Folded Dreams

10

Mirna regresó al cabo de unos minutos y susurró algo al oído de Silvana.

—Es un nido de serpientes de drenaje, probablemente haya entre doce o quince, un par de ellas parecen ser Ferales. Mirna contó unos tres nidos.

—Bien, procede. —susurró Alex.

La joven Druida extendió el báculo por la abertura en la roca y recitó unas palabras en un extraño idioma. La punta del arma se iluminó cuando las runas dejaron de moverse y la joven completó la última palabra del hechizo.

—¡Sopor!

Unos murmullos apagados llegaron de la caverna adyacente y luego todo fue silencio. Mirna se asomó por el agujero y movió las orejas en rápida sucesión.

—Todo despejado. —tradujo Silvana con una sonrisa.

El grupo de aventureros rodeó la columna de roca y entró a estancia en donde se encontraba el nido de las serpientes. Todas ellas estaban durmiendo gracias al hechizo de la Druida. Dante fué el último en entrar, con su espada en una mano y una antorcha en la otra.

—¿Se han dormido todas? —preguntó el joven sorprendido.

—Y por un buen rato. —lo tranquilizó Matilda. —Guarda la espada si quieres, no la utilizaremos aquí.

El joven contempló a las serpientes enroscadas unas con otras en el suelo de piedra como si fueran simples sogas tiradas en una cordelería abandonada . —Silvana me dijo que La Orden no atacaba animales salvajes ni otras criaturas que no fueran malvadas… supongo que eso incluye las serpientes por muy venenosas que sean.

Silvana se acercó al joven asintiendo con la cabeza. —Los niveles superiores del laberinto que rodea a la ciudadela están llenos de animales salvajes que buscan refugio y cazan entre las ruinas… no son malvados, es simplemente su naturaleza defender sus nidos y territorios de apareamiento de los intrusos.

—Y nosotros somos esos intrusos. —dijo Rita mientras se acercaba a uno de los nidos. —Por eso tratamos de hacer el menor daño posible.

La mujer tomó uno de los huevos del nido y dejó el resto sin tocar.

—Tampoco depredamos todos los recursos. —explicó Alex. —Estos huevos son ingredientes para toda clase de pociones y tienen un buen valor de reventa en el mercado local, pero si nos apropiamos de todos, las serpientes no podrán reproducirse y eventualmente abandonaran estas ruinas y el recurso se agotará. De esta forma garantizamos su supervivencia.

El joven se rascó la cabeza. —Eso es… bastante impresionante para tratarse de un simple videojuego. —reconoció.

—Calypso es una simulación extremadamente compleja. —respondió Matilda. —Y el medio ambiente es una parte importantísima de ella.

No solo los huevos eran un botín deseado, dos de las serpientes eran especímenes más fuertes que sus congéneres, como si tuvieran más niveles que el resto y los colores brillantes de sus escamas así lo delataban. Mirna tomó con cuidado a una de ellas y usó un pequeño frasco de cristal para recolectar el veneno que fluía de la boca abierta de la serpiente dormida.

—El suero también es algo importante para neutralizar diferentes tipos de venenos. —explicó Alex. —y extraerlo de una serpiente viva le da propiedades mucho más fuertes que si lo extraemos de la misma serpiente ya muerta,

Una vez que los aventureros hubieran obtenido todo lo que necesitaban abandonaron la caverna y se internaron nuevamente en el laberinto de túneles que descendía cada vez más a las entrañas de aquellas ruinas antiquísimas.

El calor iba en aumento a medida que descendían asi como la humedad en el terreno y las paredes de roca desgastada. Mirna había tomado la delantera ya que su aguzado sentido del oído le permitia escuchar la presencia de animales (y otras criaturas) antes que percibieran su presencia. Tuvieron dos encuentros más con criaturas salvajes (unas ratas del tamaño de perros medianos y un par de arañas del tamaño de pollos) pero Silvana se encargó rápidamente de dejarlos fuera de combate sin necesidad de utilizar las mortíferas armas de los guerreros.

Pronto abandonaron las grutas y llegaron a una zona donde comenzaba el verdadero laberinto; largos pasillos cubiertos de losas de piedra gris se adentraban en lo profundo de aquella ciudadela y en cada esquina acechaban criaturas maléficas, ya no simples animales salvajes, sinó versiones más salvajes y sedientas de sangre, poseídas por un espíritu maléfico que hacía que los ojos de la criatura brillaran como la sangre y un vapor negro saliera de entre los colmillos afilados.

El primero de estos seres los atacó de improviso, descolgandose desde una grieta oculta en el techo de piedra. Cayó en medio del grupo a escasos dos metros de donde estaba Dante, quien sintió el aliento putrefacto de la criatura en cuanto lo miró con los ojos inyectados de sangre. En el tiempo que le llevó al joven estratega levantar su espada ya la certera flecha de Minra había apagado uno de los ojos en medio de una violenta explosión de sangre negra. La criatura retrocedió un paso y cuando se disponía a saltar nuevamente sobre su víctima, el proyectil pesado de la ballesta de Rita lo lanzó hacia atrás con tanta fuerza que quedó clavado a la pared de roca, atravesado de parte en parte por el virote de metal de la terrible arma.

—Es tuyo, novato. —dijo Matilda envainando su fina espada de duelo. —Es hora que estrenes tu acero...o hierro, o lo que sea de lo que está hecha esa cosa que llamas espada.

El joven se acercó a la criatura y usando sus dos manos para lanzar una estocada precisa atravesó el pecho del monstruo donde, pensaba, debería estar el corazón.

La punta afilada de la espada penetró sin dificultad la carne putrefacta mientras la criatura se agitaba violentamente. Entonces murió.

—No está mal. —dijo Alex. —Eso fué un monstruo cinco niveles por encima del tuyo, deberia darte una buena cantidad de puntos de experiencia.

En efecto Dante sintió como su cuerpo brillaba y de pronto una notificación en su interfaz de usuario indicó que había ganado dos niveles completos.



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En el texto hay: videojuegos, isekai, macross

Editado: 27.12.2020

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