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Encendí la pantalla de mi móvil solo para poder presionar el botón de «siguiente» en el reproductor. Así, She’s in the rain de The Rose llenó mis oídos mientras observaba a través de la ventana del autobús.
Por suerte había encontrado un asiento cerca de la puerta de descenso, y puesto que había olvidado el libro que estaba leyendo en la mesa del comedor —por haber salido a las prisas—, y tras no haber encontrado nada entretenido en mi feed de Facebook, decidí perderme observando el exterior, sin un objetivo fijo, en realidad.
Fuera del autobús, la vida seguía su curso; una mujer cruzó el escenario a mi vista, con un perro salchicha caminando junto a ella en lo que seguramente era su paseo matutino; un ciclista nos rebasó con la clara expresión de ir tarde muy plasmada en su pedaleo acelerado y notoriamente desesperado; una, dos, tres estaciones atiborradas de gente apurada por subir a sus autobuses para no llegar con retraso a sus trabajos, hogares, o cualquiera que fuesen sus destinos.
Nada fuera de lo normal. Como siempre.
Al igual que yo, todos seguían sus rutinas diarias. Aunque no estaba segura si todos la llevaban de forma mecánica como yo, en modo «piloto automático». Llegaría a la universidad, entraría al salón y buscaría el lugar más alejado, me sentaría a esperar a que el profesor de contabilidad llegara para escuchar su clase tan aburrida, y luego sería escuchar la clase de finanzas, luego la de metodología de la administración.
Las mismas clases de siempre, el mismo sentimiento de fastidio y molestia.
Después saldría, iría a la cafetería y me pondría el uniforme, para pasar cuatro horas tomando órdenes y llevando las bebidas a las mesas. Más tarde iría a casa, trataría de hacer mis tareas, tomaría un baño y me iría a dormir.
Sí, a grandes rasgos, mi maravillosa rutina.
En algún punto dejé de prestar atención al escenario, y me perdí gradualmente en mis propios pensamientos. Pensamientos que siempre me llevaban a hacerme sentir mal conmigo misma… Y pensamientos que siempre me llevaban a los mismos sentimientos de tristeza e insatisfacción.
Sentimientos de decepción.
¿Por qué sigo llevando esta vida?