Fortaleza de Dragón

CAPITULO 13

Códice etéreo: El Despertar Almat: La unión sagrada.

Malik Roussell

“Vi a mi reino caer por la sangre que corre entre mis vinas, jamás imaginé que

Mi sangre mataría a seres inocentes, pero ahí estaba el, sacado fuego por su

Boca destruyendo a todos, los gritos, los cadáveres, era la situación que me

Rodeaba mientras huía de todos buscando una forma para acabar con esa

criatura del demonio”

“Paso a paso”

Kate

Bajo la cocina, una vez arreglada y todos, absolutamente todos, están sentados como si estuvieran esperando mi llegada.

— Tome asiento princesa, — Ofrece poniéndose de pie — apenas vamos a desayunar.

— Si, muchas gracias mamá de Buster. — Ellos cuatro, curvan sus labios por mis palabras, y una extraña sensación recorre cada centímetro de mi cuerpo, me invade y me desconcierta tener toda la atención. Busco una manera de escapar de sus miradas viendo a Lucas, pero se ve tan candado que no me presta atención. Giro hacia Buster y pequeñas gotas recorren su rostro, mira su comida, sin la más mínima intención de probarla.

¿Por qué se ven tan cansados?

— Por favor princesa, puede decirme Sra. Olivia o solo Olivia. — Presto atención. La primera opción me parece adecuada, pero la segunda… jamás en mi vida lo diría. No puedo ser tan descortés.

— De acuerdo. Sra. Oliva. — Me acerco para sentarme al lado de Lucas y preguntarle por qué está cansado, pero el chillido de una silla llama mi atención.

— Por favor, tome asiento — Pide Milan, que se encuentra sentado, pero ha jalado la silla de al lado, para que pueda sentarme a su costado.

— Sr. Milan, gracias. — Me siento junto a él, debido a que Buster y Lucas solo miran su desayuno.

— No. No, Princesa, a mí solo dígame Milan. — Expresa su deseo de ser llamado así, pero antes de que pueda responder, una voz tensa, cargada de advertencia, nos interrumpe.

— Milan —Buster lo reprende, clavando en él una mirada de superioridad. — No olvides quien es. — Su tono es firme, cargado de molestia, pero aun asi, Milan solo desliza la mirada de arriba abajo, sin temerle a su advertencia como si su opinión, no importara.

— No estoy hablando contigo. — Mira a Lucas y sus ojos brillan. inclina con ligereza su cabeza, formando una sonrisa suave e inofensiva. — No estaría mal un poco de felicidad ¿Verdad Joven Lucas? — Pregunta con calma.

—Da igual, solo es un nombre. — Suelta simple, sin importarle en realidad la disputa, pero sus palabras cargan un peso que calienta el ambiente entre ellos dos. Buster le clava la mirada, como si intentara borrar con furia la sonrisa de triunfo en el rostro de su hermano.

— ¿Quiere comer ahí princesa? — Pregunta Buster tratando de ignorar lo que acaba de pasar, pero por su tono lleno de molestia, siento que me lo está ordenando. — Puede desayunar a mi lado, si se siente incomoda con Milan.

— Gracias, pero aquí estoy bien, Buster. — Tranquila y sin que me afecte su humor, le informo de mi comodidad. No evito sentarme a su lado porque esté enojado, sino porque simplemente no quiero bajarme de la silla.

— ¡Pero que linda! — Suelta con emoción Milan, y de un segundo a otro, sus brazos me envuelven en un fuerte abrazo. Mi cuerpo se queda quieto, helado por su reacción. Nadie a parte de mi familia me había dado un abrazo antes.

— ¡Milan! — La mesa brinca, los cubiertos se elevan por la fuerza bruta Buster, y por mi cuerpo pasa un escalofrió por su enfado más que evidente.

— Lo siento, me emocioné. — Me aleja, al darse cuenta lo que ha hecho. Aun asi, la ira de Buster sigue viva, en las venas que se saltan en su rostro y recorren sus brazos.

— ¡No venimos de vacaciones!, ¡ayer lo dije y hoy lo vuelvo a repetir, ella está aquí por su entrenamiento! — Reafirma fuerte, para que a todos nos quede claro, incluso a mí, ya que su mirada conecta con la mía, en una advertencia de alejamiento de Milan. — Disfruté de su desayuno princesa, hoy será un día pesado.

— Sí. — Es lo único que logro decir al comprender su ira, y no lo culpo por ser tan duro conmigo. Buster no miente; la verdadera razón por la que me aleje de mi hogar fue por este entrenamiento, y no puedo permitirme distracciones. A estas horas ya debería de estar estudiando, no desayunando. Pensando mejor las cosas, estoy desperdiciando demasiado mi tiempo.

Empiezo a desayunar rápido para ponerme al día, después haber perdido la mañana.

— Princesa, puede comer tranquila. — Un susurro con un leve temblor de inquietud, trata de detenerme, pero antes de que pueda responder a Milan, Lucas interviene.

— Déjala, después de todo, su entrenamiento es importante. — Todos quedan en silencio. Los labios de Milan, tiemblan queriendo decir algo, pero nada sale de ellos, y el desayuno sigue sin ninguna palabra más.

...

— Es hora de irnos. — Buster abre la puerta y se queda quieto, esperando a que termine de acomodarme.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.