Las pistas que trazan el camino
La tarjeta derrumba mis pistas completamente endebles y las hace volar por el viento, dejándome en el mismo lugar que al principio, sin nada, y con muchas más dudas de las que tenía entonces.
Como he hecho con todas las demás notas, me la guardo en el bolsillo trasero de mis pantalones y luego tomo una foto del ramo y se la envío a Aurora, tal y como ella exigió, adjuntando un mensaje en el que le cuento un poco sobre la nota que las ha acompañado el día de hoy.
Luego de eso, decido olvidarme por un rato de todo este dilema sin resolver y me pongo a ayudar a Livia a terminar los ramos y luego ambas transcribimos los mensajes a las tarjetas. El repartidor llega justo cuando estamos acomodando el último ramo y se los entregamos junto con las instrucciones de los domicilios, una vez hecho eso, podemos abrir la florería.
La mañana transcurre tranquila, sin demasiados clientes y eso no ayuda a que mi mente deje de pensar.
Todas las suposiciones que había logrado hacer, estaban erradas. Conozco a este tipo lo suficiente como para llamarlo por el nombre que utilizan personas cercanas a él, pero la verdadera pregunta dentro de todo esto es, si lo conozco tanto, ¿Por qué su número de teléfono no estaba entre mis contactos?
Todo es demasiado confuso y, cuando el mediodía llega y camino fuera de la florería en dirección al restaurante, no tengo nuevas teorías que me ayuden a descifrar quién es él.
—¿Nombre? —pregunta la recepcionista del restaurante en donde trabaja Alan, cuando entro.
—Rose Lawrence.
—Oh, sí, Alan avisó que vendrías.
Me conduce a una mesa en el fondo del restaurante junto a unos ventanales que dan al patio trasero en el que también hay mesas para los clientes, pero en invierno quedan totalmente descartadas por el frío.
—Señorita Lawrence —vuelve a hablar la recepcionista—, con respecto al nombre que Alan ha dicho, no se encuentra en nuestro historial de reservas —informa, pero no me decepciono al escucharlo, porque es algo que esperaba—. Quizás alguna vez vino, pero sin reserva. Lamento informarle que tampoco conozco a ningún cliente con ese nombre.
—No hay problema, gracias por tomarte el tiempo.
Ella me sonríe y me entrega la carta y luego se retira diciendo que pronto vendrán a tomar mi orden.
Mientras espero a que se acerque el mozo, saco mi teléfono del bolsillo y abro mis mensajes. Creo que empiezo a entender un poco al misterioso desconocido de las flores y sé que él no responderá mis mensajes e irá dejando pistas a través de los mensajes personalizados en las flores -por muy desconcertantes que puedan resultar-. Pero ayer tuvo en cuenta el mensaje que le envié para la tarjeta de hoy y quizás puedo utilizar eso a mi favor. Que él no responda mis mensajes, no significa que yo no pueda enviarlos.
Rápidamente comienzo a escribir y lo envío.
Si sé el nombre por el que solo las personas a ti lo hacen, eso significa que te conozco y hemos hablado. ¿Puedo pedirte que la próxima tarjeta incluyas tus cosas favoritas? Cosas que solo la gente que te conozca pueda saber.
No recibiré una respuesta, al menos no en forma de mensaje de texto, sino que mi pedido llegará mañana junto con las flores.
Estoy guardando mi teléfono cuando el mozo viene acompañado de Alan. Me informa que el plato del día es pollo con champiñones a la crema, pero si no me agrada, puedo pedir lo que quiera y él lo hará para mí. Termino por decidir probar el nuevo plato y pronto los dos se van.
Me paso el resto del almuerzo pensando en el desconocido de las flores e ideo un plan.
Según el único mensaje de texto que me mandó, dijo que me daría cinco días para intentar adivinar quién es. De esos cinco días, ya han pasado dos, por lo que me quedan tres más para yo misma seleccionar las pistas que quiero descubrir de él.
Hasta ahora sé que nos vimos por primera vez hace cinco años, sospecho que cuando abrí la florería, sus conocidos no lo llaman Shay y las flores de mañana, si decide enviar lo que he pedido, contendrán una pequeña lista de las cosas que más le gustan.
No es mucho y tampoco puedo hacer mucho con eso.
Entonces recuerdo algo particular a lo que no le he dado ningún tipo de importancia, pero quizás también es importante.
Vuelvo a tener el celular en mis manos y rápidamente ingreso en la aplicación del banco y busco el historial de transferencias y… allí está Shay A. L. Noleen.
¿Qué significa A. L.? Alguna de esas iniciales podría ser del nombre con el que todos lo conocen, incluida yo.
Sin perder tiempo, le envío un mensaje a Aurora con mi nuevo descubrimiento y rápidamente su respuesta llega y, como la conozco y sé lo maniática que puede resultar, dice que para mañana armará una lista con nombres que tengan esas iniciales y que yo, posiblemente, pueda conocer.
🌸
Twitter: luciavamali | Instagram: luciavamali
Editado: 21.02.2025