Fortaleza de Dragón

CAPITULO 9

El enigma de las Sombras: Demonios y sus Secretos

Relato 10: Jamás confíes en ellos

No tienen alma, no importa como lo veas, ellos nunca

Serán humanos.

“Que pasó”

Kate

— Su instinto al presentirlos es como un imán. No importa que tan lejos estén, ustedes siempre sabrán donde se encuentran y los podrán matar sin riesgos. La sangre que corre por la familia Roussell, les da la fuerza y las habilidades necesarias. La diferencia del portador de la marca es que es el único que podrá tener un vínculo de verdad con Fallriptar eso es lo que todos saben, pero, después de lo que vi, dudo que solo sea un vínculo entre dos almas.

— ¿Y qué viste? — la duda invade mis ideas.

— No sé cómo explicarlo. Siento mucho no ser de ayuda.

— No debes preocuparte. Investigaré más leyendo.

— Saldré un momento mientras usted lee — Lo observo irse y sin dar vuelta atrás en mi decisión, abro el libro en la primera página, veo que hay de tres a cuatro ilustraciones de diferentes demonios en una misma página. No son como nosotros, aunque podrían serlo. Sin embargo, sus rostros carecen por completo de humanidad. Sus mejillas parecen que no estuvieran o fueran muy delgadas y oscuras. Por todo su rostro hay signos y heridas, unos tienen cuernos, otros no, pero los ojos de todos son oscuros con la pupila rojas, además, su tez es una combinación de color hueso con azul, son casi pálidos, y por lo que dice, y veo en las ilustraciones, es que todos pueden desaparecer como si su cuerpo fuera neblina.

No leo demasiado. No hay mucha información de ellos, pero si pequeños relatos de advertencias. Paso una página tras otra, hasta que me topo con uno que llama mi atención. Ya lo he visto antes.

Su apariencia es igual a la de los demás, es inhumana y etérea. Su rostro es afilado y pálido. Sus ojos oscuros y profundos proyectan una mirada vacía, casi amenazante. Su cabello parece flotar alrededor de su cabeza, como si estuviera suspendido en el aire cargado de energía, dando una sensación de caos. Su cuerpo igual es está cubierto de marcas o símbolos, lo que sin duda para todos es una representación de que son, demonios. Su atmósfera oscura y los remolinos a su alrededor refuerzan su aura ominosa y misteriosa. Dudo que lo conozca, pero es tanta la familiaridad, que incluso, confunde mi propia locura al pensar que lo conozco. Sin embargo, entre más atención le pongo, me es imposible controlar mis pensamientos que buscan en mis más profundos recuerdos, el lugar donde lo he visto.

En el castillo es imposible. Jamás dejarían que entrara, y yo no he salido a ningún lado más que... ese día.

¿Pudimos toparnos uno?

Las llamas ardían por todos lados. Me arrastré, y al levantar la mirada… no vi a nadie. Solo el fuego que hacía cenizas todo.

¿Fue él?

Lo veo de nuevo y como si estuviera en ese mismo día, mi cuerpo se estrese al oír un sonido. Un chirrido aguado y penetrante, que vibra en mis recuerdos volviendo al oscuro pasado.

El chirrido proviene y se desliza, como una filosa garra escalofriante, en la parte exterior del carruaje, que hiela mi piel.

No puedo reaccionar, no puedo moverme. Solo puedo ver cómo mi papá toma con fuerza la mano de mamá, mientras sujeta su espada esperando cualquier movimiento, y yo sin entender nada, solo siento como me jalan y me abrazan.

¿Qué es esto?

¿Qué está pasando?

¿Por qué se detuvo tan de repente el carruaje?

¿Por qué nos estamos balanceando?

Miles de preguntas inundan mi mente, ante un miedo desconocido, que paraliza mi cuerpo.

— Tranquila. Todo estará bien. — Reconozco la voz nerviosa de mi hermano, y lo abrazo — Te protegeré — Se aferra más a mí, pero la puerta del carruaje es abierta de un portazo destrozándola al instante. Mi cuerpo brinca involuntariamente hacia Thiago que se encuentra en el rincón queriendo su protección. El viento frio, junto a la neblina, empiezan a invadir el interior, dejándonos casi ciegos y con una voz susurrante y breve que deja escapar con desdén unas palabras.

— Buen Camino.

— ¡Noo! — Un grito desesperado escucho, y la realidad me jala, al oír un estruendo en la habitación.

Por cada célula de mi cuerpo recorre una señal de advertencia. Cierro el libro de golpe, tratando de mirar entre la neblina y la oscuridad que invade la habitación.

La puerta está destrozada sin explicación alguna.

Bajo de la cama con el libro pegado a mí, como si fuera una protección, y escaneo la habitación. Cada paso que doy es con cautela, esperando cualquier movimiento imprevisto, pero el chirrido, aguado y penetrante, vuelve aparecer, recorriendo la pared del lado de la cama donde estaba hace unos instantes.

¿Acaso lo confundí con él accidente?

Mi cuerpo se tensa de solo pensarlo y escucharlo, pero es imposible que lo haya confundo.

¿Está pasando mismo?

— Tiempo sin vernos — La misma voz susurrante eriza mi piel. No puede ser. — Princesa — Suelta, como si sus palabras fueran escupidas entre dientes. Veo una sombra que recorre la habitación, acechándome como si de un depredador se tratase. — No debiste salir de tu guariada — el susurro se desliza por mis oídos, invadiendo mi mente de puro miedo. Es perturbadora, tanto que no puedo moverme, porque sé que está detrás de mí. — Thiago, — La posesión que tiene su nombre sobre mi es insuperable. No importa en qué situación este, saber lo que pasó ese día es todo para mí — No ha dejado de llorar. — Sus palabras me desconciertan. ¿Ese día Thiago lloró? Giro para verlo de frente, pero su rostro es totalmente diferente al que recuerdo, aunque él también estuvo ahí esa noche.



#1765 en Fantasía
#225 en Paranormal
#84 en Mística

En el texto hay: dragones y magia, hermano, fantasia demonios

Editado: 18.02.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.