MAY: Debemos avisar a los chicos, hermanita.
HOSHI: No es justo –se cruzó de brazos, enojada-.
MAY: ¿Qué tal si es algo importante?
HOSHI: Debemos convencerlos de que nos dejen permanecer aquí más tiempo.
MAY: Si nos mandaron llamar, es por qué hay reunión a la cual todos asisten, ¿no?
HOSHI: ¿A qué viene eso?
MAY: Que no somos las únicas a las que mandaron buscar, sino también a Velvet y sus primos…
HOSHI: Podría ser, pero son reinos -hizo una pausa- mundos separados.
MAY: -Comenzó a sospechar. -Tú no quieres irte de aquí por Alex ni Velvet… te quieres quedar por…
HOSHI: -Comenzó a sonrojarse- Mentira, ahora estoy con Alex.
MAY: ¿Desde cuándo?
HOSHI: Hoy, de hecho creí que por eso había venido el Consejo.
MAY: De suerte no.
HOSHI: Pero si me voy ahora…
MAY: No hagamos suposiciones por ahora, mejor vayamos a empacar, que hay mucho por hacer.
HOSHI: Ahora regreso –dijo a su hermana mientras estaba escribiendo un mensaje de texto-.
MAY: ¿A dónde vas?
HOSHI: No me tardo.
PARQUE NACIONAL
ALEX: ¿Te hice esperar mucho? -se sentó en la banca de metal al lado de la pelirroja-.
HOSHI: No, acabo de llegar –le contestó en tono frío-.
ALEX: ¿Sucede algo malo?
HOSHI: Un poco.
ALEX: ¿Tiene que ver con los sujetos que llegaron a tu casa?
HOSHI: Así es…
ALEX: ¿Quiénes eran? Sabes que soy tu apoyo –tomó la mano de ella con ternura-.
HOSHI: Qué lindo –le mostró una sonrisa tierna. -Ellos son los del Consejo del Submundo.
ALEX: ¿Tú mundo?
HOSHI: ¿Existe otro?
ALEX: Podría ser… está el mío…
HOSHI: Tu mundo se llama diferente…
ALEX: ¿Cómo es que las conocen… y por qué te llamó “duquesa”? –Expresó confundido-.
HOSHI: ¿Cómo te lo explico? Mis padres son los Emperadores de nuestro mundo y a mi hermana y a mí nos asignaron el título de Duquesa…
ALEX: ¿Por qué no nos habían contado?
HOSHI: Es contra las reglas, pero creo que ya no importa –entristeció-.
ALEX: ¿Qué dices?
HOSHI: Alex… mi hermana y yo debemos partir mañana al Submundo, al parecer estaremos ausentes una temporada.
ALEX: ¿Qué? ¿No hay nada que puedas hacer al respecto?
HOSHI: No -dijo sécamente-.
ALEX: Ya veo…
HOSHI: Lo siento… pero nuestra relación no podrá ser –se puso de pie-.
ALEX: Yo te esperaré, lo prometo –dijo, levantándose de la banca-.
HOSHI: -Lo abrazó. -Te quiero.
ALEX: -Respondió al abrazo. -Yo también te quiero.
HOSHI: Debo irme, hasta luego.
ALEX: Adiós…
Casa de Velvet.
ALEX: -Fue a la cocina mientras hablaba solo. -Todo me sale mal.
DANIEL: ¿Qué pasó? ¿Hoshi no aceptó? –Lo quiso provocar-.
ALEX: No digas tonterías.
DANIEL: ¿Te dio el sí?
ALEX: Pues… sí y no -respondió dubitatuivo-.
DANIEL: ¿Cómo es eso?
ALEX: Te explico… –se tomó su tiempo para narrarle la asombrosa historia respecto a las gemelas de cabello extravagante como habían acostumbrado a referirse a ellas- ¿Qué opinas?
DANIEL: Mi May… ¿se va? -Respondió triste-.
VELVET: ¿Quién se va? -dijo tras aparecer de la nada en la cocina-.
DANIEL: May y Hoshi.
VELVET: ¿Por qué? Nadie me ha dicho nada… es una broma, ¿verdad?
ALEX: Ojalá lo fuera.
VELVET: ¿Es enserio?
ALEX: Sí –una vez más, explicó la razón. -Y es por esa razón que deben irse.
VELVET: Qué mal… después de tanto de no vernos, ahora ellas son las que se van y sin despedirse –dramatizó-.
DANIEL: ¿Por qué no se habrán querido despedir?
ALEX: ¿Qué no es obvio?
DANIEL: Pero al menos un mensajito de aviso.
VELVET: A ellas no les gustan las despedidas.
DANIEL: A nadie le gustan, pero… ¿por qué tienen que irse?
VELVET: Habrá que esperar noticias de parte de ellas.
ALEX: Exacto.
Casa de las gemelas Blackmoon.
MAY: ¿Le avisamos a Velvet?
HOSHI: Mejor mañana.
MAY: Ánimo, ya no estés así.
HOSHI: Lo estaré una vez que acabe todo esto.
MAY: Debemos ser positivas.
HOSHI: Si se trata de nuestros padres… debe ocurrir un milagro.
MAY: Tranquila, mejor hay que descansar.
HOSHI: Tienes razón.
Casa Bäckmann. Matt estaba acostado sobre su cama, boca arriba, leyendo el libro que acaba de comprar por la tarde.
“Hola, hermanito” –una bella joven de cabello rubio rizado le saludó al pie de la cama con una sonrisa amplia-.
MATT: -Bajó un poco el libro. -Hola, Lindsey –volvió a subir el libro y reaccionó, se levantó de un salto- ¡Lindsey!
LINDSEY: Hola -volvió a decir con su habitual tono aniñado y enérgico a la vez-.
MATT: ¿Qué estás haciendo aquí? -Se molestó-.
LINDSEY: ¿Así es cómo recibes a tu hermana menor? -Se llevó las manos a sus caderas-.
MATT: ¿Qué?, ¿quieres fiesta? –Le dijo sarcástico-.
LINDSEY: Mala idea no es… ¡ush! Claro que no Matt, acaso ¿no te alegra ver a tu hermanita?
MATT: Honestamente, no.
LINDSEY: Malvado.
MATT: ¿A qué viniste?
LINDSEY: Me aburría yo sola en casa, así que decidí venir a visitarte.
MATT: Vete.
LINDSEY: ¡No!, yo quiero quedarme, el mundo humano es muy bonito.
MATT: -La miró un poco enojado- ¿Mamá lo sabe? –Se cruzó de brazos-.
LINDSEY: Claro que sí.
MATT: Pues yo no te quiero aquí –apuntó a la puerta para que se fuera-.
LINDSEY: No seas cruel, sólo quiero pasar tiempo con mi hermano mayor.
Matt entalmente ideó un plan y comenzó a reír solo.
LINDSEY: ¿De qué te ríes? -Enarcó una ceja-.
MATT: Te dejaré quedar…
LINDSEY: Wiii –lo abrazó -gracias, Matt.
MATT: Sí, sí, sí, pero deberás ayudarme con una pequeña misión –sonrió y alzó una ceja-.
LINDSEY: Lo que tú quieras, ¿qué es?
MATT: Te lo diré mañana, pero ahora… ¿Y la escuela? –Se cruzó de brazos-.
LINDSEY: No te preocupes, hacemos la transferencia y listo.
MATT: Lind, entiende, este no es el Submundo, las reglas son distintas.
LINDSEY: No creo que haya mucha diferencia.
MATT: Debido a tu entusiasmo… mañana comienzas clases, y con mi plan –dejó el libro sobre la mesa de noche y volvió a recostarse sobre su cama colocando sus brazos atrás de su cabeza-.
LINDSEY: ¿Escuela? es una broma ¿verdad, hermanito? –Dijo apoyándose sobre la cama-.
MATT: No, no es broma, mañana deberás comenzar la escuela, digo… ya que tanto te gusta el mundo humano…
LINDSEY: ¿Escuela?, Matt… así ya no juego.
MATT: Tú quisiste venir conmigo, por lo tanto, estoy a cargo de ti y se hace lo que yo diga.
LINDSEY: Pero yo no quiero ir –hizo pucheros-.
MATT: Muy bien, no te presiono, puedes irte a casa.
LINDSEY: ¡Matt! Está bien, pero iré a la misma escuela que tú, sino no hay trato.
MATT: Es fantástico –sus labios dibujaron una sonrisa malvada-.
LINDSEY: ¿Tienes algo planeado, ah?
MATT: -Estrujó las mejillas de su hermana. -Pero qué inteligente, tenías que ser mi hermanita adorada.
LINDSEAY: ¿Y a ti de dónde te salió tanto amor?
MATT: -Puso su mente en blanco. -No puedes espiar mis pensamientos, ¡eh!
LINDSEY: Está bien, sólo porque me dejaste quedar –le guiñó un ojo. -Chao, voy a desempacar.
MATT: Cierra la puerta, por favor.
LINDSEY: Si, si, buenas noches, hermanito.
MATT: Buenas noches.