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"La belleza está en los ojos de quien mira"

Oscar Wilde.

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Dos años atrás jamás imaginé llegar hasta este momento de mi vida, donde yo debía hacerme responsable de todo lo sucedido, de planear mejor las cosas y que nadie me descubriera. Llegar aquí había sido como un sueño, ya decía yo que era demasiado bueno para ser cierto, en mi caso.

Un sueño que creía lejano finalmente llego, pero no sabría decir si fue en el momento indicado. En este punto me cuestionaba que lo fuera, pero recordando, el inicio, no todo fue malo. La emoción de viajar y conocer otros lugares me resultaba fascinante, por lo que cierro mis ojos un momento y me permito recordar como es que llegué aquí.

25 de Mayo del 2024

Me sentía enojada, triste y decepcionada de mi misma, no negaré que pasé unos días muy difíciles, nada me contentaba, lo daba por perdido y estaba a punto de tirar la toalla.

Creía que yo misma había echado a perder mis sueños de superación.

Solicité la admisión a diferentes universidades, de las cuales investigué a fondo, mi promedio era muy bueno, casi "perfecto" según mis padres. Aún así todas las cartas fueron rechazadas, al parecer no solo debía contar con un buen promedio, sino también mover influencias para ser admitido.

Resignada, un día comencé a buscar opciones más accesibles, no era el plan inicial, pero no quería quedarme sin estudiar, con suerte, podría solicitar alguna beca o intercambio a mediados de semestre, otra vez.

Afortunadamente, existía una red universitaria en la ciudad donde vivía. El plan de estudios parecía bueno, sin embargo no me convencía del todo. Continúe navegando por internet, hasta que un pequeño recuadro emergió del lado derecho de mi pantalla, indicando un nuevo correo. Rara vez prestó atención a los correos a menos que sean importantes, pero el nombre llamó mi atención.

Blackwell University.

Con mucha curiosidad abrí el mensaje.

Cabe resaltar que la redacción estaba en inglés. Mencionaba la excelente universidad que era, con múltiples oportunidades de crecimiento, una gran variedad de carreras y posgrados, priorizando las necesidades de sus estudiantes.

Daba la impresión de ser esos correos promocionando becas de universidades carísimas, con excelentes programas para estudiantes desesperados.

Como yo.

Decidí leerla completa. Hasta que las últimas líneas tomaron por completo mi atención:

Nuestra misión, es buscar jóvenes prodigios de entre todas partes del mundo y darles la oportunidad de estudiar en nuestra prestigiosa universidad. Exigimos excelencia a aquellos que buscan alcanzar la perfección académica, mentes brillantes que puedan dejar huella y se conviertan en grandes profesionistas.

Con base en el expediente que recibimos por parte de su coordinador, en el que se menciona su destacada trayectoria académica, nos complace informarle, por medio de la presente, que usted, Johana Montefiore, ha sido admitida para formar parte de Blackwell University.

De antemano le ofrecemos la bienvenida a Blackwell University of Columbia.

Atentamente:

Lic. Florence Cote, coordinadora de becas.

Leí y releí la carta, seguía sin creerlo. Me ofrecían un lugar en dicha universidad y ni siquiera estaba enterada de haber aplicado.

Rápidamente llamé al coordinador de mi Preparatoria, jamás había escuchado de dicha universidad y necesitaba confirmar que no fuera alguna estafa. El teléfono sonó un par de veces, para después escuchar, del otro lado de la línea, la característica voz del profesor Guzmán, ni bien terminó de saludar comencé a interrogarlo sobre dicha carta, a lo que él, con una leve carcajada, me explicó que él y otros profesores querían apoyarme después del incidente de hace un año. Dijo que merecía lo mejor, que me ayudaría un cambio de aires y salir un poco de la rutina.

Me alentó a no descartar esa gran oportunidad, porque no todos los postulados son aceptados y que solo aquellos que buscan dejar un legado son admitidos.

La llamada no duró mucho, pero le agradecí por todo su apoyo y por creer en mí.

Inmediatamente hable con mis padres, lucían algo escépticos cuando les comenté, así que ellos mismos leyeron la carta; discutimos todos y cada uno de los puntos a favor y en contra, y después de una larga platica ellos estuvieron de acuerdo en que fuera.

No dejé pasar más tiempo y de inmediato me comunique con la universidad, me indicaron que ingresara todos mis datos en la página escolar de la universidad para continuar con los trámites, así mi lugar quedó asegurado, no podía con toda la felicidad que sentía en ese momento.

Se sentía irreal.

La única condición fue presentarme la semana próxima, para entregar en físico todos mis documentos y la asignación de la que será mi habitación.

Investigue un poco más del lugar, se encontraba en Canadá, al norte de Vancouver, en internet se mostraban imágenes de grandes montañas, de las cuales mencionaba que eran el centro turístico más grande, ya que se practicaba el senderismo, con hermosos paisajes en los cuales podrías perderte por horas.