Dendrofilia, perdidos en el bosque.
Juvia está en peligro
Elfman, Vault.
Parecía que la eficiencia de Juvia en esta misión tan importante impresionaba a todos, sin olvidar de los relatos a voces de lo sucedido en esta segunda visita a la Tierra, Juvia se había vuelto el motivo de cotilleos, felicitaciones y críticas de todo tipo en todo Elfman y el palacio.
Nadie logró ver completamente al segundo poderoso, esta vez solo fueron capaces de apreciar un poco de la vestimenta de este, y aunque les parecía rara; para ellos seguía siendo objeto de su atención y curiosidad. Una vez en tierra Elfmanian el sucesor fue trasladado a la misma habitación donde se encontraba la primera poderosa.
─Me temo que se ha encerrado nuevamente la sucesora ─volvió a decir uno de los Guardianes─. Nos encontramos realmente apenados, ministro.
─No hay de qué preocuparse ─dijo caminando hacia la puerta abriéndola ante sus ojos ─, la puerta ya se encuentra abierta, Guardianes.
─Le hablaré al sanador en jefe Damelio para que revise a la sucesora─ habló el hombre de gran musculatura.
─No será necesario ─lo interrumpió ─, traigo conmigo al Sanador Gerandius encargado de la misión. Él va a revisarla.
Fue lo último que dijo antes de entrar y abrir por completo las puertas para dejar pasar a los Guardianes que protegían el cuerpo aun inconsciente del segundo poderoso, pero que a su vez ocultaban el rostro de este para que nadie pudiera verlo. Una vez adentro todos los Guardianes asignados y el Sanador Gerandius cerraron las puertas activando nuevamente las salvaguardas mágicas que habían levantado como protección y así poder instalar a Marshall y hacerlo sentir lo más cómodo posible
─ ¿Juvia eres tú? ─ se escuchó preguntar la voz de le primera poderosa.
Inmediatamente el semblante de Juvia cambió y la tensión en su cuerpo bajo al escuchar la voz de la chica, caminó hacia la habitación de Emeraude y se detuvo en la entrada para admirarla.
─Claro que soy yo.
Contestó con arrogancia, pero sabía que ella podría captar el juego en su voz. La primera poderosa rio con fuerzas antes de bajarse de la pequeña pero cómoda cama y correr a abrazar al ministro.
─Has tardado ─le dijo una vez lo tenía envuelto en sus brazos.
─Sabes que no es así ─habló inhalando la fragancia que desprendía del cuerpo de ella ─. ¿Cómo te sientes, te han tratado bien los viejos?
─ ¿Hablas de MystῘcus y los ministros? ─Juvia asintió alejándose un poco de ella ─Sí, ellos son muy amables han estado aquí conmigo por mucho tiempo platicándome más de Elfman y enseñándome algunas cosas.
─Me alegro.
Alejó su cuerpo por completo de el de él y se dispuso a mirarla, se veía repuesta e incluso alegre. Más que cuando se encontraba en la Tierra.
Tomó su mano y la guío a una de las mesitas con lo necesario para mantenerla hidratada e hizo que se sentará en una de las sillas que se encontraban ahí, después de todo se suponía que aún no se encontraba totalmente bien.
─ ¿Él es uno de los ocho faltantes? ─preguntó con curiosidad una vez se encontraba sentada a un lado de él.
Juvia asintió a modo de respuesta.
─ ¿Cuál es su nombre? ─volvió a preguntar.
─Marshall, ese es su nombre.
Gerd. Forks, Washington
La luz del sol se había ocultado hace bastantes horas y no había señal de Boris por ninguna parte de la pequeña ciudad de Forks; aunque para sus padres les pareciera normal que él desapareciera a menudo, en esta ocasión la falta de señales de vida de él les había preocupado.
Es por eso que a la media noche se encontraba un grupo de personas con linternas y perros de rastreo tratando de dar con el joven heredero de uno de los aserraderos más importante de todo Estados Unidos de América. Sin embargo, para el joven de apenas 19 años de edad no le resultaba nada atractivo que en aquel momento se encontrarán personas adentradas en el bosque, su bosque.
Decidido a no ser encontrado siguió caminando hasta verse en frente a la inminente playa, la Push en la reserva. Caminó un rato por los terrenos hasta que sintió la cercanía de la personas y canes de los que estaba seguro que buscaban, así que resignado a tener que abandonar la playa se dirigió de nuevo a adentrarse en el bosque sin dejar rastro alguno.
Siguió caminando por un largo tiempo hasta que se encontró con una vieja estructura que parecía abandonada muy en el fondo del bosque que por alguna razón conocía cada detalle de este sin siquiera haberlo recorrido por completo, se mantuvo mirándola por unos largos minutos hasta que sin saber cómo lo había hecho se encontraba justo en frente de la puerta admirando cada detalle que se encontraba en ella. Para sorpresa de Boris la estructura de la puerta le pareció tan hermosa que no dudó extender su mano y así poder sentir lo que dichas figuras le causaban a su mente.
No lo entendía y aunque el creador mismo del Universo le hubiese gustado que el joven lo comprendiera desde el momento en que había sentido aquella sensación en la solitaria cabaña abandonada, sabía que desde el lugar en el que se encontraba mirando todo lo que pasaba alrededor de él no debía acercarse porque el hacerlo supondría consecuencias grandes para lo que él estaba destinado a ser y a hacerse. Su intervención no era necesaria y si él mismo se atreviera a interferir en el camino de los elegidos lograría lo mismo que en aquella ocasión cuando años atrás un joven sin rostro por poco muere a causa de su desesperación por detener a su más grande error.