Códice etéreo: El Despertar Almat: La unión sagrada.
Néstor Roussell
“Tuve la oportunidad miles de veces, mis pensamientos giraban
entorno aquella mirada filosa que guardaba un secreto, quería saber,
pero me paralizaba la idea y no puede preguntarle, a quien más
aparte de mi esperaba, ¿Por qué esta no era la era aún?”.
“Lágrimas De Un Demonio”
Kate
No respiro. Aprieto la mandíbula, mientras mis brazos se vuelven duros como rocas, imposibles de romper. Sostengo con fuerza sus manos, que amenazan mi cuello. Su oscura mirada destroza los recuerdos que guardaba de aquel rostro angelical.
—Th-Thiago, detente — Busco en su rostro un indicio que me diga que él aún sigue ahí, pero la curva de sus labios rompe mi interior.
— ¿Thiago? — Una amplia sonrisa deforma su rostro con superioridad — ¿En verdad piensas que esa cosa sigue aquí? — Sus manos cubren mi cuello apretando con fuerza — ahora no es más que mi vasija que guarda mi alma.
Busco con rostro cualquier indicio de él.
Eso no puede ser verdad
No puede serlo.
— No sabes, hace cuánto tiempo quería volver para terminar todo. Y ahora están fácil, tu misma viniste, tu misma aceptaste morir...— Sus manos comienzan a temblar y aquella voz insoportable se desvanece en el silencio que llega. Un toque, solo uno, suave recorre mi mejilla al estallar en una esperanza que sana mi corazón como una cura mágica.
El brillo en sus pupilas vuelve lento, sus lágrimas inundan su rostro cayendo al mío. Las manos que me apretaban, pierden la fuerza y se alejan temblando sin poder creer que avían tomado vida propia.
— K-Kati, n-no— El silencio se come su voz haciéndola apenas audible. Se levanta torpe chocando con sus propios pies.
Lo sigo, sé que fue lo que pasó hace rato. Estuvo a punto de matarme no hay duda. Pero no hay comparación.
Que él se aleje me lastimas más, que las marcas que arden sobre mi cuello.
Ya viví sin él, conozco el dolor que aviva en mi interior y me consume hasta hacerme polvo, y no es nada parecido al dolor que puede hacerme estando así, porque no me duele que sea él.
Lanzo mis brazos por encima de sus hombros, aferrándolo a mí como si mi vida dependiera de ello. Siento que mi corazón va a estallar, que quiere escapar de mi pecho para buscar aire, para darme un respiro y dejarme pensar sobre todo lo que ha pasado… pero no lo permito. No ahora. No cuando el calor de su mano acaricia la mía y me recuerda que todo este tiempo ha seguido aquí, con vida. Entierro el rostro en su espalda, respirando su presencia temiendo que en el siguiente instante desaparezca.
No pienso soltarlo…No pienso dejar que se vaya, asi su mano luche para que lo suelte, porque, aunque sé la razón, no puedo dejar que él se aleje de mí de nuevo.
….
Buster
Llamas. El reino Etéreo arde en un infierno desatado como aquella noche. El lugar más sagrado de los cinco reinos cae en árboles que crujen como huesos rotos, se quiebran y se desploman con un estruendo que sacude la tierra… y yo caigo con ellos.
Mi mente se niega a comprender lo que acaba de suceder. Se ha ido… atravesó el caos con una velocidad imposible, tan fugaz que ni todos los guardias juntos, ni siquiera Azán, pudieron detenerla.
Corrí tras ella sin pensarlo. Fue un impulso desesperado, los recuerdos de aquella noche invadieron mi mente y mi corazón. Pelee mientras recordaba, una parte de mi suplicaba que se detuviera que no lo siguiera. Pero la vi alejarse más y más hasta que la desesperación inundo mi cuerpo. Cada demonio que se interpuso en mi camino lo ataqué con furia, todos ellos conspiraban para no dejarme acercar a ella.
No dejaron de aparecer… Y cuando por fin comenzaron a desvanecerse, un círculo negro en el aire comenzó a cerrarse desprendiendo un humo que vació mi estómago, como si todo mi cuerpo colapsara desde dentro. El latido de mi corazón se detuvo, dejándome frío, débil, inútil.
Ese demonio era el mismo de hace meses atrás. Sembró de nuevo la duda en su corazón y ella cayo de nuevo.
—Capitán ya buscamos en todos lados, pero…no hay rastro de la princesa. — Me irrito al escuchar el informe. Golpeo el árbol con mi antebrazo como si eso pudiera cambiar algo de lo que ha pasado.
—¡Busquen de nuevo! —mi voz truena en el aire —. ¡Arriba de los árboles… incluso en las estrellas, si es necesario! — Lanzo mi mano hacia el cielo, como si pudiera arrancar las constelaciones para iluminar su rastro y seguirlo. No importa si esta más allá del cielo, o más allá del infierno lo seguiría sin dudar.
—Si capitán — Se alejan todos siguiendo con la búsqueda. Es estúpido lo sé, ya no está aquí, pero… me niego a rendirme. Observo el vacío de la oscuridad que todos dejan, y no puedo evitar bajar la mirada recargando mi brazo de nuevo en el árbol.
Ese maldito… de nuevo ese maldito logró llamar su atención de nuevo, y no pude detenerlo.