Entre en mi habitación furioso conmigo mismo.
Al menos diste un paso, sinceramente pensaba que nunca avanzarías.
Pero el punto es que yo no quería avanzar ese paso, no tenía sentido, todo acabaría mal. No podíamos tener un final feliz, no con lo que había hecho en el pasado.
Me sentía culpable y arrepentido por todo lo que había hecho, pero, aunque me arrepintiera, si ella se enteraba de la verdad, jamás me perdonaría, ¿Cómo se perdonaba a alguien que había hecho lo que yo hice? No había manera, por más que hubiera explicaciones, todos clasificaban eso con la misma palabra “cruel”, y era cierto, era cruel, era algo despiadado y desalmado, pero si ella supiera los motivos… <<Ya no tiene caso>>. Por ese secreto que ocultaba no quería dar un paso más.
Ashh, que aburrido. Todo por tu culpa, pero ya que insistes, todavía puedes retroceder.
No, ya es tarde. Había cruzado una parte de esa línea, una parte que reclamaba a Adhara, aunque seamos sinceros, ese algo ya la había reclamado desde el día que la conocí.
Pero no me iba a dejar llevar por las emociones, porque estas son como una enfermedad que se te clava en la piel, y que, si no las sabías controlar, jamás encontrarías cura. Por eso yo optaba por no tenerlas, de esa manera, la vida es más fácil.
Si tan solo jamás hubiera aceptado… Si jamás hubiera conocido a Adhara, si no la hubiera tratado. Nada de esto estaría pasando.
Golpeé furioso el escritorio y con eso solo conseguí llamar la atención de Ian, quien iba llegando (había escuchado sus pasos)
-Tranquilo hombre – entro con las manos en señal de alto - ¿Pero a ti que carajos te ocurre?
-Estoy perdiendo la cordura.
- ¡Oh! – exclamo – creo que ya se a qué te refieres – lo crucifique con la mirada – Crees que no la mereces ¿No? – enarco una ceja y se cruzó de brazos.
-No creo, lo sé. No la merezco – negué con la cabeza
-Tal vez – se encogió de hombros – No podemos estar seguros, de lo que si estoy seguro es de que deberías de disfrutar del tiempo que pueden vivir juntos, antes de que…bueno, de que tus secretos salgan a la luz. – torció el gesto
- ¿Cómo tú con Amara? – Enarque una ceja ignorando lo último.
No era idiota, había notado sus miradas, según ellos discretas, aunque de discretas no tenían nada, más bien parecía que sus vidas dependieran solo de verse, pero, en fin, también había notado su tensión que se podía cortar con un cuchillo. Desde hacía tiempo que estos dos tenían algo.
Quizás todos habíamos notado su cercanía, pero nadie hablaba, ni decía nada, al menos hasta hoy, sabía perfectamente que Ethan se quedó hablando con Ian y Amara por su… ¿Relación?
Se le dibujo una sonrisa al mencionar a Amara, una sonrisa que desapareció poco a poco.
-Tienes razón – suspiro con pesadez – Si se enteran…
-Tu no hiciste nada, todo lo hice yo – miré por la ventana.
-Aun así, soy tu hermano – miro al vacío
-Si sale a la luz, veré la manera de explicarles todo – asegure.
Deseaba jamás tener que dar esas explicaciones, ojalá siempre estuvieran los secretos guardados bajo el cemento, de esa manera todo sería mucho más sencillo. No me gustaba lo sencillo, pero esto, era un caso excepcional, no podían descubrirlo.
Ian no tenía nada que ver con lo sucedido hacia años, todo había sido causa mía, él se había opuesto. Debí haberle hecho caso.
Pero ya era tarde para arrepentimientos, lo hecho, hecho estaba y no se podía remediar, tenía que afrontar las consecuencias de aquella decisión que marco mi vida, y no solo la mía, sino la de otras personas.
La de otras personas que sufrieron demasiado. Así, aunque eso incluya perder.
- ¿Incluido lo de Dayana? – Ian me miro con un pequeño ápice de interés.
No sé qué secreto era peor, llevaba desde hacía años atrás el peso de dos secretos sobre los hombros, y me estaban deteriorando, me deterioraba tener que guardarlos porque yo había elegido no decir nada, y es que, si dejaba que salieran a la luz, todo se iría al carajo.
Pero si tenía que elegir entre que secreto decir primero, elegía lo de Dayana, tarde o temprano (con Dayana en México) Se sabría todo sobre ella.
-Si – respondí
- ¿Cuánto tiempo crees que pase antes de que todo salga a la luz, y antes de que te vean como un monstruo? – avanzo hacia mí.
-No lo sé, el hecho de que Dayana este aquí involucra muchas cosas. – cerré los ojos con fuerza.
- ¿Por qué elegiste no decir nada? – interrogo
-Es fácil, si les decíamos, lo más probable es que se alejaran porque creerían que queríamos algún tipo de recompensa, y en caso de no ser así, los habrían alejado de nosotros, a ellos solo les interesan dos cosas que habrían hecho imposible seguir a sus lados.
-Solo lo hiciste porque no te querías alejar de ella ¿no? – entre cerro los ojos y luego respiro profundamente – Como sea, si no hubiera sido así, me habría alejado de Amara. Pero, si ahora estamos dentro del círculo social que a la familia de Dayana tanto le interesa ¿Por qué sigues queriendo ocultarlo?
- ¿Cómo le dices a alguien algo que le has ocultado por años? – inquerí y luego añadí: - Cuando conoces a alguien desde años atrás, pero le has ocultado algo por esos mismos años, ya no encuentras manera de decirlo.
-La hija de los Thompson puede ayudarnos – dijo
-¿Natasha? – me gire en redondo para verlo – si ella se entera de lo que hemos ocultado, les dirá todo, no solo lo de Dayana, y aunque solo le contemos eso, investigara y dará con lo otro, de por sí, no confiaría en nosotros, ahora imagínate si se entera.
- Esta bien, pero tienes que decírselos, lo deben saber – sentencio
- Y ¿Cómo planeas decirlo? – inquerí
-No lo se
Nos sumimos en un silencio sepulcral, si tan solo los Beaumont no hubieran hacho lo que hicieron, todo sería más fácil, para Ian y para mí.