Fortaleza de Dragón

CAPITULO 15

El enigma de las Sombras: Demonios y sus Secretos.

Relato 7: Hambre insaciable.

“Un demonio no se cansa de devorar, pero su verdadera

Hambre, no es la carne, sino la esencia carmesí de la

divinidad oculta en ella.”

Sigue.”

Kate

La luz tenue y colorida de todo tipo de naranjas que alumbra siempre durante la tarde, por alguna razón, hoy, al caminar detrás de Lucas, no es la más brillante. Es como si la tarde se hubiera opacado mientras lo seguía para alejarnos de todos.

— Kate — De tiene su andar y gira lento hasta que su mirada coincide con la mía. — Me alegra que por fin puedas protegerte por ti misma — La voz suave con la que antes solía háblame, ahora es cambiada por una que carece de emoción. No creo que sus palabras sean mentiras, a la mejor sí está feliz por mí, pero también podría estar decepcionado. No lo sé. — El capitán Buster acertó cuando me dijo que sin mi ayuda podrías lograrlo.

Ahora entiendo porque se alejó, desde un inicio solo era yo. De casualidad nos encontramos y me ayudó en cada problema que tenía, pero sino hubiera sido así, yo debí pasar todas las pruebas sin su ayuda.

— Él la mayoría del tiempo tiene razón, — Una suave pero pesada sonrisa delinea sus labios. No es la respuesta que Lucas esperaba, pero tampoco es mentira. Debo admitir que no quiero aceptarlo yo igual. Buster podrá ser muy estricto, pero siempre es consciente de todo lo que podría suceder, pero igual es necio con sus ideales. No puedo volver atrás y fingir que no lo conocí o no necesite de Lucas porque hizo que todo fuera más sencillo y soportable para mí. — pero sino le hubieras hecho caso y me hubieras acompañado, a la mejor lo habría logrado mucho antes. ¿No lo crees?

— Tenías que hacerlo tú misma. Depender de mi solo te complicará las cosas en un futuro para tus entrenamientos. — Da una buena respuesta, pero su mirada, en un momento, pierde el poco brillo que le quedaba, como si incluso a él le doliera aunque no se que es exactamente lo que le duele. Sé que oculta secretos al igual que yo. — Me tengo que ir Kate. — Todo se detiene como si el tiempo se plasmara a mi alrededor. Jamás pasó por mi mente que Lucas debía de irse.

Él me siguió sin que yo se lo pidiera, y era demasiado bueno tenerlo como amigo. Me ayudaba, siempre estaba ahí escuchando y cuidando, aunque no me hablara que pensé que siempre estaría ahí conmigo aunque sea de lejos.

— ¿Por qué? — mi voz apenas sale, tratando de asimilar sus palabras. Él no necesita irse.

— Debo regresar Kate, debo ir a casa. — Mi pecho se encoge como si el aire hubiera desaparecido delante de mi. No quería que se fuera en ningún sentido. Lucas es mi único amigo de verdad.

— Si es así, vamos contigo, Buster podría hablar con tu familia y podrías ser un caballero — Escusas, palabras sin sentido salen de mi boca, el miedo de que se vaya altera todas mis emociones tocando las más sensibles.

— Me encantaría, pero no puedo.

— Te irá bien, me aseguraré de que así sea solo — El nudo en mi garganta es incómodo, soltar palabras casi suplicantes duele cada vez más. — quédate, p-por favor. — No quería llorar, no debía hacerlo y aunque controlo las lágrimas que quieren salir, todo se derrumba al verlo venir hacia mi.

— Te juro que odio a ese infeliz — Susurra y antes de que pueda reaccionar, sus brazos me envuelven con suavidad como si él igual intentará detener el tiempo. No sé a quien se refiere, y tampoco le presto importancia, solo cierro mis ojos, tratando de grabar aquella sensación calida de lo que es ser abrazado de nuevo aunque sea de una triste despedida. — Te prometo que si coincidimos de nuevo, está vez haré todo para poder aceptar tu propuesta. — El abrazo que desvanecio el mundo a nuestro alrededor por un instante, termina con una herida abierta que me deja sin palabras al verlo marcharse a él igual.

....

Buster.

Lo más duro de ser el caballero de la princesa son los límites que tengo. No puedo consolarla, apesar de ver como sus ojos se vuelven cristalinos aguantando aquellas lágrimas que buscan liberar un sentimiento que aprieta su interior.

Sabía lo difícil que sería para ella afrontar la partida del Joven Lucas. Fue poco tiempo pero fue más que suficiente para que ambos conectaran, provocando que su corazón que parecía haber sanado, volviera a temblar.

Por eso le pedí que se mantuviera al margen, si se iba a ir. No me molestaba que la ayudara de hecho era bueno que lo hiciera porque avanzaba más rápido, pero él no solo la ayudaba sino que estaba entrando en un corazón herido que busca tener a alguien al lado que la acompañe.

Siempre lo he sabido, siempre la he vigilado. Desde aquel accidente, no la he dejado de observar aunque ella no me vea, yo presencié todas las veces en las lloraba sin parar en su habitación, frente a su familia, arriba del árbol, en su sala de estudio abrazando siempre con fuerza lo más cercano que tuviera.

No me gusta impedirle que llore, nadie debería aguantar su dolor es por eso que nunca me dejó ver, porque al instante trata de ocultar sus sentimientos aunque la estén consumiendo por dentro, como ahora, pero ya anocheció y mi princesa seguía viendo hacia la nada, esperando que vuelva diciendo que era una broma.

— No debe sentirse mal. — Me acerco aquel cuerpo pequeño que está creciendo lo bastante rápido para cumplir su deber. — él a prometido verla de nuevo. No es para siempre. Entiende la diferencia ¿Verdad? — Guarda silencio aquel rostro lloroso imposible de ignorar.

Acerco mi mano a su mejilla, y como si fuera el apoyo que ella buscaba, salta extendiendo sus abrazos hacia mi sollozando.




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