Códice etéreo: El Despertar Almat: La unión sagrada.
Nestor Roussell
Más que una unión de sangre.
“Fallriptar sabe cómo me siento y es grata su compañía, pero más allá de eso
puede sentirme, no importa si estoy en las profundidades
él siempre sabe dónde estoy”.
“Milan”
Kate
El amanecer llegó antes de lo esperado, Buster seguía serio por lo de ayer, aún asi, puso todas las cosas sobre el caballo, incluso a mí. Le ofreció a Lucas con desprecio sentarse junto a mí, pero él declino, ignorando a Buster y solo comenzó a seguirle el paso. Era como ver a dos niños peleados, ninguno daba un paso atrás a su orgullo.
Salimos del pueblo, yendo a otro más lejos, nos detuvimos en el camino para comer, pero la atmósfera entre ellos dos, era demasiado incómoda. No podía sacar plática o decir alguna palabra, estaba en medio de una gran rivalidad. Solo el canto de las aves nos acompañó por la tarde, hasta que, poco a poco fueron sustituidos por el canto de los grillos cayendo la fría noche.
Mis parpados caían, el cansancio los golpeaba con fuerza para que se rindieran, pero después de ver tanto campo vacío y sin ningún alma, frente a mi vista borrosa, apareció casa, después de mucho tiempo.
Verla sola y cerca del bosque, me hizo preguntarme. ¿Quién vive cerca de un bosque cuando vagan demonios entre la niebla?
Giro mi vista a los demás extremos despertando un poco, observo con atención, no es la única casa, hay más alrededor, pero quedan bastante lejos unas de otras.
— ¿Esa es tu casa Buster? — Interrumpo, el gran silencio abrumador, por el cual, casi caigo dormida, al no tener nada de qué hablar.
— Si, princesa, después de mucho tiempo, estoy de vuelta. — una vez que hemos llegado. Buster estira los brazos hacia mí y yo los míos para que me ayude a bajar.
Toma mi mano, y como si conociera el lugar a la perfección, primero nos lleva al establo. Guarda al caballo, le quita las maletas y le da agua.
Observo como hace todo eso, y aunque está muy oscuro, después de unos minutos, alguien se acerca del otro lado, alumbrando la oscuridad que nos envolvía.
—¿Quién anda ahí? — gritan tres personas en unísono, entrando al establo armados con arcos y espadas. Doy un paso atrás al instante, despertando aún más rápido, pero incluso cuando trato de cubrirme por cualquier disparo, ellos dos son más rápidos.
— Alto —Buster, en seguida nos cubre con su cuerpo impidiendo el paso a cualquiera. Lucas se coloca frente a mi quedándose detrás de Buster, por cualquier cosa.
— ¿Hijo? — Susurra un hombre que baja poco a poco su espada mientras eleva la lámpara para ver mejor el rostro de mi capitán.
— Hermano — hablan los otros dos, bajando sus armas, confundidos al verlo, pero se lanzan enseguida para abrazarlo.
Sus hermanos notan nuestra presencia y ambos nos miran confundidos.
— ¿Qué es eso? — Uno lo suelta con la intención venir hacia mí, pero Lucas en un abrir y cerrar de ojos, le prohíbe acercarse con su espada, poniendo una distancia entre él y nosotros dos.
— ¿Hijo ellos son tus...
— ¿Podemos hablar en la casa, padre? — pregunta y su papá junto con uno de sus hermanos se giran para guiar el camino, pero el otro hermano solo nos mira sin la intención de apartarnos de su vista.
— Buster. Eres. Un. Mal. Padre. — Cada palabra sale despacio, pero afilada, mientras su dedo golpea su hombro con insistencia — ¿Por qué le enseñas a tu hijo hacer tan agresivo? No me deja ver a su hermana, y hasta parece que quiere sacarme los ojos, y eso que soy su tío.
— En primera, él no es mi hijo, y segunda, no la mires o yo igual te dejaré ciego. — Lo amenaza mientras toma mi mano ignorando a Lucas.
— Es que sus ojos de ella son...
— Es que nada, camina — lo interrumpe y su hermano al oírlo comienza a seguir a las personas con las que vino.
— No debe preocuparle. Milan es bueno y educado, pero es muy curioso, a pesar de tener 23 años, así que no hay necesidad de matarlo — por un momento pensé, que me estaba explicando a mí, pero se estaba dirigiendo a Lucas, para que guardara su espada.
— ¿Son tus hermanos? — Pregunto atrayendo su atención.
— Así es, el otro se llama Sam y mi padre es Falco.
— ¿Y tú mamá?
— Olivia.
— ¿Nos quedaremos con ellos? — Pregunto y él asiente — este es el mejor lugar para entrenar y practicar cacería. — llegamos a la puerta principal y Buster me deja pasar primero, las lámparas están prendidas, asi que puedo ver mejor a sus dos hermanos. En realidad, se parecen, pero a diferencia de Buster, ellos dos son delgados y su cabello de ambos es más rebelde.
Observo a su papá que se encuentra detrás de un sillón y aunque, ya es un señor grande, tiene el porte formal y rudo de Buster, o al menos eso pienso, lo está fulminando con la mirada, como si quisiera clavarle una daga y golpearlo hasta hacerlo sangrar.