El romanticismo no murió
Aurora chilla tan fuerte que tengo que alejar el teléfono de mi oído si no quiero perder la audición para siempre.
La llamé tan pronto como pude luego de abrir la florería y le leí textualmente las palabras escritas en la tarjeta que ahora se encuentra guardada en el bolsillo trasero de mis pantalones.
Muerdo mis labios con la duda todavía bailando en mi mente. Las posibilidades son tantas que ni siquiera puedo pensar con claridad.
—Es un cliente —dice, verbalizando el primer pensamiento que tuve luego de leer la tarjeta—. Tiene que serlo. Seguramente pasó por la florería el día de la inauguración y se enamoró de ti en ese instante.
—Pensé lo mismo —digo—. No la parte del enamoramiento, sino que tal vez podría ser un cliente.
Mi mente viaja a la conversación que tuve hoy más temprano con Lance y una pizca de duda pica en mi interior. ¿Y si realmente es un acosador? La nota claramente dice que me vio por primera vez hace cinco años, pero eso es muy amplio. Quiero decir, ¿Hemos hablado? ¿Intercambiamos saludos? ¿Alguna vez he interactuado con él? Tal vez sí es o fue un cliente, pero qué tal si fue Livia quien lo atendió y nosotros nunca hemos hablado, solamente me ha visto desde la distancia. No haber salido de la cabeza de una persona por solo haberme visto, es…, lastimosamente debo coincidir con Lance, algo acosador.
—¿Tú no piensas que es raro? —le pregunto a Aurora.
—¿Qué cosa?
—Recibir flores de un extraño que al parecer me ha estado mirando desde las sombras hace cinco años —decirlo en voz alta suena aún peor.
—No sabes si ha sido desde las sombras —contradice ella—. Quizás han hablado, quizás es un conocido, un cliente habitual que finalmente se ha animado a algo. No vayas por las perspectivas trágicas. Yo creo que es romántico.
Por supuesto que, de todas las personas, sería Aurora quien diría eso. Ella ve amor hasta en unas nubes flotando juntas.
—Las costumbres de este tipo se han perdido hace tiempo —continúa—. Es bonito lo que ha hecho y que no se haya quedado solo ahí, él lo llevó un nivel más arriba, Rose. Le agregó emoción e intriga a unas simples flores. Además, si cuando descubras quién es, te sientes incómoda, no tienes por qué acceder a algo más con él. Dijo que podrías pedir no volver a verlo nunca más.
Quizás tiene razón, pero nunca me había ocurrido algo así. Me gusta el romance, las flores y las cosas bonitas, pero ¿Y si es un extraño?
—Es todo demasiado extraño —respondo ante su discurso de amor empoderado—. La conversación que he tenido con Lance hoy me ha hecho pensar y quizás tenga razón…
—Lance es un amargado que no verá romanticismo ni siquiera en el libro de Orgullo y Prejuicio —me interrumpe Aurora—. No te dejes influenciar por sus opiniones, él no es una chica como nosotras. No entenderá la emoción de desear algo románticamente, como lo era para ti un ramo de flores, por tanto tiempo y que finalmente llegue.
Tiene razón. Un hombre que no tiene un pelo de romanticismo en su cabeza, no entenderá jamás esto que me está ocurriendo ahora mismo, por más extraño que pueda ser.
—¿Qué flores envió hoy? —pregunta Aurora cambiando de tema.
—Margaritas rosas —respondo mirando el ramo que he colocado en un jarrón con agua y ahora descansa sobre el mostrador.
Inconscientemente fue una buena estrategia de marketing, porque en lo que va de la mañana, tres personas han entrado en la florería, las han visto y se han llevado un ramo de ellas. No puedo culparlos, las flores son realmente preciosas. Uno siempre está acostumbrado a ver ese tipo de flor en color blanco, por lo que la gente parece olvidar la variedad de colores que puede haber.
—¿Qué simbolizan? —pregunta mi amiga.
Yo soy una especie de experta en ese tipo de cosas. Incluso desde pequeña me habían apasionado las flores porque mis padres eran dueños de un vivero. Entonces aprendí muchísimo de ellos, pero también por curiosidad propia.
—Son un símbolo de ternura, felicidad, pureza y también de amor —dije mirando las flores ubicadas en la mesa de entrada.
—¿Ya ves? —río Aurora— No creo que ese tipo ignore eso, nada es al azar, Rose. Acepta el momento de romanticismo que te ha tocado vivir y disfrútalo.
Supongo que tiene razón. Aurora siempre la tenía. Pero, por muy romántica que ella pueda ser, sé que en realidad los ramos de rosas son inofensivos y las notas que ha enviado con ellas, tampoco están fuera de lugar. Mucho menos se ha aprovechado de que le he enviado mensajes para atormentarme por allí, ahora que tiene mi número de celular. Un acosador lo haría. Y no creo que él lo sea.
No he recibido más mensajes de su parte luego de que me propusiera el reto de adivinar quién está detrás de todo esto. Y yo tengo demasiada curiosidad por saber quién es, pero sin pistas no podré hacerlo. Entonces, luego de terminar la llamada con Aurora he tomado una decisión.
Navego por mis mensajes recientes hasta encontrar el último que le he enviado, que no ha tenido respuesta, y comienzo a escribir.
Shay Noleen… creo que tus pasos no han quedado tan limpios como creíste. Pero aunque tengo un nombre, sigo sin un rostro para adjudicarle. Tengo algunas teorías, pero no puedo estar segura si no me das pistas que puedan ayudarme. Comienzo a pensar que no quieres que adivine porque ni siquiera mis mensajes respondes. Eso no es justo.
🌸
Twitter: luciavamali | Instagram: luciavamali
Editado: 21.02.2025