—Recuerden que los exámenes de medio término están a la vuelta de la esquina. —dijo el maestro mirando a la clase. —Espero que todos hagan un esfuerzo.
Silvana cerró el libro y estiró sus brazos sobre el pupitre. La campana de la escuela había sonado y los alumnos comenzaron a levantarse de los asientos y guardar sus útiles en los bolsos para regresar a casa.
—Sil.
—¿Que sucede Paula? —preguntó la chica dándose la vuelta.
—¿Enserio vas a seguir en La Orden? Escuché que sólo ayer se disolvieron como cinco clanes de los ocho que hay en Jenne. —preguntó una alumna con actitud cansada apoyando su cabeza en el pupitre. —Si esto sigue así...
En la escuela era obligatorio que los avatares de cada alumno sean representaciones exactas de sus personas reales, por lo que Silvana allí era una humana común y corriente de cabellos castaño oscuro y una vincha blanca que hacía que su pelo cayera hacia atrás libremente. —Tengo que ayudarlos. —respondió la chica melancólicamente. —Ellos hicieron mucho por mi y me corresponde devolver el favor.
La joven conocida como Paula suspiró. —A mi tampoco me gusta El Imperio… tienen todas esas listas de reglas y códigos de honor que son un incordio para respetar… dicen que El Enjambre es mucho más divertido y sin reglas molestas.
—No hay nada de divertido en matar a otros jugadores. —respondió Silvana con voz tensa. —Lo que esos tipos hacen es cruel, no solo con los jugadores, sino contra el propio Calypso.
—Otra vez con lo de la ecología. —la recriminó su amiga. —Es un mundo virtual Sil, no estas obligada a cuidar los árboles y las ballenas como en un planeta de verdad.
Pero la chica no estaba convencida y en cambio miró el paisaje por la ventana. —Puede ser una simulación. —dijo. —Pero es el mundo en el que vivimos y debemos protegerlo. ¿Acaso no sabías que los jugadores tenemos el completo control sobre el planeta?
Su amiga volvió a suspirar. —Piensas como una druida hasta cuando estás fuera del juego.
Antes de que la joven pudiese responder algo una tercera estudiante se acercó a ellas mostrando una pantalla desplegada desde su pad.
—Miren esto. —dijo señalando la imagen.
Era una captura de pantalla de Calypso que mostraba las montañas y algo de bosque. En la esquina superior izquierda se veía un puntito blanco bastante fuera de foco.
—¿Que se supone que sea eso? —preguntó Silvana.
—En las redes se comenta que varios vieron al avión ese de la NUNS sobrevolando al sur de Jenne.
Paula apartó los ojos de la imagen y miró a Silvana. —¿Ese no es el lugar donde vas a entrenar tus habilidades de Druida? —preguntó.
—Creo… creo que si. —respondió confundida.
—Se supone que es un Veedor de los militares. —dijo la chica recien llegada. —Nadie sabe quien es el piloto de ese avión o que función cumple dando vueltas por el cielo del planeta.
Silvana estuvo a punto de decir algo pero un cuarto estudiante se acercó al grupo. —Si ese avión solo estuviera dando vueltas por ahí, eso no molestaria a nadie. —dijo el chico señalando el puntito blanco. —Pero aparentemente ayer mató a un jugador en esa zona.
—¿Ma-Masao? —exclamó Paula sonrojándose. —¡No-no te vi llegar!
Masao era uno de los chicos más apuestos de la clase de Silvana y raramente se acercaba a hablar con ellas… salvo claro, cuando intentaba reclutarlas (Sin demasiado éxito hasta entonces) para su propia división de jugadores en El Imperio.
—Tu vas siempre a entrenar a ese bosque ¿Verdad Silvana? —preguntó el atractivo joven
mirando a la chica. —¿Pudiste ver algo?
A Silvana no le gustaba la actitud de ese chico y sus tácticas de reclutamiento. Casi todas las chicas que habían entrado al Imperio de su clase lo habían hecho convencidas por Masao y sus dulces palabras. —Estuve en el bosque toda la tarde. —dijo visiblemente molesta apartando la vista de los ojos verdes del joven. —No vi nada.
El chico asintió en silencio y sacó su propio Pad de uno de sus bolsillos. —Que lástima. Un testimonio directo seria algo mas interesante que los simples rumores que circulan por las redes sociales… sin embargo han aparecido cosas interesantes, esta es una reconstrucción digital que alguien hizo utilizando varias capturas diferentes de pantalla de gente que vio al avión ese.
La imagen que apareció en el pantalla del pad de Masao era un rejunte de pixels algo más claros, pero la forma del avión era reconocible, al menos las alas y los dos enormes motores resaltaban contra el cielo azul de Calypso.
Silvana extendió la mano y usando sus dedos índice y pulgar hizo un “zoom” a la imagen en la zona cerca de la cabina, tratando de distinguir la figura del pobre Dante atrapado por la mano del robot..
—¿Qué es lo que buscas? —preguntó intrigada Paula.
—Nada nada. —exclamó rápidamente Silvana regresando la imagen a su tamaño original.
Masao volvió a mirar a la chica de la vincha blanca. —Algunos afirmaron que el caza estaba con los brazos desplegados… como si estuviera llevando algo en una de sus manos. —dijo.
—Eso sí que no sería algo raro. —exclamó la otra chica. —Escuché que los militares secuestran jugadores para usarlos en experimentos y luego les borran la memoria.
—Yo escuché que reclutan a los mejores jugadores y se los llevan para entrenarlos en secreto en una base que hay en una de las lunas. —comentó Paula. —Quieren crear Super-Soldados con el cerebro lavado para cumplir las más horribles órdenes sin chistar.
Silvana suspiró agotada. —¿En serio creen en esas tontas leyendas urbanas?
Masao apagó la pantalla del Pad y golpeó la superficie del pupitre de Paula con el dedo. —Detrás de todas esas leyendas puede haber algo de verdad… se han visto luces en ciertas partes del cielo de Calypso en las noches más oscuras sin las lunas y algunos dicen que eran explosiones, como si hubiese un combate en la órbita del planeta. Eso solo pueden ser actividades militares, aunque vaya a saber cual es el verdadero motivo.