MAY: Bi-en, yo me voy –se dirigió a la puerta y giró la perilla para poder salir-.
DANIEL: -Corrió a la puerta y apoyó su brazo, cerrándola. - ¿Por qué la prisa, May?
MAY: Yo quiero estar con mi hermanita y Velvet, así que déjame salir –consiguió decir, nerviosa-.
DANIEL: Qué mala.
MAY: ¿Mala? ¿Por qué? –Preguntó, desconcertada-.
DANIEL: Sólo quiero platicar contigo y conocerte más –le mostró una sonrisa tierna-.
MAY: Podemos platicar allá afuera con los demás –abrió parcialmente la puerta-.
DANIEL: -Empujó de nuevo la puerta- No te voy a hacer nada malo.
MAY: Por eso mismo, podemos salir con los demás…
DANIEL: No, quiero platicar contigo, no con el resto.
MAY: Pero podemos conversar sólo tú y yo, no tiene nada de malo estar allá afuera…
Discutieron por un cierto tiempo; cada que May intentaba abrir la puerta, Daniel la cerraba con fuerza. Mientras tanto, el resto al escuchar tanto golpe empiezan a sospechar que ocurre algo extraño adentro de aquella habitación.
ALEX: ¿Por qué se escucha tanto golpe?
VELVET: Uff, creo que hay mucha acción allí dentro.
HOSHI: Y ustedes muy atentos.
SUGIZO: ¡Velvet! qué pervertida eres.
VELVET: ¡Ay! Si ya sabes como soy.
SUGIZO: Sí… pero no del todo.
VELVET: ¿Quisieras conocerme?
SUGIZO: -Se sonrojó -Mala idea no es…
HOSHI: Par de pervertidos…
SUGIZO: Mataste la pasión… –dijo sin pensar, pues fue lo primero que se le vino a la mente en ese entonces-.
HOSHI: ¿La qué?
SUGIZO: Momento, eso quise decir: mo-men-to.
ALEX: Sí claro, ¿cómo no? Momento ¡ajá!
VELVET: -Su rostro se sonrojó -se levantó despistadamente dirigiéndose a la cocina-.
ALEX: Hey, ¿a dónde vas tú?
VELVET: -Volteó hacia los lados como si buscase a alguien- ¿A quién le hablas, primito?
ALEX: ¡Te hablo a ti, Velvet!
VELVET: Aaah yo, eso hubieras dicho antes… ¿Por qué yo? ¿Qué hice?
ALEX: Nada, nada.
VELVET: Como digas, voy a la cocina, ¿alguien quiere algo? -Preguntó, amable-.
SUGIZO: Yo.
HOSHI: Eso no, Sugizo.
SUGIZO: Oye.
HOSHI: Dime -sonrió ampliamente-.
Volvieron a escuchar los golpes en el cuarto donde se encontraban May y Daniel
HOSHI: ¿Qué se traen con tanto ruido?
ALEX: O se quieren matar a golpes, o no sé…
HOSHI: -Rió. - ¿Matarse? ¿Eso por qué sería?
ALEX: No sé, sólo se me ocurrió, digo, no es normal tanto golpe.
SUGIZO: No parece como si se golpearan, más bien…
HOSHI: Lo dudo.
ALEX: Ay Sugizo, muy experto ¿no? -Mencionó en tono de insinuación-.
HOSHI: Déjalo, el experto ha hablado.
SUGIZO: -Se sonrojó- No sé qué estés insinuando, Alex.
***
MAY: ¿Me harías el enorme favor de dejarme salir? -Le dijo, molesta-.
DANIEL: ¿Cuál es la prisa? Aquí podemos conversar tranquilamente.
MAY: Deja de estar de insistente.
DANIEL: Hagamos un trato, yo te dejo ir… a cambio de algo.
MAY: ¿A cambio de qué? A mí no me vengas con tus chantajes, no crees que ya estás algo grandecito como para hacer eso.
DANIEL: Si quieres salir, dame algo a cambio.
MAY: Lo que te voy a dar es una patada si no te quitas.
DANIEL: ¡Ja! ¿Tú? Ternurita, no serías capas de patearme, hermosa –le acarició el rostro-.
MAY: -Quitó su mano de forma agresiva -Eres un arrogante ¡Quítate!
DANIEL: Oblígame –le robó un beso a May-.
May, del impacto, respondió el beso por unos segundos y a continuación le dio un golpe en el vientre haciéndolo soltar la puerta, para así poder salir de la habitación y dirigirse con el resto.
MAY: -Cerró la puerta y sonrió leve, mordiéndose el labio inferior, se dirigió con el resto de los chicos- ¿Me he perdido de algo? –Preguntó de manera desorientada al ver a Sugizo a centímetros del rostro de Velvet y a Alex a milímetros del rostro de Hoshi-.
ALEX Y SUGIZO: -Asustados, voltearon a ver a May con una sonrisa disimulada y piensan “rayos, tan cerca”- No, nada, todo sigue igual.
HOSHI Y VELVET: -piensan “ya casi”- Es que mi ojo me ardía un poco –dijeron al mismo tiempo-.
MAY: –Se cruza de brazos- aaaah claaaroo y yo nací ayer ¿no?
HOSHI: No es cierto, naciste hace ciento… -fue apagando su voz- diecisiete años y un par de horas después de mí.
MAY: No me cambies el tema, bien sabes a qué me refiero, espera… sólo fueron unos cuantos segunditos, no horas.
HOSHI: Bueno, bueno, al fin y al cabo, llegaste tarde.
MAY: ¡Ya cállate!
HOSHI: Mejor dinos tú, ¿dónde dejaste a Daniel?
MAY: En el cuarto… hablando solo.
HOSHI Y VELVET: Lo dejaste cansado, ¿verdad? –bromearon con ella-.
MAY: ¿Cansado?, bueno… ¿pero ustedes que están pensando que paso allí dentro? -dijo molesta-.
SUGIZO: Pues a juzgar por los golpes… -guardó silencio para darle un poco de suspenso a la escena-.
MAY: ¡Era la puerta! –les gritó enojada-.
HOSHI: Ya, ya hermanita, es juego.
VELVET: No te esponjes, panquecito.
ALEX Y SUGIZO: Panquecito –se burlaron de ella-.
MAY: Qué malos.
ALEX: Simplemente buscamos divertirnos un rato, no es para tanto.
DANIEL: -Salió del cuarto- ¿Qué haciendo?, ¿por qué tanta risa?
VELVET: Porque nosotros no somos unos amargados como tú.
DANIEL: Amargado… ¿Yo? Ja-ja –mencionó en tono sarcástico- si yo soy el más alegre de todos.
VELVET: Como digas, primito.
El tiempo transcurrió lentamente mientras los chicos conversaban, jugaban, se hacían bromas y la mayor parte del tiempo discutían; así continuaron hasta las 2.30 am; cuando a Hoshi le llegó un mensaje de texto al celular.
HOSHI: -Leyó en silencio el mensaje y cuando estaban distraídos salió a la cochera de enfrente sigilosamente. Afuera, hablando en voz baja, sola, sentada en una especie de banca, con lágrimas en los ojos y la vista fija al suelo- Eres un tonto, ¿cómo se te ocurre volverme a buscar? tonto, tonto, tonto, tonto, tonto.
Un joven como de 1.80m, piel pálida, delgado, fornido, cabello negro que le llegaba por encima de los hombros, ojos color miel y de aspecto atractivo, se acerca a Hoshi al notar que ella estaba un poco triste y sola, decidiendo hacerle compañía-.
“Hola, ¿se encuentra bien, señorita?” –preguntó amablemente-.
HOSHI: -Se limpió las lágrimas con el dorso de su mano y alzó la mirada- Sí, gracias, estoy bien…
“¿Segura?, ¿te sientes mal?, ¿por qué lloras, bonita?”
HOSHI: -Se sonrojó levemente ante elcumplido- Muchas preguntas jeje, estoy bien, no tengo nada.
“Eso no me parece a mí… ¿puedo sentarme?”
HOSHI: -Se recorrió un poco hacia su derecha- Claro, no hay problema.
“De acuerdo –Se sienta al lado de Hoshi- si gustas, puedes contarme.”
HOSHI: Gracias, qué lindo, pero en verdad no tengo nada –le dijo con una sonrisa tierna-.
“Qué mentirosa eres, estabas llorando, ¿cómo va a ser posible que no tengas nada?”
HOSHI: ¡Ja! ¿Me espiabas?
“No, no, claro que no. Pero se distingue cuando una chica tan bonita como tú, está triste.”
HOSHI: -Su sonrojo se hizo más intenso- Se me metió una basurita en el ojo.
“-Se acerca a Hoshi- A ver…”
HOSHI: ¿Qué haces? –se alejó-.
“Nada malo, dices que se te metió una basurita, sólo quiero ayudar.”
HOSHI: Ya no tengo nada, no te preocupes.
“¿Desconfiada?” -Enarcó una ceja–.
HOSHI: Ni te conozco, ¿cómo no voy a desconfiar?
“Ni que te fuera a hacer ¿qué?”
HOSHI: -Rio -Nadie está insinuando nada.
“Eso creí”.
HOSHI: ¿Tan rápido me amenazas?