No te rindas. Aunque el camino sea largo y tortuoso, aunque las montañas parezcan inalcanzables, aunque las tormentas parezcan interminables, no te rindas.
No te rindas, porque cada paso que das, por pequeño que sea, te acerca a tu destino. Cada batalla que libras, por dura que sea, te hace más fuerte. Cada prueba que superas, por difícil que sea, te hace más sabio/a.
No te rindas, porque tienes un sueño que vale la pena perseguir. Tienes una visión que vale la pena realizar. Tienes una meta que vale la pena alcanzar.
No te rindas, porque tienes la fuerza dentro de ti para seguir adelante. Tienes la valentía para enfrentar tus miedos. Tienes la determinación para superar tus desafíos.
No te rindas, porque tienes personas que te aman y te apoyan. Tienes amigos que te animan. Tienes seres queridos que creen en ti.
No te rindas, porque cada día es una nueva oportunidad para intentarlo de nuevo. Cada amanecer es una nueva oportunidad para empezar de nuevo. Cada momento es una nueva oportunidad para vivir de nuevo.
Así que no te rindas. No importa cuántas veces caigas, levántate. No importa cuántas veces te equivoques, aprende. No importa cuántas veces te rompas, sana.
Porque tú, querido lector, eres increíble. Eres fuerte. Eres valiente. Eres capaz. Y mereces todas las cosas maravillosas que la vida tiene para ofrecer.
Así que no te rindas. Sigue adelante. Sigue luchando. Sigue soñando. Porque tú, puedes hacer cualquier cosa.