Folded Dreams

40

—¿La comida fue de su agrado, señor?
Alex apartó la vista de la hoja de registros que estaba consultando en ese momento y se volvió hacia el mayordomo. —Estuvo delicioso. —respondió satisfecho. —Nuestro cocinero se supera día a día.
—El ingrediente principal fue traído por los nuevos aventureros esta mañana. —explicó el NPC. —Nuestro cocinero se ha esmerado al máximo para realzar el sabor de tan exótico ingrediente.
—Todos se pondrán muy felices al oír eso. —dijo. —Espero que Dante y los demás puedan probarlo una vez que vuelvan de sus obligaciones.
El Mayordomo hizo una reverencia y tras retirar el plato y los cubiertos de la mesa se retiró por la puerta que daba a las cocinas.

Alex permaneció sentado en silencio. Aún no se había acostumbrado del todo a esa transformación que había ocurrido con los NPC’s del Clan Hall. Desde que Diógenes entrara a la casa la forma en la que los miembros de La Orden interactuaban con ellos había cambiado por completo y si bien los cambios eran bienvenidos, todo eso no dejaba de sentirse demasiado extraño y repentino.
Y por supuesto también estaba Nelly.

Cuando Alex entró a Calipso por la mañana temprano ya los rumores de lo sucedido la noche anterior en el Bosque Viejo habían empezado a correr salvajes por las redes sociales. Si bien la naturaleza de lo ocurrido eran, por el momento, solo rumores. Ya se sabía que al menos una base de los gigantes del Enjambre había sido atacada. Con el correr de las horas más y más información comenzó a acumularse y para el mediodía ya había hasta identikits de los culpables.
Aunque…mas que identikit, aquel “Fan-Art” que circulaba por la red era demasiado escandaloso para un juego como Calypso y el navegador que utilizaban para ver el contenido de la red censuraba automáticamente todas las versiones del dibujo que comenzaron a circular por la misma.

El líder de La Orden pensó que aquella mañana no se hablaría de otra cosa en el Clan, pero se equivocaba; mas de una sorpresa lo esperaba al salir de su habitación luego de aparecer en el juego junto a su cama.
Lo primero fueron los avisos del sistema de gestión de la propiedad que lo alertaron de la presencia de extraños en la misma. Una rápida mirada al registro y Alex quedó perplejo al encontrar un nombre desconocido y otro oculto. Rápidamente bajó las escaleras y se encontró con Silvana, Mirna, Matilda… y alguien más.
Alex quedó paralizado al ver por primera vez a aquella criatura, pero de pronto fue como si los dibujos que había visto en el taller de Matilda cobraran vida frente a sus ojos.
—Eso… ella es… ¿Una Driada? —preguntó bajando lentamente los últimos peldaños de la escalera.
—¡Alex! —exclamó Silvana corriendo hacia su líder. —Ella es Nelly, es una Dríada del Bosque.
El joven se detuvo confundido y miró a todos los miembros sin saber por dónde comenzar. Matilda se cruzó de brazos y suspiró. —¿Cual de todas las preguntas quieres que te respondamos primero? —preguntó. —Date prisa o tu cabeza va a explotar.
Pero Alex no había perdido completamente la cabeza y haciendo una reverencia se dirigió hacia la Driada. —Bienvenida a nuestra casa. —dijo en forma muy cortés. —Es un placer conocer en persona a una de las habitantes del Bosque Viejo.

La Driada respondió al saludo con un ligero movimiento de cabeza. —Me llamo Nelly. —dijo.
—Yo soy Alex, el líder de la Orden. —se presentó el joven. —Y estoy a su servicio. Supongo que mis compañeros ya se han presentado… ¿Verdad?
—Mas que eso. —respondió Matilda. —Rita ya ha encendido de la forja y Walter está removiendo piedras en el patio.
—¿Piedras en el patio…? —preguntó Alex aún mas confundido que antes.
—Tuvimos una idea genial para que Nelly se sienta como en casa… ¿Verdad Mirna?
—Nyan. —respondió la chica gato.
Matilda se acercó a Silvana y puso su mano en el hombro. —Será mejor que vayan a ayudar a Walter. —dijo. —Yo tengo que discutir un par de cosas aburridas con nuestro amado líder.
—De acuerdo. ¡Vamos chicas! —exclamó Silvana tomando las manos de Mirna y Nelly y prácticamente arrastrándolas por la puerta. —¡Hay un montón de cosas que quiero probar!

Alex y Matilda quedaron solos frente a la chimenea de la sala común donde un pequeño fuego crepitaba alegremente.
—Antes que nada. —dijo el joven volviéndose hacia la Widermerense. —El sistema me informa que hay una persona desconocida en el edificio. —dijo. —¿Sabes quien es?
—No. —respondió la mujer. —Pero tengo mis sospechas… y tú también. ¿Verdad?
—Supongo que es la misteriosa compañera de Dante y Diógenes. —respondió. —¿Karina se llamaba?
—Si, yo también sospecho que puede ser ella. —respondió. —Se desconectó temprano esta mañana en una de las habitaciones de huéspedes, pero su personaje está en modo incógnito y no puedo ver nada en la interfaz del Clan Hall. ¿Vas a ir a revisar? Tu puedes abrir todas las puertas de este edificio con tu llave maestra…
—No. —la interrumpió Alex repentinamente. —No voy a hacer eso. Ya dí mi palabra que su compañera seria bienvenida a esta casa y no voy a invadir su privacidad, decida o no quedarse con nosotros.
—Bien respondido. —lo felicitó Matilda. 
Alex caminó hasta la chimenea y miró las llamas moverse lentamente. —Esa Driada… Nelly. —dijo volviéndose hacia la Espadachin Windermerense. —Pensé que era un jugador en cuanto vi su nombre en el registro… ¿Como es posible? ¿Realmente es un NPC?
Matilda se sentó en el sillón y cruzó las piernas. —Yo tampoco lo podía creer al revisar la información. —dijo. —Pero aparece listada en el gestor del edificio como una invitada más, indistinguible de un jugador “Normal”.
—Si no fuera por la habilidad de Diógenes lo creería imposible. —dijo. —Pero desde que él y Dante llegaron han comenzado a pasar cosas de lo mas extrañas. ¿Sabes algo de su misión en el Bosque Viejo? Supongo que es allí donde conocieron a ese NPC.
La guerrera se encogió de hombros. —Se tanto como tu… osea nada. —se sinceró. —Pero definitivamente hay una relación entre la misión de ellos y lo que sucedió anoche en una de las bases del Enjambre.
Alex se acercó hacia el sillón. —Crees… ¿Crees que ellos fueron los que atacaron? Si es asi…
—Si es asi, han roto una de las reglas del Clan. —afirmó con seriedad la mujer. —La Orden no participa en PvP sin provocación y no se entromete en las guerras de los otros Clanes.
—¿Haz hablado con Silvana o con Mirna? —preguntó el joven.
—No las he interrogado sobre su salida de ayer, si es lo que quieres saber. —respondió Matilda cruzándose de brazos. —Solo hablamos de Nelly y de sus planes de entrar a La Orden.
Alex se rascó la barbilla pensativo. —Tendremos que averiguar que sucedió realmente allí en el bosque. Si Dante involucró a Silvana y Mirna en PvP entonces… un momento. —dijo de pronto levantando la cabeza. —¿Qué haz dicho? —preguntó mirando a su compañera con expresión de asombro.
—Dije que Nelly quiere entrar a La Orden. —repitió la mujer con una sonrisa.
—…
—Sabía que te quedarias sin palabras. —respondió la mujer con gesto divertido al ver la expresión de su camarada. —Pero por lo que pude investigar es posible… aunque al enviar la invitación a su personaje un aviso del sistema me informó que mi habilidad de reclutamiento no era lo suficientemente elevada como para completar esa acción.
Alex sacudió la cabeza. —Me imagino que solo Diógenes podría invitarla a La Orden con esos stats monstruosos que tiene. —dijo. —Pero eso significa…
—Eso significa que estamos haciendo cosas que ningún otro jugador ha hecho antes. —afirmó la Espadachin. —Reclutar un NPC con habilidades de Personaje Jugador… esto es algo nuevo y revolucionario.
—Tal vez Diógenes tenga las respuestas que necesitamos. —razonó Alex. —¿Aún está en la Torre? 
—Cuando me conecté ya estaba en Calypso hace rato… lo saludé por mensaje de texto y me respondió que bajaría mas tarde, que debía volcar todo lo que habían descubierto en la expedición de ayer en los mapas y enciclopedias de Calypso.
El líder de La Orden asintió. —Todavía me cuesta creer que tenemos acceso a un Archivista en un Clan tan pequeño como este. 
—No te olvides de los dos Naturales y el arma Legendaria… y ahora se suma el primer NPC de clase aventurera en todo el juego.
Al oir sobre el arma, Alex recordó algo. —¿Dices que Rita ya está en la forja? —pregunto.
—Reparando el equipo que esos cuatro destruyeron ayer. —respondió la joven. —La túnica de Silvana estaba reducida a jirones de tela y el arco de Mirna estaba roto en tres pedazos.
—Iré a hablar con Diógenes. —dijo Alex tomando una decisión. —Necesito saber lo que pasó en ese bosque.



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En el texto hay: videojuegos, isekai, macross

Editado: 27.12.2020

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