El enigma de las Sombras: Demonios y sus Secretos.
Relato 2: Invocación
“Solo un hechicero de alto nivel podrá invocar a un demonio,
Corriendo el riesgo que incluso lo mate por diversión, pero una ves
Que este aquí, tengan por seguro que jamás se ira a menos
De que lo maten.”
“Esfuerzo”
Kate
Creo que debo acostumbrarme que cuando Buster me advierte que es más difícil, es porque en verdad es más complicado a tal punto que dudo que me quiera viva.
— ¿No crees que esto es exagerado? — Milan le pregunta y yo también lo creo. Los únicos razonables de su familia de son Milan y Sr. Olivia; a quien se tuvieron que llevar arrastras al ver lo que quieren hacer, porque no dejaba de maldecirlos.
Me siento como si estuviera en un matadero, saber que ellos están arriba y yo en este enorme y profundo laberinto, solo me hace pensar que Buster en verdad me quiere matar y el único que puede evitarlo no puedo verlo por ningún lado.
— Lucas estuvo de acuerdo, así que está bien. — Aclara Buster como si tuviera la capacidad de entender mi comportamiento al ver a todos lados, lo que provoca que mi corazón se rompa al oír que él igual estuvo de acuerdo en esta locura.
¿Cómo puede ayudarme y a la vez querer matarme?
¿Esto es una señal qué no debo confiar en él?
— Por cierto, Buster. ¿dónde está Lucas? — Rodeo mi boca con ambas manos gritando para que me escuche, la diferencia de su posición y la mía es abismal estamos a casi 10 metros de distancia.
— A la mejor le dio miedo morir en mis manos — Suelta fuerte mientras afila su flecha una y otra vez. Cada día que pasa siento que ellos dos se llevan peor, pero no entiendo por qué.
— Habla por ti quieres — escucho su voz y cuando quiero buscarlo por los alrededores ya lo tengo al lado de mí.
Lucas siempre me sorprende y más porque hace todo tan fácil que no puedo creer que haya bajado de un salto; a mi Buster me tuvo que bajar con una cuerda en mi cintura.
— ¿Acaso eres un demonio y no lo sé?
—Deja de decir tonterías — apenas me observa y su mirada me juzga de arriba abajo. No dice nada más y se va hasta el otro extremo, pero asi como él me observo yo igual. Lo malo es que no puedo decir algo negativo de él.
Trae puesta una camisa de lino de rayas blancas y ligeras líneas. Al rededor de su cintura está su espada colgando y sobre su espalda un arco con varias flechas. Hasta da envidia que el sol queme su cabello porque cada vez se hace más cenizo, como si su cabello se decolorara, pero incluso cuando es asi le queda bien. No tiene caso juzgarlo.
— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué brincaste?
— Te voy a enseñar — Empuja hacia mi cuerpo un arco con flechas — como se mata a alguien aun cuando estás en desventaja. — Señala a Buster molesto, pero él ni caso le hace porque no lo escucha.
¿Por qué hoy se llevan peor?
— Estás son las reglas princesa, en ese laberinto mágico usted debe sobrevivir, corriendo, esquivando, cubriéndose o bien utilizando su fuego, con tal de evitar que una flecha la alcance.
Mi rostro palidece como si de un momento a otro me faltaran energías. Todo está mal, Buster en verdad se ve molesto desde ayer y aunque su papá y sus hermanos están aquí de alguna manera esto supera mis habilidades, además. ¿De dónde sacó este laberinto tan grande?
— ¿Cuándo tuviste tiempo de hacer esto?
— Este laberinto mágico siempre ha estado aquí, es una trampa contra los demonios que se hizo hace mucho tiempo, por eso es profundo, les tomaría mucho tiempo salir y a nosotros se nos haría más fácil matarlos.
— Pero yo no soy un demonio y Lucas acaba de decir que tampoco es uno.
— No lo son eso es evidente, pero como ayer hizo trampa junto al joven Lucas, se me hizo buena idea que empiece a conocer su marca. En este entrenamiento primero tenía el plan de que esquivará piedras, pero debido a lo de ayer, decidí hacer esto más difícil, es por eso que el joven Lucas está con usted, para cuidar que no salga lastimada, pero no debe relajarse, porque a él igual le estaremos disparando y será mucho más difícil que la proteja como lo ha hecho hasta ahora.
Esto es increíble, se ha vuelto loco. Cambió tanto el entrenamiento solo porque le entregué una pequeña piedra ayer.
¿Qué le sucede?
— Podrá utilizar, las flechas, los escudos, las dagas, incluso las piedras para defenderse de nosotros y ganará si logra subir o nos mata primero, debo advertirle que este entrenamiento durará lo que usted tarde.
— Buster. — Lo llamo con al ver que olvidó o pasó por alto algo obvio para este entrenamiento.
— ¿Algún problema princesa?
— No sé utilizar un arco. ¿Cómo se supone que lo utilice para protegerme?
— El joven Lucas le enseñará, después de todo, es al único que escucha ¿No? — suelta fulminando a Lucas con la mirada en vez de a mí.