Two

William Afton 1980.

Doy un sorbo a mi café, observo como todo el mundo se ignora entre sí, nadie sospecha nada de nadie, al fondo, hay una rubia con audífonos, una estudiante, del otro lado hay un hombre de unos treinta y tantos años mirándola con morbo, ¿quién se percataría de algo así habiendo tanta gente?

Mi pensamiento de hace días por un sueño vuelve a aparecer, yo nunca había tenido pensamientos así, mucho menos la necesidad de querer matar a alguien, así sea con mis propias manos o a manos de un sicario, nunca me había pasado por la mente.

Pero justo ahora no me importa nada, siento que he perdido el rumbo de mi vida, necesito adrenalina o me voy a volver loco.

Una mano es agitada al frente de mi cara, obstruyendome la vista, detallo su brazo hasta llegar a su cara, es Henry, yo lo invité.

Trato de esbozar una sonrisa y Henry hace lo mismo.

—¿Cómo estás amigo? Tanto tiempo sin verte, ya han pasado dos meses desde que hablamos aquella tarde, antes de que digas algo, te tengo dos noticias, una mala y una buena, ¿cuál quieres escuchar primero? —Habla tan rápido que me es difícil seguirle.

—Relájate, ¿no quieres café o algo? —Llamo a la mesera, Henry niega y dejo que se vaya—. Bueno, yo también tengo ganas de hablar contigo, pero primero dime la buena noticia, de todas maneras la otra seguirá siendo mala.

Rueda los ojos y niega con la cabeza, mirándome.

—. Tú nunca cambias, ¿eh? Siempre tan negativo. La buena noticia es que ya encontré un local, no es tan grande, pero los dueños me hablaron sobre hacerle lo que nosotros quisiéramos al terreno, y como queremos un sitio para pasarla bien en familia y disfrutar de las pizzas y el entretenimiento podemos ampliar el local todo lo que queramos.

Ya sé que noticia sigue, no espero nada en especial.

—¿Cuál es la mala noticia?

Suspira, un poco decepcionado —.Traté de convencer a los dueños de que cuando tuviéramos el dinero le pagaríamos el local, pero ellos lo quieren cuánto antes, dicen que si nos ponemos a remodelar y a gastar a lo loco no íbamos a tener para pagarles todo el terreno, entendí su punto, ya que me explicaron que otro negocio quiere abrir otro local justo ahí, entonces, el tiempo es corto.

Contengo la respiración, no sé si quiera o no escuchar la cantidad y la fecha acordada, pero igualmente pregunto.

—¿Cuándo y cuánto es?

—De todas maneras, si no podemos costearlo puedo conseguir otras opciones y decir..—Lo interrumpo, ya me estoy malhumorando.

—Dime cuánto es, no pasa nada.

Me mira y dudoso me dice la cantidad exacta, resoplo aún más molesto todavía.

—Es una cantidad absurda para todo lo demás que tenemos que costear, ahí ya van más de medio millón de dólares—Doy un sorbo a mi café ahora frío, sabe horrible, pido otro y entrego el frío.

—Lo sé, lo reconozco, pero es un buen lugar, no es tan apartado del centro de la ciudad ni tampoco tan cercano, está en un buen punto, justo por eso mismo he preguntado, está cerca de un pequeño bosque que conecta al parque infantil, a 10 cuadras de aquí, los niños terminan de jugar, tienen hambre, van a comer pizza, ya está —Sonrie, veo su punto y siento un escalofrío, es la primera vez en todo el día que esbozo una sonrisa verdadera, no podemos dejar escapar esta opción.

No puedo dejar escapar esta oportunidad.

Henry se levanta y se estira, decido hacer lo mismo, llevo un buen rato esperándolo sentado que ya se me ha adormecido el cuerpo.

Bosteza mirándome —. Bueno, ¿querías decirme algo más al respecto del tema o seguimos al tuyo?

Pienso, no tenemos nada más que perder, que sea lo que dios quiera.

—Pues no, me parece buena idea el local, está un poco costoso, pero supongo que por la ubicación está bien, ya lo has defendido lo suficiente, y tienes razón, está muy bien ubicado. Ahora, prosigo.

↑—Estaba planeando todo eso de la pizzería y bueno, primero que todo, ya que podemos permitirnos ampliar el lugar pensaba hacer varios cuartos dentro del local, primero que nada, un cuarto de juegos infantiles, digamos que va a ir toda una familia y tienen niños pequeños que después de comer van a querer jugar y su madre o padre van a estar comiendo o haciendo cualquier cosa, pues ahí tenemos entretenimiento para los mas pequeños, eso se podría encargar alguno de los trabajadores que contratemos para que hagan la obra.

↑—Segundo, a todo mundo le encanta la pizza, ¿y sabes que les encanta más? Los videojuegos, estaría perfecto tener una habitación ambientada a los videojuegos, una máquina de recompensas, todo, salones para celebraciones privadas, algún cumpleaños o alguna visita de alguna escuela, aunque lo dudo, pero todo puede ocurrir.

↑-Apenas empecemos la construcción tenemos que buscar a los meseros y cocineros, personal de limpieza y animadores.—Suspiro, todos mis ahorros se irán en todo esto, incluso, tengo el presentimiento que no me va a alcanzar para lograr lo demás..— ¿Sabes, Henry? Creo que no me van a alcanzar las vidas para deberte todo el apoyo que me has dado, y no estoy diciendo que el proyecto Fredbear's family dinner sea solo mío, simplemente me siento tan agradecido contigo.

Sonríe y baja la mirada, algo avergonzado.

—No es para tanto amigo, simplemente, es algo que nos beneficiará a los dos más adelante, ¿cierto? —me mira y asiento—. Todo lo que invirtamos en este proyecto se va a reflejar en el futuro, si tenemos éxito podamos abrir otra sucursal más lejos de aquí, ahí ya no importa el lugar, todos sabrán que nuestra pizzería es la mejor, ánimo amigo.

Todo lo que le dije y me dijo fue demasiado sincero, y es que, gracias a Henry voy a poder hacer lo que soñé, quiero saber si tengo el valor de hacerlo o no, la verdad, no creo que la tenga, pero y si lo hago...

—¿Sabes?—Lo miro, perdiendo el hilo de mis pensamientos—. Nuestro negocio necesita una mascota... Estaba pensando en un oso.

—¿Por qué?