Adolorida.
Adolorida está mi alma.
Aún siento aquel hueco que dejaste en mi pecho.
Sacaste tu espada reluciente y la clavaste en mi costado.
Me heriste.
Vi arrepentimiento en tus ojos, más la rabia me cegó.
Pediste disculpa en un leve susurro haciendo que mi corazón inevitablemente se encogiera.
Soy estúpida, lo sé.
Pero más estúpido fuiste tú que creíste que no te devolvería el golpe.
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Editado: 13.11.2024