Forum Filias 1. El comienzo de una era y los tres poderosos.

Decem

Alejen a Dios de Dendrofilia

Luego de dejar a todos instalados y de asegurarse de que la servidumbre que estaba ahí para servirles a él y a su familia se encargaran de traer todo lo que necesitaran sus invitados, se dirigió directamente hacia la puerta trasera de su gran casa para caminar directamente hacia el inmenso bosque guiado por la sensación extraña de no encajar con esas personas, pero a la vez sentirse como en casa y feliz por primera vez.

Pero sobre todo lo seguía atormentando haber visto a esas extrañas figuras a un lado de los cuerpos de cada uno de los amigos o familiares de Juvia. Sin embargo, le parecía mucho más mágico las figuras que estaban a un lado de Juvia y Emeraude. Se parecían tanto que temía no encontrar una diferencia entre ellas.

Siguió caminando por el bosque hasta adentrarse lo suficiente como para darse cuenta de que se encontraba muy cerca de donde lo había conocido mal herido y rodeado esos hombres que no hacían más que repetir que sabía lo que pretendían hacer con él, observó todo nuevamente y no pudo evitar darse cuenta de que la puerta de la casa que la había tomado como suya se encontraba abierta.

Caminó directamente hacía la casa y con precaución se dispuso a empujar la puerta. De inmediato se sintió demente y loco por preguntar si había alguien ahí; pensó que tal vez lo que se encontraba dentro de la casa era un animal o algo.

─Bueno, ciertamente si hay alguien adentro de esta cutre casa ─habló alguien luego de varios minutos, causando que Boris se sobresaltara y diera unos pasos hacia atrás ─Vaya, vaya salió muy temeroso el elegido.

─ ¿Quién eres? ─preguntó con voz baja ─ y ¿Por qué no te puedo ver?

Una risa se escuchó en las profundidades de la casa haciendo que los sentidos de Boris se pusieran en alerta, no se permitiría mostrarse débil ante esta situación. Caminó dentro de la casa tratando de ver en la penumbra que le cubría, sabía que desde hace mucho debió de mandar a personal para que limpiara la casa y así poder evitar esto.

─En verdad que eres bastante molesto ─volvió a hablar el intruso ─, no entiendo que es lo que te ven de especial.

─ ¿Especial? ─preguntó nuevamente Boris─ ¿De qué estás hablando y por qué estas dentro de mi propiedad?

La risa socarrona del intruso se volvió a escuchar en una parte diferente a la casa, Boris por el contrario se adentró más a la casa para tratar de buscar a quien se había metido a su propiedad.

─Vaya, vaya sí que eres demasiado estúpido cuando te lo propones ─hablo nuevamente para sí mismo ─, ¿Acaso no te lo han dicho aun? Eres un elegido de las tierras Elfmanian volviéndote un protector según sé.

─No entiendo de qué diablos hablas, así que solo te pido te marches de mi propiedad loco de mierda ─ le respondió, pero esta vez prendió la linterna de su celular, mismo que se le había olvidado que lo llevaba en su bolcillo.

Apunto la luz directo a la escalera para ver si se encontraba ahí, pero al no encontrar nada fue que notó como una sombra se movía rápidamente, siguió a la sombra con la luz de su teléfono, pero no logró alcanzarla.

─Muy lento ─se burló susurrando en su odio haciendo que se voltease enseguida─, deberías practicar tu destreza y rapidez.

Solo había cuatro personas que sabrían perfectamente de quien se trata de este intruso, si Erza estuviera sabría que debería alejar de inmediato a Dios de Dendrofilia porque eso podría suponer un peligro para la misión de reclutar a cada una de las filias,

» Me sorprende que MystῘcus aún no haya mandado a nadie por ti ─dijo en medio de la penumbra, sus pasos se escuchaban por toda la casa que se escuchaban de manera tan estrepitosa que hacían a los oídos de Boris doler de alguna forma.

Gritó al no poder soportar el dolor de escuchar cada uno de los movimientos, pasos de alguien que no conocía de nada.

─ ¡Ya basta! ─gritó al sentir como sus oídos parecían explotar al escuchar cada movimiento ─Deja de moverte por favor, ¡ya basta!

Se le escuchó suplicar por piedad, el dolor era cada vez más insoportable y sentía que no podía soportar un segundo más.

Dios no hizo caso de las plegarias que emitía el tercer poderoso, disfrutaba de verle sufrir y suplicarle. En su cabeza tenía la certeza de que si los viejos de Elfman aún no le habían reclutado podría divertirse un rato con él, aunque sea un ratito.

Después de todo tenía unas cuantas décadas que no obtenía diversión verdadera y pura.

Pero ¿En dónde quedaba la idea de él siendo un ser lleno de pureza y amor que no sería capaz de dañar a nadie o algún humano? Bueno, a decir verdad, fue una treta inventada por alguien de Gerd en algún del descubrimiento intelectual, y si se meditaba un poco, eso le venía bien después de todo, porque así los humanos ingenuos le seguirían adorando y dando toda la fe, esperanza y agradecimiento barato lo hacen vivir más y con el poder absoluto dentro de su raza.

Boris seguía gritando que dejara de moverse y que detuviera su calvario; a Dios no le importó y no le fue difícil acercarse a él para decirle unas palabras.

─Lo haría con gusto ─contestó a una de sus plegarias ─, pero en verdad me da mucha pereza detenerme.

─ ¿Qué te he hecho? ─preguntó sin fuerzas y retorciéndose en el suelo ante la sensación desgarradora de sus oídos sangrar y destruirse lentamente ─Ni si quiera sé quién diablos eres. Ya lárgate de mi casa.




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