Folded Dreams

41

Dante salió del baño y se vistió rápidamente mientras el mensaje que se proyectaba sobre la pantalla de su Pad indicaba que el Taxi lo esperaba en la puerta de su departamento. Apagó las luces y salió al pasillo mientras trataba de poner en orden sus ideas. Aquel encuentro con DiMarco había sido no solo inesperado en todo sentido, sinó que no estaba totalmente seguro en si debía contarle a su Jefe sobre lo sucedido o seria mejor guardarlo en secreto. Deseó para sus adentros haberlo discutido previamente con Diógenes, pero ya era tarde para eso.
El elevador lo dejó rápidamente en el Palier del edificio y a través de los cristales de la entrada pudo ver al vehículo autónomo esperándolo pacientemente en la calle. 
La puerta del pequeño taxi se abrió en cuanto el joven se acercó y una voz digitalizada le dió la bienvenida mientras se acomodaba en el asiento trasero. Unos segundos mas tarde el vehículo se ponía en marcha mientras su solitario pasajero contemplaba por la ventana el desierto paisaje de la Colonia a punto de entrar en el Salto FOLD mas largo del que se tenga registros.
El trayecto a las oficinas de Alpha Corporation no era demasiado largo, pero igualmente no había mucho que ver por la ventanilla asi que Dante sacó su Pad y examinó su bandeja de entrada. Vió un par de mensajes nuevos provenientes del Gobierno Colonial y los abrió con un movimiento del dedo. Como lo imaginaba eran recomendaciones para que los habitantes que aún no habían entrado a las vainas se prepararan para el largo salto. La lista de precauciones y recomendaciones era enorme y abarcaban desde cuestiones de alimentación e higiene personales. (Aparentemente ayunar doce horas antes de entrar en las vainas era algo recomendado) hasta recomendaciones sobre como cubrir el mobiliario y ropa de la casa para que el largo periodo de inactividad no dejase que el polvo dañase las telas y superficies.
Para entonces el taxi había abandonado la autopista principal y se dirigió rápidamente hacia la enorme mole vidriada que se levantaba en el medio del “Downtown” de la Colonia 41. 
Ahora se veian solamente robots por las calles. Dante no vió a ningún ser humano durante el trayecto y si en cambio vió aun mas mechas y vehículos autónomos que la ultima vez que había hecho aquel viaje. ¿Estaban todas esas máquinas bajo las órdenes de Aurora? ¿También el vehiculo que ahora mismo lo estaba llevando por la ciudad? El pensar en la IA trajo a su mente el recuerdo de la charla y un escalofrío recorrió su espalda; ¿Por que ese interés por Calypso? Lo que sucedía en el interior del juego no debería ser de incumbencia para ella y sin embargo…
El taxi se detuvo frente al edificio y Dante tuvo que volver al mundo real momentáneamente. Cuando la puerta se abrió y la voz del conductor le deseó un buen día vió con asombro que hasta los militares habían comenzado a levantar el “campamento” frente a las oficinas. Vió un par de soldados cargando equipo electrónico en un camión y reconoció de inmediato al oficial de inteligencia que había dejado de conversar con otro uniformado para mirar con curiosidad al vehículo recién detenido frente al edificio.
—Ah, Señor Joyner. —dijo el oficial acercándose. —Lo estábamos esperando.
Dante reprimió el impulso de hacer un saludo marcial y en cambio inclinó la cabeza a modo de saludo. —Muchas gracias por su trabajo. —dijo agradecido. 
—Levantaremos el puesto de control en el sitio. —explicó el hombre señalando el camión en donde los soldados habían comenzado a apilar las cajas. —Pero el monitoreo continuará en forma remota.
—¿No ha habido incidentes desde entonces? —preguntó el joven.
—No que hayamos podido detectar. —respondió el Oficial. —De todas formas, una vez que comience el Toque de Queda antes del Salto ya nadie podrá acercarse al edificio.
—Entonces la seguridad pasará a ser pura y exclusivamente On-Line. —afirmó Dante.
—Así es, afortunadamente el sistema de Alpha Corporation es muy robusto y no creo que nadie en su sano juicio intente hacer nada gracioso desde la Red. —dijo sacudiendo la cabeza. —O se las verá cara a cara con el propio Simmons.
—Doy fe que no es una amenaza para tomar a la ligera. —confirmó el joven esbozando una pequeña sonrisa. 

El Oficial utilizó un detector portátil para examinar el cuerpo de Dante y lo autorizó a entrar al edificio con la orden estricta de no salir del mismo hasta que su jefe lo autorice. Hasta entonces las puertas permanecerían cerradas. 
El joven se despidió con un gesto de la mano y se encaminó hacia la entrada en donde las puertas se abrieron automáticamente para dejarlo pasar y volvieron a cerrarse a sus espaldas con un ruido seco.
El lobby estaba desierto y ni siquiera el pequeño guía virtual salió a su encuentro, por suerte Dante ya estaba familiarizado con el edificio y sabía exactamente hacia donde ir. Unos momentos más tarde, el veloz elevador salía disparado hacia el último piso mientras el joven miraba melancólico el cielo de metal sobre la ciudad dormida.

Las puertas de la oficina de Duval estaban cerradas pero sin llave. El joven entró con normalidad y vió que el interior estaba tal y como lo recordaba la primera vez que lo vio: oscuro, apenas iluminado por las pantallas holográficas. Se dirigió hacia el salón de conferencias y pudo distinguir una silueta de pié contra la puerta que separaba las dos partes de la oficina.
—Hola. —dijo Dante levantando una mano. —¿Soy el último en llegar?
Karina apagó el Pad que estaba mirando y asintió con la cabeza. —Nos estan esperando. —dijo.
—¿Cómo está el Jefe? —preguntó el joven pero comprendió de inmediato la situación cuando vió a la teniente sacudir la cabeza. —Será mejor que no lo hagas esperar más.
Sin decir una palabra más, los dos compañeros abrieron la puerta y entraron a la sala de conferencias.

A diferencia de la sala posterior, el salón de conferencias estaba apropiadamente iluminado y las cortinas dejaban de pasar algo de la luz exterior. Dante observó que una enorme pantalla ocupaba ahora una de las cabeceras de la enorme mesa de conferencias en donde Duval ocupaba la cabecera opuesta. Willy estaba sentado inmediatamente a su lado y todos los demás espacios estaban vacíos… o eso parecía a simple vista. 
—Ah, era hora. —exclamó el Director mientras levantaba la vista de los documentos que examinaba sobre la mesa. —Tomen asiento ustedes dos, comenzaremos enseguida.
El joven se acercó unos pasos y entonces notó la fina línea luminosa en el piso que rodeaba toda la mesa. Como lo sospechaba, aquel espacio estaba dentro de un campo de proyección especial, una especie de zona de ofuscación visual. En cuanto caminó sobre la línea varios avatares holográficos aparecieron sentados en los asientos que parecían estar vacíos.
Reconoció de inmediato los avatares de Diógenes y el Representante de Alpha Corporation que había visto durante el almuerzo en el restaurante Nyan Nyan del otro día, aunque no recordaba bien su nombre. Había otros dos avatares holográficos que jamás había visto en su vida; un hombre y una mujer con anteojos de aspecto joven. 
—Ninguna precaución está de más. —¿No? —preguntó tomando asiento junto al avatar de Diógenes, quien lo saludó con un gesto de la mano.
Willy levantó la cabeza y miró al joven a través de la pantalla que tenía delante. —Si realmente supieras. —dijo con tono cansado.
—¿Ha sucedido algo? —preguntó Karina tomando asiento del lado opuesto de la mesa frente a Dante.
—Espias. —dijo el hombre que Dante conocía de vista. 
—No puedo dejar de notar que habla en plural. —observó la Teniente O’Higgins. —¿Tanto se ha comprometido la seguridad?
—Tres empleados del departamento de Lore han sido purgados. —explicó el hombre mostrando tres dedos de la mano. —A decir verdad, en cierta medida jamás hubiésemos podido descubrirlos de no ser por el nuevo asesor estratégico aquí presente. —dijo señalando a Dante. —El caos que ha causado ha permitido que esos hijos de puta bajen la guardia lo suficiente para que nuestro experto en contrainteligencia haya podido detectarlos. 
—Perdón… no recuerdo su nombre. —observó Dante mirando al hombre.
—Auron, solo nos conocimos brevemente el otro día, cierto. —respondió con una sonrisa. —Soy el portavoz de la Compañía dentro de Calypso, es un placer conocerlo.
—El gusto es mío. —respondió el joven.
—Me imagino que también debo presentarte a nuestros otros dos integrantes. —dijo Willy apagando la pantalla que tenía delante. 
El hombre joven levantó la mano y miró a Dante con una sonrisa. —Mi nombre es Kuma. —dijo poniéndose de pie. —Estoy encargado de la contrainteligencia dentro del equipo de Administración en Calypso… aunque me temo que mi desempeño no ha estado completamente a la altura de los estándares de la compañía. —reconoció.
—Tonterias, haz hecho un trabajo excelente. —le recriminó Duval. —No vuelvas a decir algo así nunca más.
El joven hizo una pequeña reverencia y volvió a sentarse.
La joven sentada junto al hombre llamado Kuma hizo un gesto con la cabeza. —Mi nombre es Anahí. —dijo también levantándose. —Soy la jefa en el departamento de Economía y Balance de Calypso. —explicó.
—Es un placer conocerlos a ambos. —respondió Dante incorporándose. —Espero poder trabajar con toda mi dedicación junto a ustedes. —dijo mientras hacía una reverencia.
Duval golpeó la mesa con la palma de la mano y todos se volvieron de inmediato hacia el imponente Director. —Ya basta de presentaciones. —exclamó. —Es hora de trabajar.



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En el texto hay: videojuegos, isekai, macross

Editado: 27.12.2020

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