la mención de aquel nombre.
-Era mi amiga - su voz se corta.
-Lo lamento - dudo en continuar al ver el cambio de humor en la chica - Un gusto, me llamo Dalia soy doctora psiquiatra, mi paciente es Simón.
-Quisiera saber como era la relación entre tu amiga y Simón - continuo.
-Ella estaba muy enamorada de él, lo que ella me contó fue que se conocieron en Los Ángeles, ella estudiaba allí. Vinieron a Hamitch porque Violetta tenía mucha ilusión de presentarle a su familia.
-Nunca has visto nada raro - tomó nota de todo lo que me dijo, cualquier dato me ayudará, incluso a la policía .
-No nunca - mira el reloj que está colgado en la pared - Disculpe ya mi turno terminó, desearía ayudarla en algo más, pero hoy tengo una cita con mi novio y no quiero hacerlo esperar.
Le doy las gracias por la ayuda, antes de que se retire.
Mi móvil suena a la vez que guardo mi portátil en el maletín.
*
- ¿Hola ?
- Doctora Hall. Habla con el teniente Leroy- su voz se escucha con preocupación - me informaron que salió del psiquiátrico.
- Ah sí, decidí salir a conocer el pueblo.
- ¿En dónde se encuentra ? - al otro lado de la línea escucho el motor de un auto.
- En el café al frente de la plaza,¿ por que ?
- Quédese allí.
*
Qué habrá pasado, para que el teniente me llame de esa manera. Termino de guardar mis cosas y salgo de la cafetería, a esta hora el frío se siente más intenso, las pequeñas nubes de neblina van rodeando al pueblo, ventea tan fuerte que debo tener las manos pegadas en la falda.
Un fuerte trueno hace que me exalte, al parecer se acerca una fuerte tormenta, voy a esperar a que llegue el teniente, así que me siento en uno de los banquitos de la plaza.
En las dos semanas que llevo aquí, he notado que es un pueblo muy tranquilo y las personas son muy amables, por eso aquella muerte hizo estremecer al pueblo, ya que esto no es de suceder. Hay pequeños puestos de comida y artesanías en todo el rededor de la plaza dándole un toque pintoresco y muy atractivo para los turistas, al igual que el mirador que se encuentra a hora y media de aquí.
- Dalia - la voz de un hombre me saca de mi nube - Me alegra que esté bien.
- ¿Por qué no lo estaría? - toma mi mano en busca de algún rasguño inexistente.
- Esta tarde llegó una nota al psiquiátrico, donde amenazaban con su vida - informa sentándose a mi lado.
La sombra
Me encanta esta época del año, donde el frío es el anfitrión. Desde que la conocí, soñé casarme con ella en esta época del año.
Del sueño pasando a casi la realidad.
Esta mañana se veían tan hermosa con esa falda que le llegaba hasta la canilla y ese bello suéter color beige que hacía con su frágil piel, llevaba su chaqueta en la mano, se acostumbra rápido a las cosas, eso lo he notado, así que no le será difícil acostumbrarse a mi.
Han pasado dos semanas desde que llegó, momento en el que mi plan inicio a jugar, todo hasta ahora ha salido de maravilla, sin ningún contratiempo, hasta me he dado el tiempo para ir a observar mientras duerme, tiene el sueño tan pesado, que me es fácil entrar a su habitación sin que lo note.
Cada vez que la veo no puedo evitar sonreír, ese dulce rostro es todo lo que yo necesito para mi vida.
- Otra vez, suéltala un momento que no se va a ir - mi hermano entra al invernadero que hice para ella- Pareces un acosador observando fotografías de la pobre.
Ya va a empezar.
- Ha verdad, se me olvidaba que si eres un acosador - estalla en una carcajada tan irritante que me hace torcer los ojos.
- ¿Qué quieres? - veo unos papeles que trae en sus manos.
- La hermosa Julieta ha picado el anzuelo - toma lo poco que queda de mi vino. Que atrevido es, no lo mato porque es mi hermano y porque es una pieza clave en estos momentos - Ya está de camino aquí.