Forbidden Love

Capítulo XXVIII

TERRY: -Se acercó de nuevo al rostro de ella. - ¿Quieres saber lo que haré? –Le respondió con voz juguetona-.

HOSHI: -Le dio una patada en el abdomen, logrando así zafarse del agarre de Terry. - ¡No trates de jugar conmigo!

Terry rio a carcajadas-.

HOSHI: ¿Qué es tan gracioso? –Le respondió, enojada-.

TERRY: Tú –respondió inocentemente sin dejar de reír-.

HOSHI: -Su rostro se tornó rojo. - Vete al demonio –desvió la vista, avergonzada-.

TERRY: -Se limpió las lágrimas que comenzaban a brotar de sus ojos debido a la risa. -Simplemente estaba jugando contigo, Hoshi… no lo tomes tan personal.

HOSHI: ¿Eh? –Respondió, desconcertada-.

TERRY: Na-da, ya vengo. Espérame aquí –salió del auto y cerró la puerta tras él, dejando a la joven dentro. Se encaminó hacia el establecimiento y sin más, cruzó las puertas de cristal perdiéndose en el interior-.

HOSHI: -Se quedó perpleja al observar al joven de cabello rubio alborotado. -Pero… ¿qué?... ese pedazo de basura –empuñó sus manos -me las pagará…

TERRY: -Así como cruzó las puertas de cristal salió, pero esta vez con una bolsa plástica en la mano, caminando a paso apresurado entró al auto. -Oh, ten –revolvió la bolsa plástica buscando algo y sacó de su interior una caja de pastillas para dolor de cabeza, así como una botella de agua -Esto es para ti.

HOSHI: ¿Ah? –Recibió la caja de pastillas y agua que le tendía el chico, observándolos con duda -Gra-cias.

TERRY: Vamos, tómate una pastilla, te hará sentir mejor -dicho eso, tomó un sorbo del agua que compró para él -Refrescante… ¿uh? –Miró a la chica- ¿Sucede algo?

HOSHI: -Hizo caso y tragó la pastilla con ayuda de un sorbo de agua, pero permaneció en silencio y cabizbaja. - ¿Ah? No, nada, no me pasa nada.

TERRY: Oh, seguro -puso en marcha el auto -Usa el cinturón –le dijo con una sonrisa tierna-.

HOSHI: Hm, sí –se colocó el cinturón de seguridad casi en automático, se sentía un poco aturdida por todo lo que había pasado en estos últimos meses y, sobre todo, lo que había pasado minutos antes-.

 

MAY: ¿Nos hemos perdido? –Exclamó horrorizada-.

TOM: No nos hemos perdido, May, entiende.

MAY: ¿Entonces por qué estamos andando en círculos?

TOM: ¿Círculos?

MAY: ¡Tom, no sabes ni conducir!

TOM: Sí sé conducir.

MAY: Dios… me hubiera ido en el auto de Terry.

TOM: No dudes de mis capacidades.

MAY: No lo dudo… ¡Estoy segura!

TOM: Terry tiene la culpa por haberse adelantado.

MAY: ¡Te dije que se habían estacionado en la sucursal de hace setenta kilómetros!

TOM: Eso no puede ser, no vi su auto por ningún lado.

MAY: ¿Sabes acaso cuál auto trae tu amigo?

TOM: Claro que sí -dijo con total seguridad-.

MAY: A ver… -se cruzó de brazos y lo miró con expresión de que lo retaba a contestar-.

TOM: Es un BMW… en color blanco.

MAY: -Lo fulminó con la mirada, completamente enfadada. -Terry no tiene un BMW, Tom…

TOM: ¿Qué dices? Me ha engañado toda la vida…

MAY: No, tú eres un caso. Llamaré a mi hermana para saber dónde están o que vengan a por nosotros… -sacó su celular del bolsillo del pantalón y marcó el número de su hermana, la cual atendió al primer timbrazo -Hermana, qué alivio.

HOSHI: ¿Hm? ¿Sucede algo, hermanita? -Su voz denotaba preocupación-.

MAY: Sí, el pedazo de escoria que viene al mando del volante se perdió y no sabemos dónde estamos…

HOSHI: ¿Cómo así que se perdieron? Se suponía que venían atrás de nosotros -se exaltó-.

MAY: Lo sé, pero cuando se detuvieron en la sucursal, Tom siguió de paso y…

HOSHI: Al menos, ¿podrías darme una pista sólida para encontrarlos?

MAY: Amm veamos… ¡en la mitad de la nada!

HOSHI: ¿Cómo que la mitad de la nada?

MAY: Así como me escuchas, estamos en un vil desierto, no hay ni un mísero cartel.

HOSHI: Quédense…

TERRY: -Le arrebató el celular a Hoshi. - ¿May?

MAY: ¿Sí…? -Respondió con duda-.

TERRY: Pasa al teléfono a Tom, por favor.

MAY: Bien, bien, ya voy –le tendió el celular al joven de cabello café oscuro-.

TOM: ¿Hola?

TERRY: A ver… semejante tonto, ¿se puede saber qué camino tomaste después de haber pasado por la sucursal? –Le dijo con un tono de justificable enojo-.

TOM: Verás… -empezó a divagar en su respuesta-.

TERRY: ¡Tom! Esto no es un juego, ¿quieres hacer el favor de cooperar?

TOM: ¡Lo siento, lo siento! No tengo la mínima idea, yo seguí derecho, no me asesines –respondió con un hilo de voz-.

TERRY: -Suspiró. -No se muevan de donde están llegaremos en un momento –finalizó la llamada y le entregó el celular a la pelirroja-.

HOSHI: -Guardó su teléfono. - ¿Y bien?

TERRY: Si los encontramos, será un milagro –aceleró a toda velocidad, rebasando uno que otro automóvil para intentar dar con el paradero de May y Tom-.

HOSHI: ¿Qué quieres decir? –Mencionó un poco asustada-.

TERRY: Tom no sabe cuál camino tomó, así que… no nos queda de otra más que tener un poco de suerte.

HOSHI: Te dije que no era buena idea que May se fuera en el auto de ese… vampiro tonto.

TERRY: Tenías razón…

HOSHI: Ja, vaya, gracias.

TERRY: Pero qué modesta –dijo entre dientes-.

HOSHI: -Le dio un puñetazo en el brazo. -Pude oír lo que dijiste.

TERRY: ¡Ouch! ¿Por qué la violencia? Salvaje.

HOSHI: -Le propinó otro puñetazo. -Muchas gracias por el cumplido –dijo de manera indiferente-.

TERRY: ¿Desde cuándo ser salvaje es algo bueno?

HOSHI: -Volvió a pegarle- ¡Ja! Pero que masoquista eres, Lötjönen –sonrió amplio-.

TERRY: Así que lo estás disfrutando, Blackmoon…

HOSHI: Es mi venganza por lo de hace rato.

TERRY: No se te escapa nada.

HOSHI: Así es –dijo, orgullosa-.



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En el texto hay: vampiros, misterio, romance

Editado: 05.11.2020

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