Abrí la puerta de tu mundo oculto,
donde tu amor no era solo mío,
y en el brillo frío de la pantalla,
vi la daga que atravesó mi pecho vacío.
Mensajes dulces, palabras prohibidas,
cada letra un golpe, cada frase un adiós,
descubrí en sus palabras tu desvelo,
y sentí cómo mi alma gritaba en voz.
Tus "te amo" no eran promesas eternas,
eran ecos lanzados a dos corazones,
yo, creyendo en el lazo que nos unía,
y tú, tejiendo nuevas ilusiones.
Me rompí en mil pedazos silenciosos,
sosteniendo el peso de lo que vi,
¿cómo pudiste dejarme morir tan sola,
cuando yo solo vivía por ti?
Tu sonrisa ahora es un reflejo hueco,
tus caricias queman como el fuego cruel,
y aunque quiero gritar que aún te amo,
la traición es un abismo que no puedo vencer.
Dejaste tus secretos en mis manos,
y con ellos, enterraste nuestro ayer,
ya no somos dos almas entrelazadas,
solo un amor roto que no va a volver.