Flor de loto

Capitulo 4

Liam

-Piensalo ¿Si? - pregunto la mujer más molesta que he conocido en mi vida

-No lo se, Dayana - admití - Sabes cómo odio las fiestas

Esa tarde Dayana me había llamado para invitarme a su fiesta de gala; por su regreso a México después de irse a España

-Mira yo creo que Ian si va a ir - empecé a decir

- ¡Pero claro que voy ir! - Grito Ian, quien estaba enfrente de mi – Y tú también – aclaro

- ¡Genial! – Exclamo Dayana – Bueno me tengo que ir, ¡adiós! – Y sin más colgó

-No voy ir – le aclare a Ian

- ¿Por qué no? – me siguió

-No quiero – fui a la cocina

-No seas aguafiestas hay que ir

- ¿Qué gano con ir? – abrí el refrigerador y saqué un agua

-No lo sé, posiblemente ver a Adhara – dijo y entrecerré los ojos

Debía estar bromeando.

- ¿Van ir?

-Yo creo – se encogió de hombros y salió

Genial. Me dejo con la duda de si ir o no.

Yo digo que vallas

Yo digo que no iré

¿Por qué? Posiblemente valla

Carajo. Como odiaba que todo se pusiera en mi contra, y como odiaba sentirme como idiota por hablar conmigo mismo, pero que más podía hacer, solo me quedaba ir a la fiesta de gala de Dayana, aunque deseaba que no los invitara si no…No mejor no pensar en eso.

Tomé mi saco y fui a mi oficina.

Al llegar lo primero que vi fue un sobre con la invitación de Daya para ir a su fiesta ¡Es que no me podía dejar en paz! Primero me mando la invitación digital, después me llamo y ahora una invitación física.

Después busque los informes sobre un invento que estaba preparando. Mi invento no saldría al mercado, era para Ian y para mí, estaba seguro de que lo necesitaríamos.

Decidí ponerme a trabajar y buscar alianzas con otras empresas, pero antes tenía que ver las ventas que había tenido mi empresa. Al terminar de ver toda la información sobre mis ventas (que continuaban subiendo) Decidí bajar a la primera planta para ver cómo iba mi nuevo proyecto.

-Señor – Me saludo Erick el encargado de supervisar la construcción del proyecto

- ¿Cómo ha avanzado? –pregunte mirando a mi alrededor

-Bastante bien – dijo y me enseño los informes.

Lo revise con bastante detenimiento centrándome en los detalles pequeños, esos detalles eran en los que la gente solía equivocarse más.

-Perfecto. Recuerden que debe estar listo pronto – dije

-Si señor

Volví a subir a mi oficina para seguir trabajando en el diseño gráfico de otro invento, el cual si saldría a la venta.

Trate de concentrarme en serio que trate, pero no podía sacarme de la cabeza lo que el día anterior me habían dicho.

¿Así que si te importa?

Busque el sitio en el que Adhara quería trabajar era como instructora de natación. Seguí investigando y di con que su paga será de ¿3,000 a la semana y sus días de trabajo serian de lunes a sábado, parecía un buen lugar, lo único malo era hasta donde se quería mudar, estaba muy lejos de sus hermanos.

¿Cuándo admitirás que te importa?

No me importa solo…, mejor no seguir por ahí

No quería seguir pensando en todo eso así que, como no, regrese a mi casa.

Al llegar coloque el saco en el perchero y busque a Ian, estaba en la alberca…con una chica, genial lo que me faltaba.

Sin otra opción subí a mi cuarto, abrí la computadora para jugar ajedrez, estuve a punto de elegir jugar contra alguna inteligencia artificial, pero decidí jugar contra alguien real, el juego empezó y veinte minutos más tarde… ¡Me ganaron! ¿Cómo era eso posible?

Me calme y apague la computadora, quizás ese no era mi día, en serio necesitaba relajarme.

Quizás mi secretaria tenía razón y necesitaba unas vacaciones. Me acosté en mi cama, pero, en el cuarto de al lado se escuchaban ruidos. Desventajas de tener los cuartos juntos, en ese caso mejor me iría con Ethan, no quería estar en la misma casa en la que Ian hacia sus porquerías, y es que el problema es que literalmente hacia demasiado ruido y era muy molesto.

Justo cuando estaba por irme se escucho el ruido del coche de Ian, tal vez ya se llevaba a la chica, revise el reloj 8:35 pm me iría a cenar y después regresaría a dormir.

Como no tenía ganas de cocinar decidí ir a un restaurante a cenar.

Cuando llegue me llamo la atención una morenita de cabello negro, largo y ondulado.

-… ¿Flores?, por favor jamás te daría flores – le decía su novio - ¿Acaso te las mereces?

-No – susurro Adhara

-Exacto, tan solo ve como vienes vestida – la señalo de pies a cabeza – tu eres una…

-Bienvenido – saludo una camarera amablemente - ¿Tiene reservación? ¿O donde desea sentarse?

-Me gustaría esa mesa de ahí – señale una mesa que estaba cercas de la de Adhara

-Claro – dijo la camarera y yo me senté - ¿Qué le gustaría ordenar?

Pedí mi cena y me dediqué a observar a Adhara, era verdad lo de que era sumisa con su novio, ella era tan gentil, tan amable y el abusaba de su amabilidad, pero quien era yo para juzgarlo, era igual o peor, con la diferencia de que yo no trataría a Adhi como el la trata.

Después de un rato se marcharon y yo quería seguirlos, no podía permitir que Adhara se quedara a solas con él, pero me obligue a mí mismo a no hacerlo, me costó horrores dejar que se fuera con él, pero... ¿qué podía hacer? Pedí la cuenta y me fui a mi casa

-En serio no te entiendo-Dijo Elias - ¿No querías hacer esto? Estamos cercas

-No, no quiero – repetí

- ¿Por qué? – golpeo mi escritorio y entre cerré los ojos –estamos cercas, es nuestro momento – continúo diciendo - ¡Siempre hemos querido esto!

-¿Hemos? tu lo haz querido-abri un cajon - solo que intentevasconvencerme de que yo tambien queria - saque la pistola y le dispare en la rodilla - yo no lo queria - le di otro disparo en la mano - tu si - le dispare en el estomago.

Pronto estaria muerto

-¡Hermano! -Ian entro con los brazos extendidos - Cielos - exclamo bajando los brazos al ver a Elias



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En el texto hay: traumas, romance, amoruniversitario

Editado: 08.10.2025

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