Códice etéreo: Juramento al trono.
Apartado 6: Prohibición de Alterar la Línea de Sucesión
Ningún monarca puede cambiar la línea de sucesión sin la
aprobación de los guardianes del trono. Hacerlo es
deshonrar el legado real.
“El verdadero sucesor”
Kate
No puedo decir que dormí bien porque en realidad estuve pensando toda la noche en que es lo que haría a partir de hoy y aunque se escuche muy incongruente de mi parte, lo único que se me ocurrió fue crecer rápido, tan rápido que nadie se diera cuenta.
No puedo hacer nada más, mi altura y mi edad no me ayudan en nada, por lo que lo único que podrá salvarme es ignorar a todos o al menos hasta que tenga sobre mi cabeza la corona de mis padres.
— Princesa, ya es hora de que se levante — Alfred toca la puerta y salgo ya vestida con un trabaje color hueso con dorado, que tiene en el saco el emblema de Fallriptar. No puedo dejar que me vistan y menos si la abuela piensa que el único que tenía la marca era Thigo.
— ¿Qué materias tocan hoy? — camino en dirección del despacho ignorando a las sirvientas y Alfred que se queda en silencio al verme.
—Princesa, esa ropa es de…
— Mia. — Lo miro y solo puedo observar que tiembla su mano y mira hacia otro lado viendo como las sirvientas se van mientras controla su postura.
Lo sé, es de muy mal gusto que me vean con la ropa de mi hermano, pero no sé cómo hacer esto.
Mi padre nunca me preparo para esto.
La diferencia de habilidades entre Thiago y yo es evidente, mi padre lo sabía, mi madre lo sabía, Alfred lo sabe e incluso yo lo sé. No quiero que mal piensen, pero si llevo esto para mí será un impulso, para tratar de ser igual de buena que él.
— ¿No va a desayunar primero? — Habla ocultando la impresión de verme.
— Lo puedo hacer mientras estudio. ¿Toca historia?
— Princesa...
— En mi estudio Alfred — ordeno
— Prince-sa — Tartamudea volviendo a verme — escuche — se pone delante de mí y me detengo a verlo, levanto la mirada, pues Alfred es alto mide 1,70 y yo...1,40 no soy nada alta comparada con todos los de aquí, ni siquiera a lado de Eros — ...sé que lo de ayer fue muy duro para usted, pero debe entender que lo hice por usted — escucho su explicación mirándolo
— No quiero que le haga daño, no como ayer, pero si eso que hice ayer la va a cambiar, entonces… haré hasta lo imposible por recuperar sus habitaciones. No tiene que vestirse con la ropa de su hermano.
Lo último duele más que recordar las bofetadas y aunque me encantaría tomar su palabra, no puedo, si Alfred provoca a la abuela, no quedaría nadie más conmigo en este infierno donde me dejaron sola.
— Sabes… los años que a mi mamá le tocó darme regalos, siempre me daba vestidos muy bonitos y únicos en el reino. ¿Recuerdas?
— Sí. Recuerdo a la perfección cada uno de ellos, nadie en todo el reino ni en otros reinos tiene unos vestidos como los de usted. — sonrío un poco al oír la exclusividad de mi mamá, siempre fue tan atenta y amorosa que recordar sus abrazos, sus detalles, hace que mi corazón pece.
— Lo sé Alfred y…un año, le pregunte ¿Por qué me daba solo vestidos? ...Mi mamá me sonrió y me dijo que cuando llegara el momento de proteger junto a mi hermano el reino dejaría de usarlos, porque me convertiría en la mano derecha de mi hermano, sería su sombra, una guerrera, no una princesa.
—Princesa…
—El momento ha llegado, ¿No Alfred? — Lo interrumpo. Controlando mi respiración. Me ha llevado algo de tiempo, pero lo he comprendido y necesito que Alfred esté conmigo. — mi reino está escapando de mis manos y me asusta, pero sé que haré todo por conseguirlo y que mejor…Si llevo el proceso junto a lo que me queda de mi hermano. — lo miro controlando todo el dolor que provoca recordar. — Que no te angustien tus pensamientos y actitudes, has hecho lo correcto.
Me mira confundido, incluso yo igual lo estoy, no sé qué pensar, solo estoy actuando de la mejor manera gracias a los consejos que un día mis padres me dieron.
— Princesa, debe saber, las pertenencias de su familia...
— No quiero saber — Lo corto de primera, aún es muy pronto y mientras lo asimile más rápido los olvidaré, no quiero que me los recuerde. — no me ates más a ellos. Tú mismo lo dijiste, no debo buscarlos, no debo llorar, no debo sentirlos cercas...hiciste lo correcto Alfred.
Se queda en silencio como si quisiera decir algo, pero al final solo hace una reverencia como si nada hubiera pasado. — Co-como usted ordene, le traeré su desayuno.
Me hubiera gustado desayunar en familia, pero con lo que sucedió ayer con la abuela y sabiendo lo mucho que me odia es mejor evitarla lo más que pueda.
…..
Las clases avanzan dependiendo la hora, estudio de las siete de la mañana hasta las tres de la tarde, pasando ese tiempo se supone que tengo que comer y seguir el día más relajado hasta la noche, pero no lo hago asi, debido a que aun sigo estudiando junto con el profesor de cabello largo Carel Liton quien fue maestro de Thiago.