Mírate. Has pasado por tantas cosas, tantas luchas, tantas pruebas. Pero aquí estás… de pie, con una sonrisa a pesar del dolor. Eso es valentía. Eso es fuerza. Eso eres tú.
Cada cicatriz que llevas es una prueba de tu resistencia, cada sonrisa es un testimonio de tu esperanza. Has navegado por mares tormentosos y has escalado montañas empinadas. Has soportado tormentas y has salido al otro lado, más fuerte y más sabio.
Pero no solo eso. Has aprendido a bailar bajo la lluvia, a encontrar belleza en las cicatrices, a ver la luz en la oscuridad. Has aprendido a amar a pesar del miedo, a soñar a pesar de las dudas, a esperar a pesar de la desesperación.
Mírate. Eres un faro de esperanza en un mundo a menudo oscuro. Eres un guerrero, un sobreviviente, un triunfador. Eres un testimonio viviente de la resistencia del espíritu humano, de la capacidad de amar y de la fuerza de la voluntad.
Cada batalla que has librado, cada montaña que has escalado, cada tormenta que has soportado, te ha hecho ser quien eres hoy. Eres más fuerte de lo que crees, más valiente de lo que sabes, más capaz de lo que imaginas.
Así que mírate. Mírate y sonríe. Porque eres increíble. Eres valiente. Eres fuerte. Eres tú.
Y eso, es más que suficiente.