Para Rose Lawrence, ser dueña de una floristería, significaba nunca recibir un ramo de flores dirigido a ella. Lo habitual era prepararlos para los demás. Cualquiera diría que, viviendo rodeada de flores de todos los tipos y colores, lo último que querría sería recibirlas de regalo. Pero para Rose, era todo lo contrario. Lo deseaba demasiado, soñando despierta con que alguno de los arreglos que preparaba para los demás, en algún momento, fuera para ella.
Hasta que el día de San Valentín llega y, lo último que esperaba al llegar a su florería, fuera que un ramo bastante peculiar se encontrara en la mesa de entrada, con una tarjeta que solo rezaba: Rosas para una Rose.
Cada día luego de ese, un ramo de flores distinto al anterior la esperaba al llegar, mientras que en la tarjeta, compuesta de unas breves líneas de escasas palabras, las pistas eran tan ambiguas como difíciles de descifrar.
¿Podrá Rose descubrir quién es su admirador anónimo?
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Antes de que comiences con la lectura me gustaría advertirte que intentaré enamorarte en tan solo once capítulos, porque esa es la cantidad de partes que tendrá este breve relato. Si todavía deseas continuar con la lectura, primero: muchas gracias y segundo: disfrútalo.
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Editado: 21.02.2025