Dante despertó con el estómago gruñendo de forma bastante irrespetuosa. El día anterior se había extendido tanto que apenas las señales del casco de realidad virtual se apagaron por completo, Dante cayó dormido en el mismo sitio en que estaba. Ahora su organismo estaba recordandole que necesitaba sustento para funcionar y que pasar un día entero en la misma posición no era algo saludable para sus músculos.
Le tomó un par de intentos poder bajar de la cama sin que sus brazos y piernas gritaran de dolor por el entumecimiento extremo de aquella agotadora jornada de exploración, pero finalmente su voluntad pudo más que las quejas de sus músculos y tras darse unos masajes improvisados pudo ponerse de pie e ir hasta el baño.
La ducha caliente lo relajó aún más y cuando salió del cuarto de baño envuelto en unas toallas en medio de una nube de vapor, el entumecimiento era apenas una molestia.
El asunto de su alimentación era algo más complicado. Era tarde, varios minutos habían pasado del mediodía y su refrigerador estaba completamente vacío. Tomó su Pad de la mesita de luz y buscó el primer delivery de comida que estuviese cerca. Veinte minutos mas tarde un Drone repartidor llegaba a la entrada de su departamente y dejaba en el piso una cajita térmica llena de comida caliente que el jóven olió desde mucho antes que sonase el timbre de la puerta.
Decir que desfallecía de hambre era quedarse corto; Dante devoró el arroz y los camarones casi tan rápido que varias veces tuvo que detenerse para tomar aire. Por suerte había pedido una porción extra-grande, pero aún así vació los recipientes por completo y devoró hasta los pequeños granos de arroz que habían quedado en el mantel. Satisfecho limpió la mesa y tras arrojar todos los residuos a sus respectivos recipientes de reciclaje, se sentó en el sillón a revisar su correspondencia. Había un par de notificaciones del gobierno Colonial con avisos importantes y no se sorprendió en absoluto al ver los dos primeros mensajes y sus remitentes, pero si bien la comida lo había hecho sentirse mucho mejor, dejó el mensaje de Duval para último lugar. Con un rápido movimiento del dedo abrió el mensaje de Karina primero.
Ya he enviado el informe de la misión a Duval. También transmití en forma remota vía Datalink con la Macross las grabaciones de los sensores del caza para su análisis. El Director me ha ordenado descansar por el momento pero me ha asegurado que tendremos una reunión de Debriefing en algún momento de la tarde… así que supongo que la misma orden va para ti.
Nos vemos a la tarde.
Karina O’Higgins.
Dante cerró la ventana con el mensaje y miró a través de la verdadera ventana de su apartamento que daba a la calle. Las cortinas estaban apenas corridas y podía ver por una pequeña rendija las calles vacías de la Colonia. Cada vez había más gente en las vainas y menos en la vida “real”.
Abrió otra lata de jugo y mientras bebía lentamente leyó los mensajes que el Gobierno Colonial había enviado a su cuenta. Su estado en la Flota 41 había cambiado y su ID principal ya no mostraba la palabra «VISITANTE» en su estatus ciudadano; en cambio ahora era un verdadero «RESIDENTE» legal.
Aquello volvió a traer a su mente el asunto del Gran Salto. Como siempre, otros habían decidido por él su futuro ¿Acaso aquella aventura de cruzar media galaxia en estado de animación suspendida pero con la consciencia despierta era una buena idea? El gobierno había prometido generosas recompensas a los colonos participantes en aquel emprendimiento, especialmente teniendo en cuenta los riesgos. ¿Pero alguien le había preguntado a Dante su opinión al respecto? Desde que había sido arrojado al interior de aquella nave en Edén había perdido por completo el control de su vida y ahora allí estaba; siendo reconocido como habitante de una Colonia al que él no había solicitado unirse.
Si Nelly estuviera allí probablemente le echaría la culpa al Destino… pero ella era un personaje en un juego, no podía saber lo que sucedía en el mundo real… ¿Verdad?
Una rápida mirada a su historial bancario y un poco de alivio ocultó momentáneamente sus dudas y temores. Alpha Corporation había depositado un adelanto de su sueldo y por primera vez en un año su cuenta volvía a estar en números que no eran rojos. Rápidamente utilizó la interfaz de su cuenta bancaria para pagar una media docena de pequeños préstamos que había pedido mientras duró su periplo por el espacio y una vez que hubo terminado aquello suspiró satisfecho.
Era como empezar de nuevo… sin deudas del pasado, una nueva ciudad, un nuevo trabajo, la perspectiva de un futuro prometedor… ¿Acaso realmente quería sabotear aquella oportunidad? Aunque tal vez ya era tarde para eso. ¿Podría pedir que lo transfirieran en aquel momento, en medio de los preparativos del salto? Algo le decía que aquella ventana se había cerrado definitivamente luego del anuncio del adelanto de las operaciones del Fold de largo alcance.
Dante abrió una ventana con las noticias y reprodujo el discurso del Capitán Simmons sobre el adelantamiento de la fecha de salto. Era evidente que era un hombre que no admitía demoras en sus planes.
Estaba mirando a la IA llamada Aurora mientras respondía las preguntas de los periodistas cuando una llamada entrante apareció en un pequeño recuadro de la ventana que miraba en esos momentos. Dante estaba bebiendo de su lata y usó el dedo pulgar de su mano izquierda para responder la llamada. Cuando el mismo rostro de la rueda de prensa que en ese momento había quedado pausado de fondo apareció en la videollamada, Dante escupió un chorro de jugo que por suerte no enchastró la pantalla de su Pad de puro milagro.
—Buenas tardes Señor Joyner. —dijo la IA llamada Aurora desde la pantalla. —¿Interrumpo algo importante?